UN ABRAZO Y MUCHA PAZ

¿Proyecto personal vs. proyecto matrimonial? Por qué plantearlos como contrarios. ¿Y si dos personas deciden que su proyecto sea «el proyecto»…? Para que el proyecto matrimonial salga adelante, cada uno tendrá que resignar algo. ¿Qué?

MARÍA CORNÚ LABAT | ABOGADA ESPECIALISTA EN FAMILIA | MCORNU@ESTUDIO-CORNULABAT.COM.AR

[dropcap]«N[/dropcap] o sé cómo hacés, cómo te bancás esto.”  Una frase que dejó a Julia pensando, porque pensaba mucho. Para capitalizar todo lo que pasaba, hasta el aire que respiraba, ella pensaba todo. Esos años eran para eso. Para aprovechar cada mirada, cada frase, cada gesto, cada mensaje. Entonces, esa frase no era una más dicha al pasar. En los ojos de Laurita había bronca, angustia contenida, pena, arrepentimiento. Casi había un ansia de sacudir a Julia. Sí, eso sintió Julia también. Qué ganas tenía Laurita de hacerla reaccionar… o de hacerla parte de su frustración; en realidad, de sacarla de su incomprensible conformismo.

“¿Cómo hago qué, Laurita?, ¿qué cosa me tengo que bancar?”  Y, ahí, el color también subió.

Esta se la cobro

“¡Todo esto, Julia, todo esto! ¿Cómo podés tener calma? Estar todo el día atrás de dos chicos, sin ayuda, sin familia, sin marido. Él todo el día en su tema, estudiando, avanzando, desarrollándose.…Y vos, nada. Acá, atrás de la casa, limpiando mocos, cocinando, cambiando pañales. Atrofiándote cada vez más. Yo ya le dije a Santi, te aviso, y se lo repito todo el tiempo: ahora le toca a él, pero después me toca a mí. Esta se la cobro”.

Mientras decía todo esto, sutilmente se tocaba la panza incipiente de su primer embarazo. Y Julia la miraba con un poco de pena, con una necesidad de transmitir tantas cosas… Era difícil, ¿por dónde empezaba..? No es el proyecto de Marcos

“Es que, Laurita, esto no es un proyecto de Marcos. Este proyecto es de los dos, es del matrimonio, es de la familia. A él le toca una parte, a mí me toca otra. Pero es de a dos. Y si no lo ven así, van a pasarla mal.”
Julia no había hecho un curso especial sobre proyectos familiares; nadie la había tratado de convencer de esto.

«Esto no es un proyecto de
Marcos; es de los dos, es de la
familia. A él le toca una parte,
a mí me toca otra».

Marcos y ella habían tomado la decisión de casarse y tener hijos. Antes de casarse, iban a irse a algún lugar del mundo para que Marcos siguiera capacitándose profesionalmente.

Les había entusiasmado la idea. Pasó el tiempo, y ya con dos bebes partieron.

Decidieron que Julia, que era profesional también, se dedicara a los chicos y a la casa durante un tiempo mientras él estudiaba full time. Vivirían de unas cuantas becas.

Una decisión difícil

Sí. La decisión había sido tomada por los dos, e implicaba un gran esfuerzo de ambos.

También había que renovar esa decisión. Julia, muchas veces, en medio del cansancio físico e incluso desde el aburrimiento, recurría a ese Sí con mayúscula que un día había dado. Y a ese SÍ con mayúscula que ese mismo día había recibido. Y también se cuestionaba, claro que sí. Y discutía con Marcos, y lo interpelaba y le pedía de alguna manera que renovara ese SÍ, que la ayudara a recordar que estaban juntos en esto. El matrimonio se trata de eso. ¿Cómo explicarle a Laurita? Le daba pena verla tan frustrada, tan irritada.

La revancha de Laurita

Sin tan sólo pudiera transmitirle que no se trata de una revancha: “Hoy le toca a él, mañana me toca a mí”. Pero no lo entendió.

