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El noviazgo es ese momento ideal para compartir sueños, para trazar caminos. Para saber elegir.
María Cornú Labat | Magíster en Matrimonio y Familia | sernosotros.com | mcornulabat@sernosotros.com
Durante el noviazgo nos preparamos y transitamos un camino hacia la concreción de un proyecto que pareciera que sólo es realizable cuando se compatibiliza de la mano del proyecto del ser amado.
En seguida empezaremos a notar que ser uno mismo, ser auténtico, es ser fiel a nuestra vocación, ser fiel a lo que elegimos ser. Al reconocernos como somos y elegir a ese “alguien” surge la necesidad de una entrega total al otro para llegar a ser nosotros.
[button link=»» color=»green2″ icon=»» size=»small»] Las primeras salidas [/button]
Tal vez, el mejor momento -aunque no el único para plantearnos el proyecto de los dos sea en el comienzo, durante el mismo noviazgo.
Podría darse que en las primeras salidas, en pleno coqueteo, cuando uno quiere mostrar las cualidades más marcadas y que el otro “no se sorprenda” o no exija cosas descabelladas, cada uno le presente al otro un proyecto tan incompatible como disparatado.
Una chica, por ejemplo, le puede decir al chico -ese que está conociendo y le gusta- que piensa casarse a los 21 años. Y él, aclararle que se piensa casar a los 30, tras haber terminado una exitosa carrera y un posgrado… Claramente son dos proyectos individuales que uno le presenta al otro casi a modo de desafío, más que de conquista. “A ver cuánto se animará a ceder por mí, apuesto a que muere de amor y cambia totalmente de proyecto”, piensa ella.
SON DOS PROYECTOS INDIVIDUALES QUE CADA UNO
LE PRESENTA AL OTRO CASI A MODO
DE DESAFÍO, MAS QUE DE CONQUISTA
Mientras que él quiere plantear desde el vamos y sin dudas su tendencia súper varonil, de hombre fuerte y decidido, que no deja doblegar su voluntad por una chica con complejo de Susanita.
[button link=»» color=»green2″ icon=»» size=»large»] Defensas altas [/button]
Es claro: al comienzo, cuando lo que hay es atracción, cuando el otro es simplemente un bien para uno, las defensas están altas. No bajamos la guardia, no mostramos debilidades, estamos defendiéndonos…
“Ojo, soy así, no vayas a creer que me vas a poder manejar o moldear a tu antojo. Esto es lo que quiero y tengo. Tomalo o dejalo”. Y es natural. Como es también natural que, de a poco, a medida que el tiempo pase y vayamos conociéndonos más, depongamos las armas y nuestra relación vaya avanzando.
[button link=»» color=»green2″ icon=»» size=»large»] Propuesta artesanal [/button]
No se trata tampoco de transacciones. El famoso “doy algo, cedo, así la otra persona tiene que ceder también en otra cosa”. La propuesta es tanto más artesanal y sutil, como atractiva y verdadera.
Cuanto más se conoce a la persona amada, más se ama. Cuanto más se profundiza en el sentimiento verdadero de amor al otro, más se da a conocer la esencia de uno mismo, con el mismo fin de que el otro ame más.
Hay menos resistencia de ambos lados. Los proyectos de cada uno suman, enriquecen, y el proyecto propio se hace realidad con el del otro. Sin nunca, nunca, perder de vista que el gran proyecto personal de cada uno es hacerse mutuamente felices.