María de los Ángeles Mainardi junto a su marido Baldomero Colom son reconocidos por la UPF Argentina en sus 55 años de casados.
Edición María Lescano – periodista
El matrimonio Colom – Mainardi tienen cuatro hijos, la mayor es nutricionista y trabaja en CONIN, la segunda vive en Sudáfrica hace más de 20 años, la tercera es maestra especial y el varón siguió los pasos de su padre y es militar: aeronáutico. Ya tienen también cinco nietos. Fueron propuestos por la Dra. Martina Antonini, quien es Abanderada de la Paz en reconocimiento a su trabajo en EPAMM (Equipo de Prevención en Abuso y Maltrato a Menores).
En familia pasa de todo, y la pasamos juntos. Cuando estamos físicamente juntos es una fiesta y cuando estamos lejos, no hay distancias, opina María de los Ángeles quien es miembro de Sembrar Valores.
Cada año la UPF elige el día de la familia para reconocer a matrimonios que tienen 25 años de casados o más. Como ellos mismos describen: ocasión para escuchar y aprender de sus testimonios de vida, experiencias de superación, anécdotas.
Se combinan muy bien las risas con las lágrimas.
Un encuentro anual
Benito Blanco Álvarez Presidente de la Federación de Sociedades Españolas los recibe en “su” casa y Miguel Werner, presidente de la UPF Argentina, está feliz porque pueden retomar este evento presencial,
Aunque se hayan corrido un poco los días, Werner explica que: buscamos fortalecer los vínculos intergeneracionales, destacar el compromiso considerado sagrado por las distintas tradiciones espirituales, para la educación de los hijos y la revitalización de la red social y el espíritu comunitario para el bien común; uno de los ejes de acción de la Federación para la Paz Universal (UPF), una entidad internacional e interreligiosa que desarrolla iniciativas y actividades en más de 150 países de todas las regiones.
Matrimonio es familia
El Día Internacional de las Familias fue establecido en 1993 por Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas “para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes”.
El recuerdo de esta definición es “música para nuestros oídos”, con esta finalidad nación en 2004 Sembrar Valores.
En esta oportunidad reciben el reconocimiento 15 matrimonios que llevan entre 25 y 61 años de casados. La diversidad cultural brilla en sus testimonios.
Jorge Rubén Murane – Cristina Inés Chehuan se casaron hace 25 años en la Parroquia de San Marón, Cesáreo Esparza – Ivone de Fátima Badía sostienen que la paz empieza en cada uno y pasa a la familia y a la comunidad.
Creen en el amor y lo viven día a día, con alegrías y tristezas, con fe y esperanza. Agradecen a Dios por la vida que juntos caminan en una “fiesta que no tiene fin”. Afirman que “la felicidad se comparte, y siempre en familia”, y que “con amor todo lo podemos” son Carlos Hugo Rivero Semik – Luba Opeka (Akamasoa – Argentina)
Constructor de obras e inspector de distribución de gas, médicos, empresarios, amas de casa, activistas sociales porque los vecinos merecen que el barrio esté en mejores condiciones, un matrimonio formado por folkloristas el toca la guitarra, ella baila… él es mecánico, operario metalúrgico, peluquera, pastelero, panadero, cocinera, obispo anglicano.
Todos llevan a su casa un diploma que los reconoce por:
“Por promover con su testimonio de vida de tantos años de matrimonio un ejemplo de compromiso con los valores del altruismo, respeto mutuo y el diálogo, la solidaridad y la cooperación, la empatía y la paciencia, el amor y la familia: Red natural de contención para el crecimiento, educación y protección de los derechos de los niños, escuela de convivencia, célula básica de la sociedad e institución divina; vínculo intergeneracional que brinda un fundamento para la paz comunitaria, nacional y global”
Tal vez todos creen que su historia de amor es la más bonita y que cada día se escribe un nuevo capítulo.
Sebastián Armenault, nuevo embajador de la paz.
Ultramaratonista solidario de siete continentes, que por kilómetro recorrido hace donaciones junto a las empresas que apoyan su proyecto a hospitales, geriátricos, comedores y colegios. Con decenas de miles de kilómetros de maratón y millones de pesos donados sus metas son: ayudar a quien más lo necesita. Su mensaje: «Superarse es ganar», aunque llegue en las últimas posiciones. Sus medallas son la cantidad de donaciones que puede conseguir. Por eso se siente campeón del mundo. Lo presentamos a través de un video: