Un dream team

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Director  :  Damián Szifrón

Para reírse con ganas y después, reflexionar

MARÍA LESCANO| PERIODISTA | MARIALESCAN@YAHOO.COM.AR

El reciente estreno de Relatos salvajes deja mucho para hablar. Y poder charlarlo con su guionista y director junto a los protagonistas es una oportunidad que no podíamos perder. ¿Qué nos dicen?

Damián Szifrón (39), alto, flaco, rubio pelirrojo, buen mozo, siente que en los últimos meses su vida cambió. Y no es por el éxito con que fue recibida su última película en Cannes. Es porque fue papá por segunda vez y esta experiencia, en sus propias palabras, «revoluciona y transforma». Eva (7 de julio) fue casi un regalo de cumpleaños y mucho más que la copa del mundial. Su hermanita se llama Rosa (5) y su mamá es María Marull.

María y Damián pertenecen al ambiente artístico argentino y les divierte compartir proyectos y enriquecer los propios con las opiniones del otro.

Es un tipo inteligente, ágil y por demás empático, por eso resulta fácil descubrir sus intereses, que se reflejan en su última película. Los actores y actrices están entre los mejores de su generación, por esto se reconoce trabajando con un dream team en el cual incluye a los productores.

El director visto por el equipo

[notification type=»note» title=»DAMIÁN SZIFRÓN»]Creativo y multipremiado * 2002/2003 Los simuladores, unitario. * 2005 Tiempo de valientes, largometraje. * 2006 Hermanos & detectives, serie. Se vienen: El extranjero, La pareja perfecta y Little bee.[/notification]

«Yo dependía enteramente de Damián. Él fue una columna de hierro en la que me podía recostar porque él sabe perfectamente lo que quiere. El episodio que protagonizo empieza con la noticia. Encontrar momentos de lucidez, en  momentos de alto voltaje emocional. El guión está muy bien escrito pero en muy poco tiempo pasan muchas cosas. Encontrar los momentos de quiebre, la necesaria graduación de los sentimientos, me la iba marcando él», afirma un actor con la experiencia de Oscar Martínez.

No menos expresivo es Darío Grandinetti: «Todos lo pasamos muy bien trabajando, haciendo la película. Uno podía darse cuenta de que es un buen director por sus productos, pero no lo conocía personalmente. Ahora puedo decir que él genera muy buen clima de trabajo. Cuando encontramos un director en el que confiamos, nada nos gusta más que dejarnos dirigir, confiar y que nos digan lo que tenemos que hacer. Cuando ocurre, uno lo agradece. Esto genera que todos los actores hayamos querido participar de una manera que suma y queramos formar parte de un proyecto que nos enorgullece a todos».

Trabajar con Damián es muy fácil -comenta Julieta Zyllberberg-,  es muy puntilloso, sabe lo que quiere, es muy fantasioso. Las charlas previas abarcaron muchos temas y eso fue fundamental. Yo pensé el personaje muy agarrada físicamente y por adentro había un festival de órganos».

«Ponerse a disposición no es nada facil, más cuando uno tiene una inercia de hacer lo que le parece y decir lo que uno querría decir. Era tentador dejarse llevar por lo que uno quiere decir, había mil puntos donde uno puede colgarse pero decidí poner mi instrumento en función de la historia y lo que él quería contar, la letra aprendida y el maquillaje porque sé que él sabía contagiarme lo que quería, si trataba de poner otra cosa me iba a equivocar seguro. Lo que me decía, yo reaccionaba, traté de no forzarlo, su imaginación me hizo imaginar a mí y eso es algo que está bueno que suceda también cuando uno lo encuentra», son las reflexiones de Erica Rivas.

Un actor de la talla de Ricardo Darín sostiene que la aguja va de cero a mil en tiempo récord y es misión de Szifrón ejercer la graduación minuto a minuto.

Hugo Sima, coproductor de Relatos salvajes, dice que «ante el guión, la generosidad enorme de todos los actores, soñamos con hacer algo importante, guión, fotografía, música, vestuario. Debíamos lograr la mejor versión de cada relato. Queríamos tres cosas: película de contenido, divertida y masiva. Es una película que hace pensar, hace refleionar, muy atractiva desde el punto de vista de la producción y creemos que puede ser masiva.

La relación con Damián -continúa- será el tema de Relatos salvajes II, una relación plagada de pasiones». Rápidamente, el director acota: «Para mí siempre fueron de amor, el espíritu de dream team lo completan los productores. Es muy romántico pensar que la película la hace un director. No niego que hay una responsabilidad grande, pero esto no es como pintar un cuadro. Hay muchas cabezas funcionando, muchas personas. Tuvimos charlas acerca de cada segmento de la película, de cada decisión y el apoyo y la dimensión que le dieron a mi trabajo hicieron posible este resultado. En este trabajo, hay un material que se va transformando, que va creciendo. Una de mis películas favoritas es El padrino, en la cual se nota que los productores tuvieron una injerencia enorme de la misma manera que podría mencionar otras en las que se nota cuando se desentienden.»

