[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] conversaciones difíciles [/button]
La colaboración de los padres es indispensable para favorecer y potenciar el aprendizaje de sus hijos, pero ¿cómo coordinar el aporte de unos y otros?
Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay
Julio, 2016. Marcos no aprobó ningún examen de mitad de año. Las maestras de quinto grado estaban cansadas y desmotivadas. Le habían tenido toda la paciencia del mundo, le explicaban los temas más veces que a los demás. Trataban de corregirlo en privado, aunque en ocasiones Marcos las desafiaba con mal comportamiento o contestaciones irrespetuosas. Se hacía el payaso y causaba un gran revuelo entre sus compañeros que siempre le festejaban las ocurrencias.
Las maestras habían preparado las evaluaciones para Marcos teniendo en cuenta las adaptaciones curriculares sugeridas para su diagnóstico de ADD. Previamente, habían enviado a su casa el material para el repaso de los contenidos a evaluar. Pero al día siguiente y los demás días antes de las pruebas, el material seguía abrochado en el cuaderno.
MARCOS NOS TIENE UN POCO ESTRESADOS
MI MARIDO VIAJA MUCHO AL CAMPO Y YO ESTOY TODO EL DÍA EN LA OFICINA
[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] En sala de maestros [/button]
“¿Por qué aguantarlo si los padres no colaboran? No lo digas, pero yo a Marcos lo suelto, que sea lo que Dios quiera. Si a los padres no les importa, por qué me tengo que molestar con todo este trabajo extra”, se despachó Mónica, cansada de lidiar con Marcos toda la tarde. “¿Por qué me tengo que hacer cargo de las dificultades de aprendizaje de Marcos si la familia no hace su parte?”, continuó.
Laura estaba muy apenada: “Tenemos que hacer equipo con la familia y entender mejor qué es lo que le está pasando. ¡Pidamos una reunión!”
Pero Mónica suspiró agotada: “¡Con todo lo que tenemos que hacer! Olvidate, no cuentes conmigo. El otro día Marcos se hizo el gracioso y todos los compañeros se reían, no los podía hacer volver al tema. Fue un día de furia. Me tuve que contener para no llorar. Me sentí muy humillada.” Pero Laura insistió: “Pidamos ayuda a Analía (la directora de primaria), ella tiene experiencia y buena llegada con la familia.”
[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] En casa de Marcos [/button]
Cecilia, su mamá, estaba desolada al leer los resultados académicos de Marcos en el cuaderno de comunicados. Y además, le pedían otra entrevista. No tenía ánimo ni para firmar el cuaderno. Respiró profundamente y siguió con los rituales de su hogar a la vuelta de la oficina: baños y preparar la comida.
Prefirió esperar a que Pablo, su marido, volviera del campo para encarar la charla con Marcos.
[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] Cuatro meses antes [/button]
Marcos cursaba quinto grado de primaria y fue diagnosticado con el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Tenía dificultades para terminar de copiar los trabajos a tiempo, le costaba prestar atención, estaba en constante movimiento. Su necesidad de moverse era más fuerte que él. Y por si fuera poco, distraía a sus compañeros haciéndose el gracioso.
Laura y Mónica eran sus maestras de castellano e inglés, respectivamente. Ellas eran quienes sufrían la hiperactividad de Marcos.
[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] Adecuaciones curriculares [/button]
Luego de una conversación con Mariana, la psicopedagoga de Marcos, Laura y Mónica se habían puesto manos a la obra con sus sugerencias: llevar una planificación diferenciada, entregando resúmenes impresos diarios para que Marcos complete su carpeta. Mientras que los padres, Cecilia y Pablo, lo ayudarían con la organización de su estudio, proporcionándole un espacio adecuado y haciéndole cumplir un horario de estudio. Aunque a veces no tuviera tarea, siempre debía releer, completar o simplemente preparar los materiales para el día siguiente. Los padres se comprometieron a estar en comunicación fluida con el colegio, revisando el cuaderno para chequear fechas de exámenes y repasos.
¿PORQUE ME TENGO QUE HACER CARGO DE LAS DIFICULTADES DE APRENDIZAJE DE MARCOS SI LA FAMILIA NO HACE SU PARTE?
