Se acerca el fin de año y nos da una cierta sensación de vértigo… ¿cómo llegaremos, cuáles son las cosas que me gustaría tener cerradas, cuáles son demandas familiares, laborales, de amigos?
Por Dra. María Amalia Caballero – Periodista @mariaamalia.caballero9
Este fin de año vuelve a ser especial porque nos encuentra a los argentinos envueltos en desafíos electorales, cambio de gobierno y una cierta sensación de inseguridad respecto de los caminos posibles.
Sin embargo, dentro de este contexto externo y particular, en estas fechas “acumulamos” cansancio y tareas pendientes que necesitamos programar y programarnos.
Tareas pendientes que necesitamos programar y programarnos.
Para trabajarlo en forma individual o en grupos proponemos tres momentos:
PRIMER MOMENTO: ¿QUIÉN SOY?
Listemos nuestras características personales. Sexo, lugar que ocupamos en la familia, responsabilidades a cargo, aficiones y características personales.
A esta enumeración vamos a dividirla en dos columnas: Fortalezas y debilidades.
Ser padre / madre de familia… tener determinado trabajo o no tenerlo… y así con cada una de las características que hayamos incluido, ¿qué significa para mí F o D?
¿Para qué? Para que, a la hora de planificar y planificarnos, podamos apoyarnos en nuestras fortalezas que son distintas de una persona a otra. Para algunos la planificación es algo casi obsesivo, para otros en una tranquilidad, y también puede resultar algo inalcanzable… veamos.
Aquello que hemos llamado debilidad lo veremos como una amenaza y a nuestras fortalezas como oportunidades. A la hora de planificar, cada una de estas características resultado de la reflexión personal nos ayudará a “surfear” la ola, lo mejor posible
Estamos en un ejercicio de FODA personal…
SEGUNDO MOMENTO: ¿QUÉ ME ESPERA EN ESTOS CASI DOS MESES?
Es el momento de pensar en cuáles son las responsabilidades que nos condicionan en el trabajo, en la familia, en los desafíos personales que tal vez nos propusimos al comienzo de este año.
A estos “pendientes” podremos llamarlos o categorizarlos como urgente, importante, descartable, inaplazable, deseado, buscado o no…
TERCER MOMENTO: PLANIFICACIÓN
En esto como en los planteos anteriores, no hay dos personas iguales, entonces existe una gran diversidad de formas de hacerlo. También por eso vale la pena conocernos:
¿Cómo canalizo mis «agobios» por lo que no alcanzo… cómo manejo mis “aceleres”, o por el contrario, ¿soy muy tranqui y caigo… en cada trampa? ¿Cómo lo perciben los demás…?, ¿qué me da paz?
Todo esto importa a la hora de planificar, no somos un aerolito en medio de un planeta vacío. Lo que afecta a uno afecta al “universo”.
Llega, entonces, el momento categorizar: Urgente, Importante, ambas cosas… descartables, inaplazables, puede esperar, pasa al año próximo.
También aquí salta la diversidad en las personas, para algunos la advertencia más clara es la lista de pagos pendientes, para no quedar sin luz o sin agua. Pero también es inaplazable ir a la peluquería si tenemos un evento importante como una fiesta de fin de año o la graduación de un hijo. El gimnasio o el grupo de zumba son determinantes para muchos, dado que el estado de ánimo o la salud física y mental depende en gran medida del respeto a estos momentos.
Y, algo más, ¿cómo lo organizo? Hay una enorme diversidad en las formas, para algunas el calendario y los tiempos / horarios son los determinantes. Para otros es de mayor utilidad tener carteles de colores que alerten acerca de la inminencia y gravedad del tema. Las flechas y los globos, también, son de gran ayuda.
Y ante todo… ¡flexibilidad! Para eso ayudan los imanes que nos permiten mover un tema de un lugar a otro. Si no fue hoy, será mañana. Si no fue por la tarde ¿queda para la noche?
En fin, no es una receta de cocina, somos personas diferentes, que vivimos en contextos diferentes, familias organizadas de modos diversos…
Valió la pena dedicar este rato a “planificar” para que el fin de año nos encuentre con paz y deseos de compartirla.