El equipo visto por el director

En los créditos iniciales junto al nombre de cada actor, en lugar de su imagen aparece un animal salvaje, este detalle no pasa inadvertido y Szifrón explica: «Cada personaje tiene su tótem, busqué reflejarlo en animales que estén en reposo, en la peli todos están tensos, pero en un mundo más sensato podrían estar así, serenos.

Hay demasiadas situaciones en las que, enajenados por el orgullo, se deja de ver al otro como humano». Curiosamente, el director ha reservado para él la imagen de un zorro.

«El resultado del trabajo es bueno, porque en ellos encontraba que la primera toma ya era muy buena, se trabaja de ir a ‘mejor’: en cada escena me pongo del lado del público y digo: acá quisiera que sintiera esto, que pasara lo otro… y ellos lo entienden, lo interpretan. Cuando vemos la película con público, comprobamos que esto ocurre.»

La música, espectacular: «Gustavo Santaolalla es un maestro», dice con sencillez, respetando los roles de cada profesional. Sin embargo, entre las virtudes de Damián, destacan que es un muy buen DJ. En distintos momentos del trabajo él podía sorprenderlos con buena música. Concretamente, en una escena con cientos de extras, en un corte de la filmación, logró que todos bailaran animadamente sin haber probado una gota de alcohol.

Pensando en la peli

«Yo decidí narrar pero me interesa más la mirada del público. Sin duda -continúa-, en el cine, más que en cualquier otra disciplina artística, sos una antena que detecta lo que hay en tu entorno, lo que ponés en la pantalla se alimenta de la realidad. Desde que tengo memoria siento crispación y siempre se habla de la crispación actual. No creo que sea algo exclusivo de Argentina aunque seguramente acá se hable de la situación local. Sí, tengo una mirada crítica hacia la sociedad y sobre el comportamiento que genera en los ciudadanos, la distorsión que produce en los vínculos familiares, en las  personas, en las parejas, etc.»

«Si bien hay violencia en todos los episodios,
también hay mucho humor.»

Se puede ir más a fondo y lo hace: «En mi producción, hay un material humano que está en juego, en un mundo que globalmente se parece, no hay tantos  sistemas que estén gobernando los países.

También hay actuaciones muy comprometidas, muy inteligentes que van a lo profundo de los lazos y vínculos afectivos que están excelentemente actuadas por ellos y es por lo que vos podés conectar.»

Relatos salvajes es una película fuerte que denuncia algunos males presentes en la sociedad y la crispación que pueden generar: corrupción, presión burocrática, infidelidad, paranoia… Cada uno lo referirá a su entorno; sin que exista intención de acusar o atacar a ningún sistema en particular, él bucea en los sentimientos del ser humano para sacar lo peor, aquello que pensamos dos veces antes de hacer, aquello ante lo cual sentimos el llamado a la cordura, al sentido común.

El hilo conductor

«Si bien hay violencia en todos los episodios, también hay mucho humor. Yo diría que el hilo que atraviesa a los personajes es un instante de liberación. Hay algo muy comprimido y en un momento esa energía se libera. Creo que por eso la película produce felicidad, la gente sale contenta, se conecta con el placer de perder los estribos, no con el drama, con la tragedia. Se puede reír de lo que está pasando. Aun cuando muchas historias terminan mal, me parece que refleja un deseo. Muchas veces, no se pasa a la acción porque se mide el costo-beneficio y se comprende que no vale la pena exponerse, arriesgarse, que no vale la pena hacer un desastre, pero he visto situaciones donde tendrían muchas ganas».

“Pensás que no vale la pena hacer escándalo delante de tus amigos y familiares, que no vale la pena bajarse a pelear porque el otro es más grande o simplemente resolvés no ‘morir’ por esto. Pero el costo de contenerse también es muy alto. Hay conflictos que duran años. ‘Tendría que haberle dicho, tendría que haberle pegado, tendría que haber renunciado entonces…’ A través del cine y de los personajes podemos abandonarnos a esa aventura de perder los estribos, y eso genera placer», concluye Szifrón.

[notification type=»information» title=»RELATOS SALVAJES»] Director: Damián Szifrón.
Intérpretes: Ricardo Darín, Erica Rivas, Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg, Darío Grandinetti, Oscar Martínez y otros.
Género: Comedia catástrofe.
Erotismo: Una escena fuerte al final.
Violencia: Mucha.
Público adecuado: Adultos y jóvenes.
Calificación técnica: Muy buena.

Recomendación: Para reírse con ganas y después, reflexionar.

Los 120 minutos de la película se pasan volando, saltando de una historia a otra. Cada episodio supone un desafío para el guionista, captar nuestra atención y dejar que se cuelen pistas para entrever el final. Sin embargo, cabe preguntarnos si es esto lo que convencionalmente llamamos una película.
Resumen: Seis episodios dramáticos, capaces de sacar lo peor de cada uno, realizados con tanto arte y humor que conquistan a todas las audiencias. Mucho no se puede decir sin destapar el contenido, a grandes rasgos los temas son: paranoia, venganza, violencia urbana, corrupción e infidelidad.[/notification]