Una poesía de Juan Ramón Jiménez, para recordarte, Silvia.

Desde el minuto uno de Sembrar Valores, Silvia Bayá Casal de Lagache nos acompañó con su selección de poesías. Disfrutaba compartiendo con nosotros, con todos lo que la siguieron, poemas de distintos autores e ilustrándonos acerca de los poetas, sus vidas y sus obras.

EQUIPO DE SEMBRAR VALORES.

Siempre que le fue posible, Silvia estaba acompañándonos, para un aniversario, para una edición especial… ella sabía cómo estar y la veías disfrutar entre todos los que hacemos Sembrar Valores, la veías compartir entre amigos. Nos habíamos visto recientemente,, Ella estaba igual de entusiasmada, igual de dispuesta y comprometida para compartir las poesías.

Su enfermedad se manifestó muy avanzada, Hoy nosotros recordamos a esta mujer de Fe y la acompañamos con la oración y el cariño a toda la familia. Buscamos entre sus envíos y elegimos La más mía de Juan Ramón Jiménez (Premio Nobel 1956).

Es difícil saber cuál le gustaría más, esta la trae a nuestro recuerdo.

 Yo no sé decirme
por qué me retienes.
yo no sé qué tienes.

Tienes dulces años,
más no son tus años;
tienes gran blancura,
más no es tu blancura;
tienes alta frente,
pero no es tu frente;
tienes verde pelo,
pero no es tu pelo;
tienes áureos ojos,
tienes vivos labios,
más no son tus ojos,
más no son tus labios;
tienes armonía,
no es tu melodía;
tienes condición,
no es tu corazón…

Yo no sé decirte
por qué me retienes.
Yo no sé qué tienes…

Tal como era su costumbre, agregaba un comentario referido al autor de la poesía que había elegido. En esta escribía:

Juan Ramón Jiménez

Este gran poeta español nacido en Moguer, Andalucía el 23 de diciembre de 1881, nos deleita con su poesía tan soñadora y romántica. En la que hoy hemos seleccionado nos habla de su enamorada y realmente no encuentra la razón para que haya nacido ese gran amor, no hay explicación es realmente «ese no sé que tienes», su única respuesta. Son los misterios del corazón.

Entre sus libros en prosa recordemos al inolvidable «Platero y yo», sus páginas están llenas de ternura y encanto, quién no recuerda con cariño a ese burrito que acompañó tantos momentos de nuestra infancia y adolescencia. En 1956 obtuvo Juan Ramón el premio Nobel de literatura.

Se considera como sitio histórico la casa natal de Jiménez y la tumba de Platero. Y, en el cementerio local reposan los restos de Juan Ramón y su esposa Zenobia.

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