A raíz del típico viaje de familia compartido en el auto, Ana que vive en México y escribe en F360 nos deja una experiencia y una reflexión.
Andaba de paseo y quiero contarte mi experiencia de este fin de semana. Si has viajado con tu familia por carretera compartirás mi sentimiento.
Sabrás que permanecer horas con niños dentro de la camioneta es toda una odisea: “quiero ir al baño”, “tengo hambre”, “me está molestando, que se vaya a otro lugar”, darte cuenta a medio camino que olvidaste algo jaja, la famosa e insistente frase de “¿cuánto falta?”, entre otras cosas.
Son recuerdos que se quedan para siempre
Sin embargo, son recuerdos que se quedan para siempre, es una oportunidad para todos de practicar la paciencia, la amabilidad, el respeto, pero también la alegría, la creatividad y la ilusión de un viaje juntos.
Alegría, creatividad y la ilusión de un viaje juntos.
Bueno, pero no quiero dejar de contarte una escena que nos tocó ver en uno de los lugares que visitamos: me refiero a una batalla campal entre dos hermanitas, así es, literal se daban manotazos, tirones de cabello y todo por un juguete, para ser más específica, un videojuegos.
f.
Cuando mi hija mayor muy sorprendida me preguntó:
- “¡Ay mamá!, ¿por qué se portan así?”.
Estuve muy tentada a darle todo un sermón sobre el buen carácter, sin embargo, entendí que la escena hablaba por sí sola, entonces le dije:
- “cuando estés muy enojada con tus hermanos y quieras pelear, recuerda cómo se ve”.
Al final, la mamá de las niñas intervino y puso orden. Y mi hija estuvo pensativa un buen rato, es una buena señal.
Podría contarte una historia cada semana de lo que vivimos en este viaje, no cabe duda que en toda experiencia, ordinaria o extraordinaria, es donde te das cuenta lo que has enseñado bien a los hijos y lo que falta reforzar.
En lo que se refiere a educar estoy convencida que las mamás también aplicamos la frase: “¿cuánto falta?”