PARA LOS MUY HINCHAS

papá y mamá

¿Qué te pasa cuando tus hijos entran a la cancha?¿Qué pasa con los adultos cuando sus hijos compiten en deportes?

 

Lucía Argibay Molina | Orientadora Familiar | luciaargibay@gmail.com | @Luciaargibay

 

[dropcap]¿[/dropcap]¿Qué te pasa cuando tus hijos entran a la cancha? Quien entra a la cancha de fútbol es él, quien va a jugarse entera con la raqueta es ella, y sin embargo… cuando él o ella entran, quien se vuelve loco o loca sos vos. ¿Qué pasa con los adultos cuando sus hijos compiten en deportes?

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]El rol adulto[/button]
Queda claro que el rol de los adultos (padres y entrenadores) es clave para estimular a los chicos a mejorar, a celebrar logros y a atravesar las dificultades que se presentarán en su camino deportivo. Lo que no es tan sencillo de ejercer es la prudencia que necesitamos a la hora de hablar acerca de su juego.

Si el padre, la madre o el entrenador están tomados por las emociones, furia, frustración o exitismo, convendrá dejarlas pasar antes de hablar. Sólo en un ambiente de tranquilidad los chicos estarán abiertos a nuestros comentarios y sugerencias y, así, podremos ser útiles.

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]Hay mucho en juego[/button]
Cuando los hijos entran a la cancha, se ponen en juego cuestiones ligadas a la personalidad y a las expectativas de los adultos. Como educadores, esas emociones deberían gobernarse en beneficio de los jóvenes y no del ansia competitiva o de autosatisfacción. Así, los chicos disfrutarán de la experiencia, lograrán desarrollar sus habilidades deportivas y sociales y serán más felices.para los muy hinchas

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]Una persona singular[/button]
Reconocer al hijo como una persona singular y única, distinta de los demás, es el primer paso para preguntar con curiosidad genuina por sus emociones y sentimientos.

No se trata solamente de conversar sino más bien de escuchar lo que nos quiere decir. Desde fuera de la cancha, a veces, los padres creen que su hijo no fue protagonista y que se aburrió. Pero cuando le preguntan, el chico dice: “fue increíble, me salió todo lo que practicamos en el entrenamiento”. Si los padres escuchan con ganas de aprender sobre sus hijos y lo que sienten o esperan, estos se reconocerán respetados y podrán manejar mucho mejor sus propias emociones. Crecerá también su autoestima. Se trata de ese “silencioso respeto por uno mismo, la sensación del propio valor”, según Corkille Bills en su popular libro “El niño feliz”. Un arte nada fácil que toca a los padres consiste en desarrollar la autoestima de los hijos.

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]Habla de lo que sabe[/button]
El reconocido ex entrenador de Los Pumas Santiago Phelan, padre de cuatro hijos, habla con pasión del deporte y muy especialmente de la conveniencia de que los chicos empiecen cuanto antes con estas prácticas.

– ¿Por qué?
En primer lugar, como una forma de evitar el sedentarismo, tan negativo como estilo de vida. También porque es un modo de practicar virtudes como la constancia, la solidaridad, ayuda a entender situaciones, a acompañar al otro, a trabajar en equipo… entre otras. Si hace deporte, después puede aplicarlo, o no, en la vida diaria, familiar y proyectarlo en la vida social. Es fácil decirlo, pero existe un problema importante, ¿cuál? Los papás: está el padre que grita… muchas veces los papás sólo quieren que sus hijos ganen, y llegan a exigirle al DT que los ponga a jugar.

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CUANDO LOS
HIJOS ENTRAN A
LA CANCHA
, SE
PONEN JUEGO
CUESTIONES
LIGADAS A LA
PERSONALIDAD Y A
LAS EXPECTATIVAS

DE LOS ADULTOS

 

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]Por edades[/button]
“Para el chico que tiene 6, 7, 8,10 años, el deporte es un juego, va para socializarse, para divertirse -continúa Phelan-. Más adelante empieza el valor de la competencia, es bueno querer ganar pero no a cualquier precio.”

“Por último, que aprovechen sanamente el tercer tiempo y que allí nazcan verdaderas amistades. Que entiendan que en la cancha uno se pega, se golpea pero después hay que cuidar esas relaciones. Es una linda oportunidad de conocer al otro. Se invita al equipo rival a comer unas empanadas, cualquiera haya sido el resultado del partido…”

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]Por valores[/button]
Entre los beneficios que aporta la actividad en equipo están valores como el “respeto por los compañeros, que hace que no falten al entrenamiento aunque llueva; el amar su camiseta. También el respeto al rival que puede ser mejor o peor pero uno siempre pone lo mejor. El respeto al árbitro, al aceptar cualquier tipo de decisiones”, explica.

Desmenuzando la actitud del deportista, Tati cuenta que aparecen “la claridad en lo que uno tiene que transmitir, en lo importante, la amistad, el compañerismo, el compromiso, la responsabilidad o el esfuerzo”.

 

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Agradecemos al Grupo Ferrero que nos permitió este encuentro tan enriquecedor en la Embajada de Italia con motivo de la presentación de su Balance Social.

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