Vos también tenés tus dudas, tus problemas. Porque sacar adelante una familia, ya lo dice Mariuqui, no es fácil. Pero ella tiene el coraje de ser optimista. Se te puede acabar la imaginación y la creatividad. Aquí estamos para darte una mano, para compartir una experiencia, cuando quieras.
MARIUQUI MAGRANE
Orientadora Familiar y Asesora en Relaciones Familiares
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No entendí
Siempre leo tu Consultorio porque, casi todas las veces, la pega con algo que me está pasando. Hace cinco años que estamos casados y desde novios nos gustaba leer juntos la revista. Nos esforzamos cada día para salir adelante, superar las diferencias, entregarnos a la educación de los dos hijos que ya tenemos. Pero no entendí tu nota de la última edición: “Dónde, cuándo y cómo”. ¿Me podrías explicar algo más?
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Fue una nota que me salió muy de adentro, es mi experiencia de lo que es venir de una familia ensamblada. Por cuestiones de espacio tuvimos que quitar mi testimonio, que ahora te comparto: “Todos lo llamábamos Tatita, era mi padre, pero no el de mis medio-hermanos. Nos ofendíamos cuando otras personas nos decían hermanastros. Mamá quedó viuda esperando un bebe y, dos años después, se casó con un soltero. Yo soy la tercera de ese segundo matrimonio.
Ella no debe haber hecho diferencias entre los hijos de sus dos matrimonios y mi padre tenía especial cariño con los que no eran sus hijos biológicos. Para algunos fue más fácil, aunque una de ellas lo aceptó más tarde.”
Ahora hay más familias ensambladas, no solo por haber más divorcios. A la vez, hay más conciencia de no separarse de los hijos, aunque se separen de sus parejas matrimoniales. Cuánta grandeza y generosidad hay que tener para cuidar y educar, sobre todo a los hijos más sensibles.
Lo sentí en carne propia y, ahora en la consultoría, percibo -por el bien de los hijos- la necesidad de orientar a los padres cuando quedan en esta situación.
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Estoy harta
Estoy harta de la impuntualidad de mi hermana. ¿Cómo puedo convencerla para que cambie? ¡Es tan incómodo! Nunca toma en cuenta el tiempo necesario para lo que acordamos hacer.
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Tanto la impuntualidad para llegar, para comenzar, como cuando nos quedamos más tiempo de la cuenta en una casa, en una reunión, estamos atropellando el tiempo del otro.
Dentro de una familia, entre padres e hijos, entre hermanos, es bastante común que tengamos tiempos diferentes para hacer las cosas y que después no tengamos paciencia unos con otros. Más allá de la paciencia que podamos tener o no con los defectos ajenos, para este tema concreto que te “harta” de tu hermana, te sugiero que le propongas esta verdad:
cuando somos puntuales estamos diciendo “sos importante para mí”.
Tal vez la ayudes a mejorar en esto.
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Es difícil perdonar
Necesito ayuda: Nos separamos después de 15 años de casados y dos hijos en común. Le fui infiel. Estoy arrepentido y quiero volver, pero ella dice que necesita tiempo. Supongo que tiene miedo de que le vuelva a fallar.
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Ganar la confianza y el respeto perdido es lo más difícil en los vínculos; suele llevar tiempo y pruebas de que hay una sincera voluntad de cambiar en aquello que se ha herido. Respetale sus tiempos para pensarlo, para sanar ese dolor. Es una de esas circunstancias en que la ayuda de un profesional puede ser especialmente necesaria… Tal vez puedas proponérselo.
No te olvides de que el perdón es un proceso.
No te sientas mal si no logra desarrollarlo rápidamente. Sólo el amor verdadero es capaz de mover montañas. Reconstruir tu matrimonio, después de una infidelidad, necesita de mucho amor y valentía.
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Te escuché en la radio
Mariuqui, te escuché decir en la radio que no hay que comparar a los hijos. ¿Me podés explicar por qué? A mí me sale decirle a mi hijo más vago que se siente a estudiar varias horas, como lo hace su hermano el responsable, y me parece que es la manera de que se dé cuenta cómo tiene que hacerlo
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Tal vez por ese camino consigas que se siente varias horas, pero no sé si vas a conseguir que realmente estudie o, en vez, se quede rumiando una bronca. Lo más delicado en esto es que con esas comparaciones no ayudás a que se quieran entre ellos. Seguramente, junto a ese calificativo de “más vago” podrás encontrar cinco calificativos que sean elogiosos para él.
¿Por qué no se compara a los hijos? Tampoco se compara a las amigas, ni a ninguna persona. Sencillamente, porque cada uno somos un misterio, somos únicos, originales, irrepetibles.
Esto hace de la educación un desafío continuo y fascinante. Nos moviliza a los padres a que seamos creativos al cumplir nuestra misión. Nos enfrenta con la necesidad de encontrar la mejor forma de motivar a cada hijo en su progreso personal. En este caso, será ayudar a que tu hijo aproveche el tiempo de estudio. Probá apoyándote en sus puntos fuertes, que seguro los tiene.
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