¡Muy feliz día, abuelos!, hoy y siempre

En Argentina se festeja el 26 de Julio el día de los abuelos pero, ¿cómo no adelantarlo si cae en lunes?

La abuela es sabia, sabe mucho más que Google. Sin embargo, ante algún tema que no «engancha» nos pregunta: «¿Tengo yo eso en mi Ipad?»  Tal vez, se le escapa el concepto pero vive en la realidad, la realidad cotidiana, la nuestra, la material y la virtual de cada uno de sus hijos y nietos.

¿Día de los abuelos?

Cuando lo valioso parece que es ser joven, el abuelazgo -¿será un neologismo?- desconcierta. Aunque hace años que celebramos este día… como no es tan comercial pasa inadvertido para muchas familias. y no saben lo que se pierden. Acá estamos para alertarlos.

Los abuelos nos ponen ante la evidencia del paso del tiempo, y  nos llevan a aceptar la edad y comprendemos que la vejez que es completamente esperable, no nos toma por sorpresa y hasta podemos elegir cómo vivirla.

Los años dan seguridad y la mirada retrospectiva nos permite comprender que esta nueva etapa supera a las anteriores.

Ser abuelos

Los nietos significan que es posible la inmortalidad porque en ellos se prolongan los rasgos, los gestos que extienden la vida.

El pediatra cordobés Enrique Orschanski nos ayuda a pensar, a reconocerlos:

Como suelen no ver bien, usan los ojos para otras cosas.
La mayoría tiene las manos suaves y las mueve con cuidado, aprendieron que un abrazo enseña más que toda una biblioteca.

Los abuelos tienen el tiempo que se les perdió a los padres. Cuentan historias de cuando ellos eran chicos. Con cada palabra, las raíces se hacen más profundas; la identidad, más probable.
Son incomparables cómplices de secretos.
Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían, de tan preocupados que estaban por educarlos.

Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan.

Son personas expertas en disolver angustias cuando, por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba.

La comida que ellos sirven es la más rica; incluso la comprada. 
Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad. Los que los tienen lejos, deberían procurarse uno (siempre hay buena gente disponible)».

Finalmente, y para que sepan los descreídos, los abuelos nunca mueren, sólo se hacen invisibles.

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