Pantalones largos

poesias

 

Pantalones largos

[dropcap]T[/dropcap] anto lo quisiste, tanto lo deseaste.
Ya tienes cumplido tu sueño dorado.
El traje que en tantas vidrieras miraste.
¡Pantalones largos, hoy has estrenado!

Y quieres que opine sobre tu elegancia.
Que: ¿Cómo me queda?, ¿qué tal la postura?
Que si el saco es corto, si la manga es ancha,
y al espejo miras tu infantil figura.

Y lejos de ti, todo abullonado
como un trasto viejo de vulgar matiz,
a tu traje corto lo has abandonado,
a tu compañero de infancia feliz.

Y me ha parecido que junto con él
arrojabas lejos tu infantil fragancia,
tu risa sonora como un cascabel
y la luz reciente de la tierna infancia.

Hoy mi compañero de felices años
ya quiere ser hombre, su sueño anhelado;
al hombre lo hieren muchos desengaños,
y mi corazón un poco ha llorado.

Pero basta ya, que en tu algarabía
no vaya a ver pena, ni sabor amargo.
Que al fin es orgullo, dulce melodía
tener este hermano de pantalón largo.

Y me causa gracia cómo al traje nuevo
lo cuidas de manchas, de arrugas, de rayas.
Hasta llave quieres, porque desde luego
piensas que una noche a la calle vayas.

Pero ya en la calle de rara alegría
cuida de tus sueños, de tus ilusiones
con sumo cuidado, casi te diría
¡tanto como cuidas de esos pantalones!

Silvia Bayá de Lagache

 

[button link=»» color=»blue2″ icon=»» size=»large»]   Mi hermano Enrique   [/button]

[dropcap]B[/dropcap]  ueno, ahora me toca a mí, la presentadora de tantas lindas  poesías, ofrecerles este verso dedicado a mi hermano Enrique a quien con gran dolor hemos despedido hace unos días.

Para mí fue una pérdida muy grande: un hermano es el  compañero  de nuestros sueños infantiles y los recuerdos  familiares. Además teníamos mucha afinidad.

Cuando se puso los pantalones largos como se usaba en ese tiempo, él tenía 14 años y yo 16. Lo acompañé con mamá a comprarlos y lo vi tan emocionado y contento que se me ocurrió escribirle unos versos. Era mi segunda obra poética y no olvido cómo le gustaba que se la recitara. Por eso, hoy quiero recordarlo con gran amor y emoción:

Enrique Mariano Bayá Casal, ingeniero agrónomo, gran empresario, fervoroso católico. Con Sofía formaron una numerosa y linda familia.

Mi hermano es el padre del fundador de esta revista Sembrar Valores, Enrique Jorge Bayá Casal, también entrañable persona que siguió sus pasos con gran acierto.

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