Belen Urbaneja, editora en Disney*
Educar a hijos nativos digitales, cuando los padres no lo son, resulta un desafío más que atractivo. Hay que saber encararlo.
Entrevistó: Mariuqui Magrane | magrane.mariuqui7@gmail.com
Editó: María Lescano | marialescan@yahoo.com.ar
Ante la situación planteada por el covid19 y el aislamiento social, compartimos esta nota que ilustra a los padres en su relación con los medios digitales y sus hijos.
[dropcap] L [/dropcap] os chicos se equivocan cuando creen que, por llegar más rápido a una respuesta o por manejar más redes sociales, saben más que sus padres. El acceso a más fuentes de información sin la capacidad de evaluar y seleccionar o sin el espacio de tiempo y el bagaje cultural necesario para reflexionar y sacar conclusiones, no los hace más inteligentes ni más maduros. Sólo un buen acompañamiento del adulto generará el saber genuino que los medios tecnológicos nos presentan como oportunidad.
Sin embargo, vale la pena agregar que no será cualquier adulto, porque tampoco la edad de por sí agrega sabiduría. El saber depende de muchos otros factores y el tiempo es sólo uno de ellos, no siempre el más importante.
Belén Urbaneja, Directora de Ciudadanía Corporativa en The Walt Disney Company para América Latina, tiene una interesante experiencia en el tema y nos responde.
– ¿Cómo será ese papá?
– Es un hecho que la tecnología atraviesa la existencia de los chicos (y de todos nosotros) e impacta en sus modos de conocer, aprender, expresarse, divertirse y comunicarse. Ante este panorama, es clave comprender el contexto, superar los prejuicios y abrazar las transformaciones culturales para formar a nuestros niños y acompañarlos en ese rol de creadores del mundo en el que todos queremos vivir.
Es clave comprender el
contexto, superar los
prejuicios y abrazar
las transformaciones
culturales para formar a
nuestros niños.
Por eso, promovemos investigaciones lideradas por especialistas, para contribuir a una mejor comprensión del relacionamiento de los niños con la tecnología.
Los padres sienten que los chicos están “más adelantados” en lo referido al mundo online y eso provoca que tomen diferentes roles: invadiendo la privacidad de sus hijos como “padres espías”, o sin poner mayores límites como “padres guardaespaldas”, o ejerciendo un control estricto como “padres marcadores”, o estando atentos pero sin alarmar, tomando un rol de “padres sembradores”. Frente a este escenario, hay un desajuste normal entre generaciones, y la tecnología presenta una oportunidad para aprender de los hijos favoreciendo el acercamiento familiar.
– ¿Cómo educar a estos nativos digitales para que sean personas de bien?
– La concientización de padres, educadores y niños en temas de ciudadanía y alfabetización digital contribuirá a que los más chicos puedan aprovechar al máximo el potencial de los medios tecnológicos, sin descuidar su seguridad. Para los niños, no existe prácticamente distinción entre lo real y lo virtual.
Los conceptos básicos
de programación dan
mayor dominio del
mundo digital.
Por eso, las capacidades que desarrollan en el entorno virtual no sólo atraviesan su cotidianidad sino que inciden en su modo de aprender, comunicarse y relacionarse. Necesitamos crear entornos digitales seguros, que estimulen su creatividad y donde puedan expresarse libremente, usando las tecnologías con responsabilidad y favoreciendo una mejor convivencia en el mundo online, respetándonos. Todos tenemos derechos y obligaciones como ciudadanos digitales.
[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»] Miradas de largo plazo [/button]
– Educar implica preparar para un futuro desconocido. ¿Cómo acompañar a los nativos digitales en el uso seguro y responsable de internet, brindarles los recursos necesarios y estimularlos a usarlos?
– Los estudios dicen que más de la mitad de los niños que comienzan hoy su formación en la escuela trabajarán en profesiones que aún no se han inventado.
