Mientras algunos sostienen que la pornografía alimenta las relaciones íntimas de la pareja, la ciencia y la experiencia van por otro lado.
Felipe Jofre- Escribano. Presidente de Protege tu Corazón. Asoc. Civil – felipe@escyofre.com.ar
Se escucha seguido que la pornografía “alimenta” y refuerza la “pimienta” en las relaciones íntimas de pareja, tan desgastadas a veces por las obligaciones, el stress, la rutina, el trabajo, los chicos, los problemas….. Ayuda a sacar a la persona del torbellino diario de manera muy rápida, agregan y eso beneficia otros aspectos de su vida, su estado de ánimo, sus malos humores y nervios se apaciguan.
En definitiva, sostienen, mejoran todos nuestros aspectos, en especial los relacionales, expresan que la pornografía no hace mal a nadie, incluso favorece en el momento de relajar tantas tensiones con las que vivimos. Es decir que mejoraría la empatía en las relaciones cotidianas justamente con los más cercanos, cuando la rutina y las rispideces diarias se vuelven tediosas. También otorga ideas que mejorarán sustancialmente la vida íntima de las personas, ya sea con su pareja estable o no, -dicen-.
Cuando habla la ciencia
Sin embargo análisis recientes muestran todo lo contrario y necesitamos conocerlo. Estudios efectuados por CEPSIM Madrid, entidad que asiste a personas con síntomas como la ansiedad, depresión, fobias, violencia familiar, disfunciones sexuales, expresa que la exposición a la pornografía produce una descarga excesiva de dopamina y, por tanto, una sobreestimulación en el sistema de recompensa del cerebro.
Una adicción como las drogas o al alcohol, aunque está dentro de las denominadas “adicciones sin sustancia”
Este exceso de liberación de dopamina genera un mensaje para que repitamos la conducta y por tanto sigamos produciéndola. Se genera así la constante necesidad de sentir este estímulo o, lo que es lo mismo, una adicción. Este proceso es el mismo que origina la adicción a las drogas o al alcohol, aunque está dentro de las denominadas “adicciones sin sustancia”, pero adicción al fin.
Sin vueltas
Hablemos directamente y sin vueltas, una adicción de la cual es muy difícil de salir, en especial en ésta época en la cual el material está al alcance de “celular”. El 80% de material pornográfico se consume a través de celulares.
Un consumo continuado de pornografía termina por alterar el funcionamiento del cerebro y su estructura. Como en todas las adicciones, la sobreestimulación promueve un consumo más frecuente, y el acto sexual “natural” deja de ser tan placentero. Cuanta más pornografía se consume, más se reduce la actividad del centro de recompensa y más dopamina necesita generar el cerebro para sentir placer.
Y, ¿en la pareja?
El mismo Centro de Estudios ratifica que el consumo de pornografía produce entre otras cuestiones, problemas familiares, el descenso de las relaciones sexuales en la pareja, la insatisfacción sexual, alejamiento de la realidad, baja de autoestima y un caldo de cultivo óptimo para la infidelidad.
Habla la justicia
Ya hace varios años, en 2004, un informe presentado por la Dra. Jill Manning, especialista en terapia matrimonial y familiar, ante el Senado de los Estados Unidos concluye que en los años precedentes, el 56% de las demandas de divorcio en los Estados Unidos, acusaban, entre sus causas, la obsesión de uno de los cónyuges por la pornografía on line. Hoy esta exposición se ha multiplicado varios cientos de veces.
El abuso de la pornografía on line había sido la causa de más de la mitad de los procesos.
Kevin Skinner, director de “Inside Porn Addiction” y autor de Treating Pornography Addiction: The Essential Tools for Recovery cita también un sondeo de la American Academy of Matrimonial Lawyers, llevado a cabo con abogados matrimoniales, que confirmaban que el problema del abuso de la pornografía on line había sido la causa de más de la mitad de los procesos. El autor del artículo continuaba diciendo que si estos datos son precisos, habría que concluir que, solo en los Estados Unidos, la pornografía es la causa de aproximadamente medio millón de divorcios anuales, sobre el millón de divorcios que ha sido el promedio anual de la primera década del siglo XXI.
Adicción sin sustancia, la nueva epidemia
Skinner concluye que la pornografía ha sido un factor decisivo para el fracaso matrimonial. Y el divorcio, sin lugar a dudas, es solo una de las tremendas y dramáticas consecuencias que la pornografía causa en las familias. De hecho, son justísimas las palabras de la psicóloga y psiquiatra Judith Coche, del Coche Center de Filadelfia, y profesora de psiquiatría en la Universidad de Pensilvania, quien, después de 25 años de trabajo clínico, decía: “tenemos entre manos una epidemia”.
Dejamos para adelante otras consecuencias probadas acerca de la pornografía, por el momento nos urge dar a conocer esta realidad oculta como esta “adicción sin sustancia”.
Nuestra voluntad es la generadora de energía para alcanzar nuestras metas y sueños.
Por ser altamente adictiva, la pornografía es apta para destruir nuestra voluntad (que es la generadora de energía para alcanzar nuestras metas y sueños) y nuestro mejor y más valioso proyecto: la familia, haciendo sufrir y dejando imborrables consecuencias en nuestros seres más queridos.
¿Vale la pena?
fotos de ET El Tiempo