La cuarentena nos cambio los planes a todos. Sin embargo, en la vida hay momentos especiales como es el terminar la Universidad, ¿qué le pasó a Lucía? y a cuántos más…
Por Lucía Murphy (23), estudiante
[dropcap]S[/dropcap] abía que tendría que hacer malabares con mis tiempos viajando de acá para allá, pero estaba dispuesta a intentarlo. “Este es EL año de estudios”, o así me lo había propuesto después de tener un 2019 viajando y disfrutando con el intercambio y trabajo en el exterior.
Mi plan
Repasemos: cinco materias de la carrera de Periodismo en la Universidad del Salvador de Pilar, dos materias del Ciclo Pedagógico (para ser profesora) en la sede de la USAL en el centro de Buenos Aires, y otras dos materias en UBA XXI para completar el CBC de la carrera de Cosmetología.
En medio de entrevistas para trabajar de profesora en un colegio, mamá nos pidió que no salgamos más de casa, porque esto del coronavirus parecía ser serio y teníamos que cuidar a nuestra hermana menor, que, por ser diabética, forma parte del grupo de población de riesgo.
Una semana después, la cuarentena se hizo obligatoria. Ya no había oportunidad de continuar con las entrevistas, pero por lo menos me quedaba el estudio para mantenerme ocupada.
Cuarentena, ¿salvadora?
Además de todas las materias que me había propuesto hacer, me anoté en dos cursos gratuitos, uno sobre podcast, dictado por mi universidad y otro sobre poesía americana contemporánea, de la Universidad de Pennsylvania.
Estaba demasiado entusiasmada con el repentino tiempo libre, tan necesario en otros momentos de mi vida, como para darme cuenta de que me estaba desbordando.
Mis amigas que sabían cómo iba a ser mi cuatrimestre, me decían “la cuarentena te salvó”. Y yo sabía que en cierto modo era verdad.
Hasta que empezaron las clases online, las tareas, trabajos prácticos, lecturas obligatorias, un sinfín de responsabilidades que, si las clases hubiesen sido presenciales, no estoy tan segura de que hubieran sido tan exigentes.
Para rematar, el cargador de mi notebook dejó de funcionar y ahora tengo que turnarme con los demás miembros de mi familia la computadora. Al final la cuarentena no era tan salvadora…
¿Parar o seguir?
Lucía Murphy estudiando en casaTodo el esfuerzo que debía volcar en mis estudios los volqué en organizarme. Y después de varias frustraciones por no llegar a hacer todo lo que me había propuesto en el día, me pregunté: ¿cómo es que este virus me está obligando a parar y sigo sin poder hacerlo?
Hablé del tema con varias amigas, para comprobar que no era la única estresada, y las respuestas fueron muy variadas. Algunas estaban preocupadas porque su cama estaba demasiado cerca de su “nuevo lugar de trabajo”, otras admitieron que tenían más tiempo libre y lo aprovechaban haciendo cosas nuevas que no habían probado antes, pero la mayoría, como yo, no daban abasto.
Claro que todos tenemos rutinas distintas, algunos se organizan mejor que otros, pero en algún lado leí “estamos viviendo una pandemia, no un concurso de productividad”.
Es lógico que haya días en las que tengamos más energía que otros, hay veces en las que agradezco cursar desde casa y otras que extraño compartir mate con mis compañeros y profesores.
Después de un mes
Ya pasó más de un mes y acá seguimos todos desde nuestros hogares, expectantes, incapaces de realizar nuestras actividades sin una conexión a internet. Como casi todo en la vida, esta situación tiene sus pros y sus contras, y, aunque sigo luchando contra la desorganización y las distracciones de casa, aprendí a encontrar mis tiempos.
Lo importante es conocerse a uno mismo y no sobrecargarse, intentar vivir el día a día con actitud positiva sabiendo que va a haber momentos más intensos que otros, pero como está literalmente todo el mundo pasando por lo mismo, no estás solo.
Algunas cosas que me ayudaron a organizarme fueron matizar el estudio con ratos de ejercicio y buscarme tiempos libres para para ver alguna serie o charlar con mis amigas, aunque sea de manera virtual.
Confirmado: me recibo en casa
Nadie sabe a ciencia cierta cuando se levantará la cuarentena, pero en mi universidad ya me avisaron que por lo menos este cuatrimestre no voy a volver a tener clases presenciales.
Siempre me imaginé recibiéndome rodeada de mis seres queridos tirándome huevos y pintura, lejos de esta realidad, pero tenía programado recibirme en julio, así que mi último final para ser Licenciada en Periodismo va a ser inevitablemente online desde casa, confirmado. Eso sí, me dijo mamá: “de los huevos no zafás”.
Si querés, contanos cómo la estás pasando… direccion@sembrarvalores.org.ar
ndr: Conversamos con Cecilia Fabbro. Secretaria Académica de la Universidad del Salvador en Pilar. Nos comenta que hace ya un tiempo trabajan con blackboard collaborate una plataforma que no solo es muy útil para las clases sino también para tomar exámenes. Ya la han utilizado en mesas especiales.
Esta plataforma permite tomar el examen de modo virtual, deja el tiempo para que los profesores deliberen y vuelvan a conectar al alumno para darle el resultado.
Sólo están demorados los finales de Arquitectura por que tienen que presentar trabajos con material físico.