VOS SIEMPRE… no es el mejor modo de comunicar

Gracias a nuestra seguidora que nos manda esta ilustración de Tute, nos gusta mucho el humor de Tute. Junto a la imagen nos dice, ¡qué tema para Sembrar Valores! ¿“Siempre” se puede corregir, pedir perdón?

Adriana Ceballos y Georgina Azocar @coachingdefamilia

El dibujo tiene varias lecturas desde el lenguaje corporal y la pregunta directa por parte de la mujer a la “reacción” que genera en el esposo. Esta “respuesta”, también inmediata, se puede tomar como timidez o cobardía, nos reímos frente al “achique” del marido. Sin embargo, nos deja un gran mensaje de comunicación. “Retiro lo dicho”, ¿cuántas veces si no callamos antes, podremos callar después? Si es a tiempo, mejor.

Comunicamos por señales

Mediante la comunicación se emiten señales, mensajes que se interpretan o decodifican. El objetivo final de quienes participan en ese espacio (en este caso los esposos) es que llegue de manera eficaz aquello que necesitan transmitir.

Sin embargo, por ausencia de escucha activa, receptores que captan o reciben señales de manera subjetiva, falta de comprensión, posición de superioridad, en vez de buscar la simetría, entre tantos otros motivos, se experimenta una frustración porque en vez de lograr el objetivo buscado surgen conflictos o malos entendidos.

Como piensas, sientes, como sientes vibras, como vibras, atraes.

A través de nuestro lenguaje formamos nuestra representación del mundo. Al generalizar “Vos siempre”, se toma una experiencia como representativa de lo que sucedió y lo que seguirá sucediendo, es decir que en todas las oportunidades posteriores volverá a ocurrir así. Y una o varias experiencias concretas se convierten en verdad para todas las circunstancias.

Esta actitud genera un riesgo que, por tomar como representativo un ejemplo aislado y, tal vez, equivocado, se empobrezcan las posibilidades de comunicación genuina y también cuidado de los vínculos. La generalización es útil para comprender el mundo pero se vuelve disfuncional cuando un ejemplo o una vivencia se convierten en categoría o etiqueta.

¿Cómo minimizar los riesgos?

¿Qué podemos hacer para minimizar los errores que se suceden y provocan molestia, mal estar o enojo?

– Ser claro y respetuoso con el otro a la hora de comunicar.

– trasmitir lo que consideramos cierto y verdadero “desde nuestro punto de vista” con estilo y nitidez.

– Cuidar las formas, siendo agradable y amable.

-Los tonos son importantes: cuando hay que reprender, es contradictorio intentar mostrarse condescendiente de manera falsa. Es un difícil equilibrio que lleva a priorizar la armonía para no caer en el enojo o el mal trato.

– Tener un objetivo claro y preciso.

– Evitar el “sobrentendido” que genera malos entendidos.

– Dejar de lado los prejuicios respecto la persona.

-UN autoritarismo nacido de una “pretendida” jerarquía, anula el mensaje. En la pareja esa jerarquía no existe pero si se tratara de comunicación padre – hijo, deberíamos hacer foco en cómo se ejerce y comunica esa autoridad.

– Elegir las ocasiones en donde sea necesario aclarar y llegar hasta el final.

– Saber que a veces es mejor: tener paz que tener razón.

– Lograr corregir cuando, por un error de comunicación, llegó a ser también un “error” en la acción.

-Estar dispuestos a la disculpa y la reparación.

– La calma y el autodominio son la clave. Las emociones fuertes bloquean el mensaje que llega incompleto, distorsionado, viciado.

Comunicar es conectar historias vitales, no es un momento, una palabra, un gesto, hay una historia detrás. En última Instancia, la calidad de vida depende la manera en que nos comunicamos con los demás y con nosotros mismos”.

demás y con nosotros mismos”.

@coachingdefamilia

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