[button link=»» color=»bordeaux» icon=»» size=»large»] Una reunión difícil [/button]
La reunión se realizó en los primeros días de agosto, no bien terminadas las vacaciones de invierno. Participaron Cecilia, Laura y Mónica, acompañadas de la directora, Analía, y la psicopedagoga del colegio, Josefina.
La directora comenzó con preguntas a Cecilia: “¿Cómo lo ves a Marcos? ¿Sigue su tratamiento? ¿Qué les va comentando la profesional que lo trata?” Cecilia comenzó: “Marcos sigue con el tratamiento psicopedagógico. Nos tiene un poco estresados. Mi marido es ingeniero agrónomo, viaja mucho al campo y yo estoy todo el día en la oficina. Luego del cole, los chicos ven tele y andan en bici por el barrio. Cuando llego a casa después de todo el día, les pido que hagan la tarea y me pongo a cocinar. Se bañan, comemos, y después los mando a la cama. Al ver los resultados de las pruebas de mitad de año de Marcos, me agarré la cabeza. Sinceramente nos preocupa mucho. A veces lo queremos matar. Que Marcos haga la tarea es una lucha constante. A veces siento que se me está yendo de las manos y que pierdo el control.”
Analía agradeció la sinceridad y la apertura de Cecilia. Le pareció muy bueno que Marcos continúe en tratamiento porque lo necesita. Y empezó a contarle cómo lo veían en el colegio: “Marcos es un chico muy capaz pero está reclamando límites. Necesita la mirada atenta de sus padres. La tuya, que sos su mamá, pero la del padre también es muy importante para su crecimiento integral. Quizás podemos ayudarte a explicarle la importancia de que él se involucre en su aprendizaje, por eso te recomendamos que para la próxima reunión busquemos una fecha en la que pueda participar. Así podrá asumir un rol más protagónico, aliviándote y compartiendo las responsabilidades.»
La psicopedagoga agregó: “Marcos necesita organización, un plan de trabajo concreto, tener una hora todos los días para sentarse y revisar sus carpetas, preparar los materiales y tareas -y continuó-: Marcos necesita ayuda tanto en casa como en el colegio, pero el esfuerzo debe ser de él. Ustedes como padres se deben ocupar de los límites para ayudarlo, límites claros que pueden pactar junto con él: hora de estudio, preparación de materiales, horarios de pantallas, salidas, deportes, etc. Nosotras en el colegio estamos para explicar los contenidos todas las veces que él necesite; puede preguntar las veces que sea necesario, dentro y fuera del aula. El colegio sí será exigente con la asistencia, la presentación de trabajos en tiempo y forma y la participación en clase. Hablaremos para que Marcos ponga su esfuerzo personal y vaya creciendo en responsabilidad.”
Volviendo en auto a casa, Cecilia reflexionaba sobre la reunión. Por un lado, se sentía el peso de todo lo que había que hacer sin saber cuánto contaba con Pablo; pero por otro, se había sentido comprendida y escuchada… y tenía un plan que al parecer valía la pena.
ATENCIÓN COLEGIO
- • Investigar por qué un alumno se resiste a comprometerse con el estudio.
• Luego de una evaluación escrita, el alumno deberá.
analizar sus resultados.
• En el caso de no haber aprobado, deberá entender cuáles fueron los
factores que impidieron lograr los objetivos planteados.
• Luego de una reunión con los padres, asentar por escrito qué acciones
cumplirán los los padres, docentes y directivos.
ATENCIÓN PADRES
- • Interesarse por el proceso de aprendizaje de los hijos.
¿Qué les resulta fácil?¿Qué les representa mayor dificultad?
• Comprender las dificultades de aprendizaje.
• Transmitir optimismo.
• Ayudar en la organización de tareas y materiales escolares.
• Alentar el esfuerzo.
• Proponer pequeños objetivos concretos y alcanzables.
• Valorar los logros.
• Ser constantes, pacientes y perseverantes.
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+ Info:
Arias, María Eugenia; Argibay Molina, Lucía, (2014), Conversaciones Difíciles entre la Familia y el Colegio, Barcelona: Universidad Internacional de Catalunya.
Radrizzani Goñi, Ana María y colaboradores, (2016),¿Hay lugar para mí? Los trastornos específicos del aprendizaje en la escolaridad común, Buenos Aires: Letra Viva.
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Te recomendamos además:
«El temido boletín»
en Sembrar Valores en Familia. Edición Nº 75 pp 24 y 25
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