Poesía de María Elena Walsh, una de las tantas poesías que María Elena convertía en canciones. Hay nostalgia, algo que suena rutina o a quietud.
Aquí, comentada por
Silvia Bayá de Lagache, silbaya.c@hotmail.com
No te vayas, te lo pido,
de esta casa nuestra donde hemos vivido
qué nostalgia te puedes llevar
si de la ventana no vemos el mar.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Todo cansa, todo pasa,
y uno se arrepiente de estar en su casa,
y de pronto se asoma a un rincón
a mirar con lástima su corazón.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Tantas charlas, tanta vida,
tanto anochecer con olor a comida
son una eternidad familiar
que en un solo día no puede cambiar.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
Estos muros, estas puertas,
no son de mentiras, son el alma nuestra,
barco quieto, morada interior
que viviendo hicimos, igual que el amor.
Y afuera llora la ciudad
tanta soledad.
No te vayas, quédate
que ya estamos de vuelta de todo
y esta casa es
nuestro modo de ser.
Amor ¿con sabor a rutina?
[dropcap]M[/dropcap] aría Elena Walsh fue una poetisa, escritora, cantautora y compositora argentina, nació en Ramos Mejía, Buenos Aires, en 1930 y murió en Buenos Aires en 2011.
Sus poesías y canciones muy famosas y difundidas, especialmente las dedicadas a los niños, muy ingeniosas y amenas, no han perdido actualidad.
En ésta poesía que hoy evocamos, la autora nos habla con cariño y nostalgia del hogar familiar, tantos recuerdos y emociones guardados y el mantenerse en el lugar en que se ha nacido, como un barco quieto, que nunca zarpa.
Agradecemos la imagen a Foto de Iwona Kisiel