Especial Prevención
La adicción es una problemática que nace y se fortalece en nuestra cultura de hoy, por eso es algo que nos involucra a todos. No sirve mirar para otro lado y decir “a mí no”.
Gabriela López | Counselor. Especialista en adicciones y dinámica familiar. Coordinadora Asociación Civil Accionar Prevención | gabylo63@hotmail.com
[dropcap]C[/dropcap] uando comento a qué me dedico escucho casi siempre la misma pregunta: “Pero… ¿se sale de eso?”
Como si “eso” fuera solamente un problema de otro. Un problema que nos genera tanto miedo que ni lo nombramos, decimos “eso” y tratamos inmediatamente de tomar la mayor distancia posible del problema. Para que no nos toque, para que no nos contagie, para que no nos atrape, para que no nos involucre. Como si el resto de los mortales estuviésemos ajenos a la problemática.
Es un problema de “ellos”, los “adictos”. La estigmatización cae implacable sobre “ellos”.
Entonces, me tomo el tiempo -porque estoy convencida de que mi responsabilidad también es educar- y comienzo a explicar, con la mayor paciencia, responsabilidad y conciencia, de qué se trata.
Lo primero que les digo es que la pregunta correcta sería: “¿cómo hacemos para resolver esto?”, o bien “¿cómo ayudo a mis adictos?” Porque lamento comunicarles que este es un problema que nos involucra a TODOS. No podemos eludir esta responsabilidad.
Es una problemática que nace y se fortalece en respuesta a la cultura de hoy. Donde la valoración está puesta en el tener y no en el SER, con una sobrevaloración del éxito sin tener en cuenta el esfuerzo, el proceso, la constancia, la perseverancia, el respeto.
Es una problemática que afecta a nuestra comunidad y cuya respuesta también la tendremos que encontrar en comunidad.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»] No es sólo sustancia [/button]
Sí… de eso, de la adicción, se sale. De hecho, dejar de consumir no es lo más difícil que deberán afrontar estas personas que han encontrado en su vida sólo a la droga como respuesta. Sino que el problema viene después. ¿Dejan la droga y qué les ofrecemos a cambio?, ¿qué les brindamos para llenar ese vacío tan grande que tienen en sus almas y que han tapado durante tiempo con una sustancia -llámese sustancia, juego, sexo, vínculos, compras, etc.? ¿Cómo ayudamos a estas personas para que encuentren su pasión y la pongan en algo que los enriquezca y a su vez enriquezca a su entorno?
Lo que les puedo asegurar, para no entrar en una explicación teórica de un tratamiento, es que de la adicción se sale únicamente acompañado.
La adicción los deja solos y el remedio sería la conexión. Pero una conexión genuina, nutricia, con calidez, confianza, paciencia, acompañamiento, límites, empatía, aceptación y sobre todo amor responsable.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»] El núcleo familiar [/button]
Cuando alguien en consumo problemático pide ayuda, es importantísimo que todo el núcleo familiar (padres, hermanos, parejas, hijos) también se comprometa con el tratamiento. El adicto suele ser el emergente de una situación que va mucho más allá de su consumo. Nos muestra en carne viva y sin censura todo el dolor humano llevado a los extremos. Manifiesta en sus actos lo no dicho. Lo actúa. Es esclavo de una realidad que no sabe cómo cambiar. No tiene herramientas emocionales para afrontarla.
Y si el adicto no pide ayuda, no reconoce un problema en su consumo, de igual manera la familia puede empezar a hacer tratamiento para aprender cómo ayudar a su ser querido.
Desde nuestra labor acompañamos tanto a los adictos como a su entorno. Trabajamos en grupos para aprender a revincularnos desde el respeto y la aceptación. Indagamos y acompañamos a desarrollar sus potencialidades. El foco está puesto en cada integrante del grupo, ya sea de padres o de pacientes, en sus logros, en sus proyectos, en sus habilidades, en todo lo que favorezca un crecimiento emocional y espiritual. En abocar la trascendencia en la ayuda hacia los demás. La sublimación comunitaria es el último escalón para alcanzar la cura.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»] Paradojas de hoy [/button]
Paradójicamente, en la era de las comunicaciones y de la globalización nos estamos quedando cada vez más solos. Rodeados y aturdidos por tanto ruido y tanta corrida no vemos ni escuchamos casi nada. Entonces, los ayudamos a parar. PARA: Pienso, Analizo, Reviso y Actúo, a frenar los actos impulsivos, a detectar la violencia silenciosa, esa que no se ve a simple vista, el abuso emocional.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»] ¡Todos aprendemos juntos! [/button]
Los recibimos con una frase de autor anónimo: “Vení que acá te vamos a querer, hasta que aprendas a quererte solo”.
[notification type=»note» title=»Amor responsable»]
Todos sentimos amor por alguien. Conocemos el amor, hablamos y escribimos sobre el amor.
También desde y en nombre del amor podemos hacer mucho daño.
El amor responsable es mucho más que sólo amor. Es el compromiso, desde el amor, de acompañar, contener y guiar al otro en pos de su crecimiento físico, psicológico y emocional sano y saludable. Es un amor que respeta la dignidad del otro, valida su sentir y pone límites
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