¿MITO O REALIDAD?

[Deportes]

 

Lic. Lucía Sáenz Briones | sociosenelcambio@gmail.com
Clara Naón de Aberastury | claranaon@gmail.com

 

[dropcap]E[/dropcap]  xiste una asociación directa entre las actividades deportivas y recreativas y la prevención del consumo de sustancias. Y vamos a intentar explicarlo.

 

¿Cuáles son las razones más frecuentes por las que los adolescentes dicen que consumen alcohol?
En la encuesta utilizada en el programa Socios en el Cambio se registra que ante la pregunta “¿por qué tomas alcohol?”, las respuestas más frecuentes son: porque estoy aburrido, lo necesito para enfrentar el estrés o formar parte de un grupo, para poner a prueba cuánto aguanta el cuerpo. Es llamativo que todo esto que el adolescente dice buscar en el consumo de alcohol, se logra con el deporte bien practicado. La práctica deportiva ayuda a evitar el aburrimiento estructurando el tiempo libre, promueve la toma de riesgos saludables y enseña cómo vencer y descubrir las propias limitaciones, conocer mejor el propio cuerpo y compartir una meta común con otros, desarrollando lealtad, compromiso y perseverancia.

Se demostró que el deporte puede ayudar a mejorar la autoestima, a hacer frente al estrés y fomentar la pertenencia a un grupo. Definitivamente sus beneficios son inmediatos y de largo plazo, muy distinto a lo que se puede esperar del consumo abusivo.

Por otro lado, la actividad deportiva genera la liberación de dopamina, que es un neurotransmisor que regula el placer. A través del deporte y actividades recreativas los chicos pueden buscar placeres sanos. Se activa el circuito de la recompensa. Se busca querer repetir el acto que nos llevó a sentir ese placer y así se activa un circuito de actividades placenteras y sanas al mismo tiempo.

¿Sólo el hecho de practicar deporte previene?
No sólo el deporte, sino cualquier actividad recreativa que sea estructurada: teatro, fotografía, baile, coro, entre otras, que al igual que el deporte, son actividades físicas con una estructura o conjunto de normas acordadas, que permiten competir con uno mismo o con un adversario.

Proporciona la oportunidad de mezclar la diversión, la automejora y la competición. Pero siempre el que la experiencia deportiva sea positiva, o no, dependerá del grado en que se atienda a los valores deportivos: el respeto a uno mismo, a entrenadores, compañeros, contrarios, árbitro, reglas de juego.

Tampoco se le debe dar excesiva importancia al triunfo; es más importante centrar la atención en la tarea que en el triunfo, teniendo en cuenta que “no hay un camino a la felicidad, la felicidad es el camino”.

Consultamos a la dra. Evelina Mahler de la ONG Comunidad Preventora, que trabaja en el Sedronar en la formación de profesores de Educación Física.

El deporte ¿siempre aleja del consumo de drogas?
Puede pasar que se asocie sobre todo al alcohol como una forma de festejo, como en el famoso tercer tiempo. Aquí sucede que los chicos tienen una estructura de cuidarse la noche anterior y pasado el momento viene el descontrol sin tener en cuenta que el alcohol a largo plazo tiene efectos sobre la musculatura, la coordinación, lo que impacta en el cerebro y el cuerpo en general. Va a influir sobre su rendimiento más allá de la inmediatez de haberse cuidado unas horas antes del partido.

 

EL DEPORTE PUEDE AYUDAR A MEJORAR LA
AUTOESTIMA, A HACER FRENTE AL ESTRÉS Y
FOMENTAR LA PERTENENCIA A UN GRUPO

 

El sponsoreo de marcas de cerveza que está en muchos deportes no ayuda porque naturaliza el consumo y tiene una influencia negativa en el imaginario popular al desconocer lo que significa y todo lo que se asocia al consumo de alcohol. Incluso el que practica el deporte está asociado a vida sana, mientras el alcohol no tiene esa característica en ninguna de sus formas ni dosis y mucho menos en jóvenes menores de edad para quienes, además, está prohibido por la ley
.
El descontrol del festejo, una tradición especialmente en deportes de equipo donde prevalece el concepto de amistad, puede llevar a un consumo irresponsable.

