ZONTA LATAM en Buenos Aires, Trabajo y Valores

Invitada por Cecilia Callebaut – Cardu pensamos y conversamos acerca de los valores, esos que trabajamos día a día desde Sembrar Valores.

Dra. María Amalia Caballero – @mariaamalia.caballero.9

Dale, hablá de Valores, van a estar las representantes de Zonta de los países vecinos, tenemos valores compartidos y también dificultades parecidas… nos interesará a todas.

Cecilia habla en femenino porque ZONTA nació como una organización de mujeres para mujeres aunque estos últimos años están aceptando la incorporación de varones.

Me hice la primera pregunta que me hice fue: ¿qué valores?

Algo que hemos conversado tanto en Sembrar Valores en Familia que la respuesta llegó sola: esos que son universales, la verdad, el bien, la belleza…

Sin embargo, suele haber diversidad en las perspectivas, dónde y cómo reconozco y veo esos valores.

Tuvimos encuestas, focus group, charlas infinitas, entre los miembros que arrancamos con Sembrar Valores y todos los colaboradores que se fueron sumando a lo largo de los años.

Así salieron algunas ideas que compartimos también hoy aquí, nuevamente abiertos a opiniones y comentarios.

BIEN

El bien se asocia con amor, solidaridad, compañerismo, amistad, amor romántico, pareja, acompañamiento.

El bien lo es si es para mí, el bien para el otro.

Y ¿qué se opondría a este valor?

El egoísmo, el aislamiento, el autoritarismo, la guerra, la avaricia, el individualismo, uso y abuso del otro.

Si es un valor, ¿lo busco?, ¿cómo? Para mí, para los otros…

Busco vivir en el amor, cuando se generan ambientes de paz, de convivencia.

Y seguimos con:

VERDAD

Ya no fue tan fácil… o sí… Y, me animé a la gran pregunta, ¿existe o no?

Desde el fondo sentí un NO rotundo, lo esperaba. Pudimos hablar de las distintas perspectivas, de ponernos en el lugar del otro, que cada uno podemos conocer un pedacito de esa verdad y compartirlo.

Que si no existiera no podríamos ni siquiera embarcar en el avión que va al destino que queremos llegar. Pasa que lo negamos porque nos han impuesto eso de que el ser humano es la medida de todas las cosas.

Cómo conocemos la verdad sobre lo que somos, a lo que son las cosas, las realidades que conocemos a través de la ciencia, la historia y las opiniones con distintos grados de verdad.

Si es un valor, ¿lo busco?, ¿cómo? El estudio, la curiosidad sana, esfuerzo

Y qué se opondría…

La mentira, el engaño, la comodidad, el subjetivismo, la conveniencia, el miedo, la indiferencia, el relativismo, “mi” omnipotencia y omnisciencia. La dispersión, la superficialidad, resistencia, las imposiciones, dogmatismos, ideologías, el relativismo, la palabrería que diluye la sabiduría, los discursos vacíos y cada vez más alejados de la realidad. Los relatos.

BELLEZA

La Belleza, hermosura que atrae, que inspira y necesita ser contemplada… en el ser humano, en un rostro, en la naturaleza, en el universo.

Que se expresa a través del arte, los gestos, la amabilidad, la mirada

Y ¿Se opone a?

La utilidad, el pensamiento utilitario, urgencia, agitación, justamente la falta de “valoración”. Cuando no se trabaja para vivir, se vive para trabajar algo que nos asfixia. La violencia, la pereza, la tristeza.

El poder mediático, que solo nos permite contemplarla en parte y de modo fugas, la improvisación.

Y frente al relativismo que comentamos en la verdad… nos sentimos en condiciones de afirmar que algo no es bello porque a mí me gusta, sino al revés me gusta porque es bello.

Los valores se educan en familia

 

Entonces, cómo hacemos para llevarlos a la vida familiar, ponerlos sobre la mesa, transmitirlos. El manual no existe. Desde Sembrar Valores intentamos ayudar y somos muy felices al ver esas familias que se expanden, sembrando valores.

Digámoslo una vez más. Los valores se educan en familia, de la familia pasan a la sociedad más cercana y alcanzan al barrio, la ciudad, el país. Necesitamos esos valores hechos realidad.

Entonces, no hay espacio para que los padres se desentiendan, por el contrario, les toca salir a defender ese deber que es la educación de los hijos y plantearlo en los colegios, en los clubes. Reconocer el papel subsidiario del Estado sin admitir la imposición. Estamos atentos a ciertos avances que bajo el supuesto “empoderamiento” del niño se le crean derechos que son deberes de los padres.

Gran tema para otra ocasión.

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