Las carreras del futuro requerirán, de modo transversal, cada vez más conocimiento y manejo de habilidades relacionadas a las ciencias de la computación y al pensamiento creativo, crítico y analítico.
La adquisición de estas capacidades a temprana edad, a través de la alfabetización digital, permite a los chicos empezar a ver la tecnología como una herramienta que pueden manipular y usar para expresar sus ideas, a la vez que aprenden a trabajar de forma colaborativa. Por ejemplo, el lenguaje de la programación, que es la base de este universo computacional, implica estimular habilidades para formular hipótesis; analizar, organizar y presentar datos de manera lógica y automatizar soluciones. Además de comprender conceptos matemáticos e informáticos, tales como algoritmos, secuencias, variables y condicionales, simultáneamente analizan estrategias para solucionar problemas, diseñar proyectos y compartirlos. Por eso, cuando acercamos a los chicos a estos saberes, no buscamos simplemente que aprendan a programar sino que programen para aprender. Todo ello influye en muchos de los razonamientos de la vida cotidiana.
Así, no serán meros consumidores, sino ciudadanos digitales con pleno conocimiento de sus posibilidades, capacidad transformadora y habilidad para enfrentar el cambio; lo que llamamos “prosumidores”.
– ¿Disney nos ayuda con juegos que tengan valores?
– Todas nuestras experiencias de entretenimiento promueven valores positivos y lo logran de manera orgánica, porque forman parte de nuestras historias y personajes. En este contexto, a través de “Inspírate, Compromiso Disney”, la compañía trabaja en alianza con organizaciones locales y globales, como www.Chicos.net y www.Code.org con el objetivo de desarrollar formas de entretenimiento que además agreguen valor a la educación tecnológica, fomentando un uso seguro, responsable y creativo.
Como decía, entendemos a la programación como una herramienta para estimular en los niños las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas. Desde 2014, desarrollamos juegos online gratuitos orientados a enseñar conceptos de programación a través de experiencias de entretenimiento, promoviendo la creatividad de la mano del juego y la tecnología con la ayuda de los personajes de nuestras películas.
– ¿Cómo ser protagonistas en la educación en valores?
– Día tras día llegamos a millones de hogares a través de historias, experiencias y productos, por eso nos esforzamos por promover valores positivos, como la empatía o el respeto, y garantizar la calidad de nuestros contenidos, también por desarrollar herramientas que faciliten formas de enseñanza innovadoras y que contribuyan al bienestar de los niños y sus familias. Estamos convencidos de que los valores definen a las personas y son los que nos acompañarán en cada uno de nuestros pasos y decisiones. Por eso, desarrollamos historias con el corazón, que sean inspiradoras, que promuevan valores y aspiraciones para lograr un mundo mejor y que animen a nuestras audiencias a ser optimistas y proactivas; porque sostenemos que todo lo que podemos soñar, lo podemos lograr.
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Juegos con valores
Moana, una aventura con código, inspirado en la valentía, fortaleza y decisión de una niña.
Code Baymax, inspirado en el film Grandes Héroes.
Pixar in a Box, un programa educativo desarrollado junto a Khan Academy con el fin de que jóvenes estudiantes comprendan cómo diversos conceptos –relacionados a la matemática y la ciencia– aprendidos en la escuela son utilizados por los cineastas de Pixar para crear nuevos mundos, personajes y contar historias por medio de la animación.
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Las tecnologías brindan nuevos caminos en el proceso educativo, tanto a padres como a docentes y niños.
Code Baymax es un juego para aprender a programar mientras jugamos, incorpora conceptos básicos de pensamiento computacional, se resuelven problemas y desafíos.
Bien diseñadas estimulan el pensamiento crítico y creativo. Además son sumamente útiles para aprender a compartir y trabajar en equipo.
*El hecho que existan hoy algunos productos de Disney que no compartan nuestros valores, no desacredita la opinión de esta charla mantenida en 2017,