UN CAMINO HACIA MÍ

No es demasiado común que el cine trate el tema “adolescentes en crisis” con buen nivel y sin caer en estereotipos vulgares. Hoy tenemos una excepción, que vale la pena ver.

Resumen: En un viejo pero impecable auto viaja hacia la playa una “familia” que comienza sus vacaciones. La madre, recientemente separada, va con su nueva “pareja” y dos hijos. Uno de ellos es adolescente
en plena crisis: triste, encerrado en sí mismo y que por supuesto no soporta a su “nuevo padre”, quien –hay que decirlo– no tiene el menor tino para afrontar la situación: lo habitual es que cuando intenta acercarse empeora las cosas. Además el ambiente general es profundamente desagradable: los adultos sólo se dedican a hablar de tonterías y a beber a granel. Nuestro muchachito encontrará en un parque acuático a un personaje,
divertido, simpático y bastante impredecible. Como le demuestra cariño e interés, el chico se va acercando a él. Le da trabajo en el parque y ahí comenzará casi una nueva vida. Lo interesante es que vemos a un
adolescente “normal”: tímido, inseguro, y en quien lo sexual está bien en segundo plano; le gustan las chicas pero simplemente eso. El cuadro que nos muestran los mayores es decididamente patético, bastante tontos, “fiesteros” y muy vacío. Se salva la figura de la madre, siempre preocupada por su hijo, por quien literalmente no sabe qué hacer. Es un film entretenido, con algunas vueltas de tuerca que le suman interés y que vale la pena
ver… aunque las reflexiones que nos despierte seguramente no serán del todo gratas.

Director: Nat Faxdon y Jim Rash
Intérpretes: Steve Carell, Toni Collette, Liam James y Zoe Levin
Género: comedia dramática
Erotismo: muy leve
Violencia: no hay
Público adecuado: adultos
Calificación técnica: muy buena
Recomendación: Una buena película sobre la adolescencia… y las consecuencias de tantas familias disfuncionales.