Arantxa Escribano es miembro de Sembrar Valores y escribe estas Editoriales mensuales desde hace varios años. El tema tomó notoriedad por su participación en Intratables.
Me preguntaron por qué. Y entonces volví a hacerme yo la misma pregunta. ¿Por qué? La respuesta va por aquí…
Puse en la balanza nivel versus calidad, elegí calidad.
Cuando puse en la balanza nivel versus calidad, elegí calidad. Porque se construye familia, porque logré hacer amigos, porque cultivé relaciones. Porque cuando necesité un abrazo, aparecieron miles.
Con 22 años y un bebé, entendí que la plaza era “el lugar”. El boliche de las mamis. Un lugar donde se gestaron amistades que hoy son hermanas con quienes todavía después de 15 años comparto risas y penas.
Siempre aparecía alguien dispuesto a poner la oreja, a atender el teléfono cuando todos en su casa dormían, a traer una pizza en plena mudanza cuando no tenía ni el gas instalado, a ofrecerse para cuidar al bebé y darle el biberón mientras recuperaba un poco de sueño tras el “baile de la noche” cuando quise dejar de darles la teta.
Han pasado 15 años pero sigo siendo una eterna agradecida
Han pasado 15 años pero sigo siendo una eterna agradecida. En Argentina me recibieron con los brazos abiertos. Aquí crecí personal y profesionalmente.
Amo mi país y estos dos años sin poder ir y disfrutarlo me pesan más de la cuenta pero entendí que las sociedades las construimos todos. Que tenemos una responsabilidad para RE construir. Es espectacular soñar y concretar nuestras ilusiones. A mis hijos les diría… Vuelen. Experimenten. Aprendan. Crezcan. Pero luego… vuelvan. Argentina no puede rendirse a una clase política poco honesta. Sean parte del cambio para que este país prospere y crezca.