Ser nosotros. En tiempo de cuarentena=comprensión

La cuarentena es un tiempo que nos desafía a todos, desafía nuestra paciencia, comprensión, paz interior, la capacidad de tolerancia, para vivir con incertidumbre.

 

Venimos transitando este tiempo de cuarentena en familia, cuidando los vínculos de pareja, de padres a hijos pequeños, los padres mayores… las personas que sabemos que están solas.

 

Hoy lo hacemos de la mano de:

 

María A. Cornu Labat. Coaching y mentoring de pareja. mcornulabat@sernosotros.com  (Abogada. Master en matrimonio y familia)

 

 

[dropcap]E[/dropcap]s un tiempo en que de repente sentimos muchas cosas, que antes no sentíamos. Tengo necesidad de quejarme, tiene necesidad de rebelarse ante la frustración que se presenta la realidad que nos rodea, y eso desgasta.

Muchas veces trabajo tiene que esperar, los proyectos se ponen en stand by, la incertidumbre es la regla.

Y a todas aquellas parejas que están atravesando un momento especial, una crisis a la que estaban juntos buscándole la salida, entiendo que el desafío les exige un poco más todavía.

 

La Comprensión

Hago especial hincapié en la comprensión como eje que atraviesa el vínculo de pareja. La comprensión es una dimensión que reclama de las parejas un cuidado constante, más allá de lo que personalmente cada individuo esté elaborando para sí mismo.

La comprensión va a ser aquella aliada que le dé tiempo al otro para sus procesos, que lo habilitará a ser él mismo o ella misma mientras se esfuerza por ser su mejor versión. O simplemente, y aún más sublime, la comprensión será la mejor aliada para entender cuándo es el momento del otro para ser, crecer, mejorar, trabajar en su mejor versión.

Les recomiendo especialmente a quienes atraviesan tiempos difíciles en su vínculo, que con las sensaciones que describía y aquellas que pueden haber surgido en sus corazones o cabezas mientras leían, hagan dos ejercicios:

  • Uno, inclúyanlo en su ejercicio de diálogo de pareja, en el que cada uno habla por turno, sin interrumpir desde el YO, agregándolo. YO me siento…. Y expláyense con su pareja. Y escúchenlo. Escúchenla.
  • Otro, desde esa lupa de la comprensión: poner en la mirada al otro, a cada uno de esos sentimientos ponelos en segunda persona, y mejor aún, con el nombre del otro, y recordá todo el tiempo mirándolo o mirándola a los ojos, o cuando te acuerdes de él o ella o cuando sientas la tentación de enojarte, de reprochar, que todas esas sensaciones también las tiene.
  • Así como tenés que ser solidario con la sociedad, con los desconocidos, con los vulnerables, practicá la solidaridad con tu pareja, con quien estás trabajando tantos aspectos. Y hoy tienen que estar juntos. Y mañana también.

Les dejo, además, esta reflexión:

 

OJO: no es tiempo de ponerse a trabajar demasiado profundamente en lo que estaban atravesando. No traten de resolver su crisis y eviten aquellos temas en los que saben que no se pondrán de acuerdo o habitualmente los están abordando con alguien que los ayude.

  • Por último: Simplemente mirá al otro como a la persona que más necesitás y más te necesita. Y se tienen al lado.

No te olvides de preguntarle cómo se siente, no te olvides de contarle cómo te sentís.

Aprovechá para abrazarlo, abrazarla. Es tiempo de tregua. Entre ustedes se puede.

 

SER CÓNYUGES

Hay un tema en el que encuentro acuerdo casi unánime.

El acuerdo consiste en que hoy no hay tiempo para pasar juntos, no hay tiempo para encontrarse, no hay tiempo para dialogar, no hay tiempo para comunicarse.

Llevados por el estrés, nos sumimos en el malhumor y se hace difícil que cada uno saque lo mejor del otro al cabo de un día de corridas, de tensiones, de agotamiento.

Si bien reconozco que esta cuarentena no nos va a librar del estrés, ya que la vida sigue, las preocupaciones se multiplican y nos invaden, eso no es diferente a hace unos días, sí nos ha devuelto la noción y el dominio (si cabe la expresión) del tiempo. Somos dueños de cada hora, de cada minuto del día y lo podemos administrar casi sin excusas.

Entonces, si bien el estrés sigue, las preocupaciones cambiaron de color, pero están, ahora tengo tiempo de conocer y reconocer al otro, de preguntarle y escuchar cuáles son sus preocupaciones. Tiempo de escuchar para entender por qué el grito de la semana pasada, porqué el portazo injusto, porqué el silencio malhumorado. Estos días raros nos devuelven tiempo para darme a conocer al otro, para explicarle qué me estresa, qué me preocupa, qué me desvela.

Tenemos tiempo para pedirnos compartirlo, tiempo para expresar las necesidades, en vez de esperar que las adivine.

Tiempo para ser cónyuges por fin. Para tirar del yugo juntos. A eso nos comprometimos. Y eso está desnaturalizando esta vida sin tiempo. Esta vida sin tiempo nos dificulta compartir, simplemente. Y de eso se trata la conyugalidad. Cargar desde la comprensión, las preocupaciones, el estrés, los sentimientos del otro, es tirar juntos del yugo, es volver a ser cónyuges, es una oportunidad que la coyuntura nos ofrece.

 

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