Laurita se pasó los años que le tocaron estar allí resignada, sólo pensando cuándo se terminaba ese período. Tuvo dos hijos durante ese paréntesis en su vida. “Es el momento. Ya que estoy acá sin hacer nada, aprovecho, y después me toca a mí”, solía repetirle a Julia.

Pero siempre que se encontraban las dos, había una barrera.

Laurita la miraba con la pena que le daba el convencimiento de que Julia era una sometida, que se dejaba de lado. Julia veía en ella mucha bronca, frustración y soledad.

Y no lograba transmitirle lo que era en realidad el matrimonio, de lo que implicaba amar sin retacear, sin peros ni hasta cuándos.

Pasado, presente y futuro 

Era una vocación. Porque el ser humano está hecho para amar, para darse a los demás, no hay más forma de realización que la entrega, que el amor. ¿De qué manera elegimos realizarlo? Julia y Marcos habían elegido el matrimonio. La entrega al otro y a los hijos.

un abrazo y mucha pazEllos dos, a través de cada proyecto pequeño, grande, de cada acto, de cada día, sabían, a veces más conscientemente que otras, que se estaban
entregando por entero al otro. Y ese convencimiento era el que le daba sentido a todo.

Se podían caer, se podían pelear, podían necesitar renovar ese pacto, pero siempre estaba la entrega de cada uno al otro. Ese SÍ que habían dado entero. Entonces sabían que no le tocaba en el presente a uno y en el futuro al otro. El tiempo entero era de a dos. El pasado, el presente, el futuro era más llevadero porque se empujaba, o se tiraba o se cargaba de a dos.

No era fácil. El camino presentaba obstáculos, montañas y ríos que atravesar. Y eso es la vida. Muchas veces es necesario renovar ese convencimiento del principio con la conciencia de que no es fácil. Hacer que las mismas dificultades revitalicen la convicción de que el proyecto es de los dos.

Laurita y Santi no lo podían ver así. Les costaba mucho. Y un día, Marcos y Julia se enteraron de que efectivamente Laurita había decidido que le tocaba a ella. Y así, de manera transaccional, cada uno siguió con su proyecto personal, porque nunca había habido un Proyecto Matrimonial.

A triunfar

Todo a nuestro alrededor nos empuja a dirigirnos al éxito. El éxito, el triunfo se miden con números, con dinero, con reconocimientos profesionales. Si no son logros que los demás pueden medir, no existen.

En el Proyecto Matrimonial el éxito se «mide» en cantidad de amor entregado (que no se mide), en paz interior, en la felicidad que da hacer feliz al otro. Hacer que el proyecto personal sea el matrimonial y que el proyecto matrimonial sea el personal le da sentido a todos los pequeños proyectos. Otorga la tranquilidad y el sosiego que la propuesta «marketinera» de la sociedad moderna no soluciona.

La vida es larga y hay tiempo para todo: para estudiar, para aplicar lo aprendido, para criar. El tren no pasa de largo como algunos creen.

El Proyecto Matrimonial nos lleva a dirigir nuestro andar hacia los brazos acogedores del ser amado, y nuestros brazos se convierten en el destino del otro para que el final del camino sea siempre el sosiego de los dos.

 

[notification type=»information» title=»SOLUCIONES CREATIVAS»]

Cada vez es más frecuente que las parejas jóvenes transiten unos años de su matrimonio en el exterior, la mayoría de las veces a raíz de trabajo del marido.
Esto no significa necesariamente que el otro no pueda seguir adelante con su proyecto profesional.
Sólo necesitarán ser creativos, existen las propuestas on line y presenciales, tal vez, diferentes del plan inicial.
Se trata de conversarlo previamente para tomar las decisiones en forma conjunta; ya no existe la decisión en solitario, dado que el proyecto de vida pasó a ser compartido y la familia se ha convertido en prioritaria, por algo decidieron casarse.
¿Cómo adaptar la propuesta laboral, en el país o afuera, al plan familiar?
No hay reglas escritas. Desde mi experiencia profesional puedo decir que la generosidad es garantía de felicidad y de realización personal. Ojalá no se equivoquen.

Orientadora familiar[/notification]

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