SIN MIEDO AL ÉXITO, EL ROL DE LA TUTORÍA

SEMANA DE LA EDUCACIÓN DEL 11 AL 21 S

Antes, hablar de tutor era algo rígido: ese palo que sostenía al árbol para que creciera derecho. Hoy nos hablan de las tutorías como la instancia educativa que permite a cada uno ser el mismo contando con todos los desafíos propios de la adolescencia.

Por Ivana Berkham – Comunicación Institucional de Integralis

Los cambios vertiginosos, crisis económicas, avances tecnológicos, monedas cibernéticas y pérdida de confianza se aceleraron con la situación de emergencia sanitaria que, a su vez sumó otros focos de inestabilidad vinculados a la salud y a cambios de hábitos. Dejamos de lado los abrazos, las reuniones familiares y de amigos e hicimos de nuestro círculo más cercano un conjunto de dispositivos con conexión a internet.

Adultos sin respuestas

Si los adultos nos vemos afectados por esta realidad que nos traspasa y que, tal vez por momentos, nos abruma. ¿Qué pasa entre los niños, adolescentes y jóvenes que atraviesan los cambios propios de sus edades y etapas de desarrollo, a los que se suman las dudas e incertidumbres externas de este contexto? Mientras, los adultos nos persuadimos, cada vez más, de que no tenemos todas las respuestas.

Cada estudiante requiere un acompañamiento adecuado.

Para transitar estas incertidumbres sociales a las que se suman a las propias del crecimiento, es necesaria la búsqueda constante de espacios que generen un genuino desarrollo intelectual a través de la reflexión y el pensamiento crítico. A la vez un ámbito de contención emocional en el cual se pueda pensar la reconstrucción de los vínculos y adquirir herramientas que sirvan para hacernos adultos que miran y acompañan las incertidumbres de otros, al mismo tiempo que los impulsan a descubrirse y superarse.

Por una educación integral

En este desafío, la educación integral juega un papel fundamental, porque mientras exige calidad pedagógica, propone un enfoque desde la presencia. Cada estudiante requiere de un acompañamiento adecuado, que contemple su situación personal y, a la vez, potencie el desarrollo de sus talentos, propios que suelen no ser iguales que los de su compañero de banco.[2] 

Desde esta perspectiva, la figura del tutor cobra una especial importancia porque es quien deberá garantizar la unidad del proyecto educativo entre todos sus actores. Es decir, mediará entre los estudiantes, los padres, la comunidad y los profesores.

La figura del tutor

Por esta razón, una oferta educativa a la altura de estas demandas que brinde respuestas adecuadas a tantos desafíos significa considerar la formación y preparación necesaria de educadores capaces de acompañar a los alumnos y estudiantes en su trayectoria.

El tutor tiene la misión de identificar al otro, de caminar junto él y de contagiar el entusiasmo por aprender y progresar.

Amaya, F; de las Carreras de Silveyra, F; Pittaluga, I. A. Año 2011. “La tarea educativa del tutor. Desafíos para el s. XXI”. Ediciones Logos. Argentina.

Resulta un imposible pensar en el verdadero desarrollo integral de los estudiantes, de cada uno, si no se los considera en primer lugar como seres humanos que piensan, sienten y anhelan. Es el tutor quien tiene la misión de identificar al otro, de caminar junto él y de contagiar el entusiasmo por aprender y progresar.

La educación que merecen los hijos, los nietos, los futuros ciudadanos de nuestro país requiere de educadores comprometidos, dispuestos a formarse continuamente y a desafiarse. Pero sobre todo, requiere de educadores sin miedo a equivocarse, capaces de cuestionarse y de animarse a transmitir la pasión por el aprendizaje continuo.

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