Puede ocurrir, y de hecho ocurre, que los chicos se inclinen a consumir alguna sustancia para mejorar su físico o alcanzar mejores rendimientos. ¿Cómo es la incidencia de este riesgo de adicción?
El deporte puede inducir al consumo de sustancias de abuso. Porque para lograr mejor rendimiento se recurre al consumo de sustancias conocidas mundialmente como doping, prohibidas por las asociaciones mundiales de deportes, comités olímpicos, asociación mundial antidoping. Son los anabólicos esteroides consumidos por los levantadores de pesas pero también por deportes que uno no se imagina como la equitación o el yudo. También se expandió mucho el uso de estimulantes para mantenerse despiertos en el ciclismo o en los deportes de carreras de velocidad.

Y hay un creciente uso y abuso de suplementos nutricionales que en sí mismos no son malos para la salud, excepto la creatina, que tiene efectos nocivos sobre los riñones cuando se toma en exceso. Pero, muchas veces, incluyen algunas trazas de estimulantes y anabólicos esteroides prohibidos por las asociaciones deportivas.

Otro factor que no puede dejar de considerarse es que los deportistas de élite, que tienen alto rendimiento, sufren enormes presiones para superar sus propias metas o las de sus competidores. Esto los predispone a tener trastornos mentales como depresión o ansiedad, que son los más comunes. Están muy cuidados por los deportólogos pero no tanto en el aspecto psicológico. Y ante estas tensiones se automedican, no sólo para el dolor con analgésicos opioides que rápidamente los vuelve adictos; también toman pastillas para dormir, para paliar su ansiedad consumen ansiolíticos, barbitúricos, antidepresivos y todo esto no tiene ningún tipo de supervisión.

El deporte es un gran preventor pero si están cuidados todos los aspectos físicos, emocionales y mentales del deportista.

[button link=»» color=»blue1″ icon=»» size=»large»]   La ONU y el deporte   [/button]
En su documento “El deporte como instrumento de prevención del uso indebido de drogas”, de octubre de 2002, la ONU advierte que el mundo del deporte ofrece múltiples opciones que responden a una serie de intereses y que pueden desarrollar virtudes particulares o establecer medidas cautelares entre los jóvenes. Por ejemplo: los deportes de equipo como el fútbol o el rugby pueden ser particularmente buenos para desarrollar aptitudes sociales como la comunicación, la gestión de conflictos y de trabajo eficaz con los demás para lograr un objetivo común.

Los deportes individuales como el tiro al arco o el tenis de mesa son especialmente adecuados para desarrollar la autoconfianza, la autodisciplina y el establecimiento personal de objetivos.

Los deportes extremos como descenso de ríos en “kayak” o la escalada contribuyen a la autoconfianza y satisfacen la necesidad de aventura y la cuantificación del riesgo que puede ser una alternativa al consumo de drogas para algunos jóvenes.

Los deportes al aire libre como el esquí de fondo y el ciclismo pueden mejorar la apreciación y el cuidado del medio ambiente natural: los deportes autóctonos practicados por los nativos de todo el mundo pueden ayudar a que los jóvenes se relacionen con sus culturas y tradiciones.

El mismo documento afirma que el deporte que se basa en la honradez deportiva, es probable que tenga un gran valor de prevención en sí mismo. Por eso es importante que trabajemos para que padres, profesores de educación física, entrenadores y árbitros transmitan los valores deportivos. Que estén preparados para hacerlo. Y hasta podrían presentar al equipo un código de conducta que ayude a atenerse a las reglas de juego y a respetar los valores deportivos. En algunos clubes los jugadores y entrenadores firman el código para generar un mayor compromiso con el equipo.

 

[notification type=»note» title=»Modelo de Código de Conducta»]

•   Jugaré siempre ateniéndome a las normas.
•   No perderé los nervios en los partidos.
•   Celebraré las buenas jugadas de todos los equipos.
•   No ofenderé ni provocaré a mis contrincantes.
•   Gane o pierda, daré la mano a mis contrincantes y árbitros después de un partido.
•   No gritaré ni criticaré a mis compañeros de equipo ni entrenadores cuando cometan un error. •   Me esforzaré al máximo en cada partido, incluso si el equipo va perdiendo.
•   Señalaré las faltas incorrectas cuando vayan a nuestro favor.
•   No discutiré las faltas que se me imputen.
•   Me divertiré.

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