MEMORIA DEL CORAZÓN

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Un año que nos deja miles de recuerdos, enseñanzas,
aprendizajes, tal vez no todo sea bueno, pero de eso también aprendimos.

 

MARIANA AGUIRRE DE FERRECCIO | ORIENTADORA FAMILIAR | MARIANFERRECCIO@GMAIL.COM

[dropcap]C[/dropcap] uenta la leyenda, -¡qué lindo es empezar así la nota!- que un viejo sabio propuso a sus aprendices que, durante el último mes del año, escribieran cada día una cosa por la cual quisieran agradecer. Ellos se miraron sorprendidos pero, unos más unos menos, se pusieron manos a la obra.

En el transcurso de la primera semana, uno de ellos se acercó y le dijo:

“Ya no se me ocurre nada más, todos los días es lo mismo”.
Él respondió: “Simplemente detente, detente y observa”.

El discípulo no comprendió pero confió. Al final del tiempo establecido, el sabio le preguntó:

“¿Has descubierto algo?” “Sí -contestó-: cómo se me pasaron los otros 335 días del año, sin haber disfrutado de tantos detalles que la vida me regala”.

Mucho más que una emoción

memoria del coreMás que una emoción, la gratitud es una “actitud de vida”, que nos lleva a ver y valorar lo bueno que nos ocurre. Para vivir con esta sana actitud, el primer paso es reconocer lo que tenemos y destacar su importancia. Desde la salud, la familia, el trabajo… y una infinidad de cosas más chicas: una sonrisa, un día de sol o de tormenta -hay para todos los gustos.

Sin embargo, a menudo damos por bien adquiridas e inamovibles las cosas buenas que tenemos y nos centramos en las que nos faltan o en las cosas malas que -a decir verdad- tampoco faltan y nos obsesiona el deseo de librarnos de ellas.

Mientras que algunos padres creen que cuando un niño aprende a dar las gracias se trata de un acto sencillo de educación y cortesía hacia los otros, los médicos explican que enseñar y practicar gratitud tiene efectos psicológicos positivos en la salud mental y sobre todo en el bienestar de las personas. De ahí que el ser agradecidos no tenga edad ni época o tiempos especiales.

Entre los numerosos beneficios que trae la gratitud están una mayor felicidad, relaciones más satisfactorias y es señal de madurez emocional adecuada a la edad.

Cómo aumentar la gratitud

Qué bueno es sentirnos agradecidos muchas veces a lo largo del día por las pequeñas cosas que nos suceden: bañarnos con agua caliente, tener un desayuno para tomar, un saludo al despertarse tener un buen día en el trabajo, que tus hijos pongan la mesa sin pelearse, encontrar estacionamiento con facilidad.

Entonces sale solo, se impone el expresar gratitud a los demás, por lo que hacen por nosotros, por ser parte de nuestra vida, por sus atenciones, su compañía y escucha, por la paciencia, por bancarnos cuando estamos de mal humor.

En lugar de quejarnos o de reclamar probemos hacer, el ejercicio del sabio y escribir cada día todas las cosas buenas que nos pasaron, por pequeñas que sean. Poco a poco, nuestra atención se centrará más en lo positivo de la vida corriente. Esa lista, corta o larga, nos irá haciendo cada vez más conscientes de las cosas por las que podemos estar agradecidos.

A lo largo del año escribimos millones de mails, sms, whatsapps, por qué no escribirle una carta de gratitud a una persona con la que nos sintamos agradecidos por algo. En familia o entre amigos, probemos un día compartir con los demás esas cosas lindas que nos pasaron, que hicimos el esfuerzo de registrar.

La alegría, como la gratitud, son contagiosas.

Un hábito para cultivar

Según investigaciones realizadas por un equipo de psicólogos de la Universidad de California y otros especialistas que han estudiado los efectos de la gratitud en la salud, desde la óptica de la Psicología Positiva, enseñarle cómo practicar la gratitud a un niño es un hábito saludable que debe ser un constante en su vida.

memoria del core 1Si uno lo ejercita desde chico, lo ayuda a crecer con emociones positivas, optimismo, baja la ansiedad, y ayuda a fortalecer las relaciones positivas con la familia, amigos, maestros. Podemos ver que ante una misma realidad existen distintas miradas: la del optimista y agradecido y la de quien está mirando el vaso medio vacío y quejándose por lo que no hay.

Un corazón agradecido, es un corazón que se sabe amado y, como consecuencia, ama.

Cuando desde pequeños aprendemos a encarar la vida con gratitud, podemos reconocer al otro lo que hace por la familia y por mi persona; de lo contrario, estaremos permanentemente mirando lo que falta o no hizo. Ejemplos hay millones, desde un domingo a la mañana, donde uno prepara el desayuno y el otro, en vez de agradecer el gesto, casi sin darse cuenta, comenta que su té no está preparado como a él le gusta.

La felicidad de la familia depende muchísimo de la actitud positiva que tomemos frente a cada cosa, por mínima que parezca.

La gratitud renueva, anima, ayuda a que queramos repetir aquello que le gustó al otro y fue bien recibido. Es sentir que lo que hacemos es valioso y reconocido y, así, también nuestro cansancio tendrá otro sabor. Un corazón agradecido, es un corazón que se sabe amado y, como consecuencia, ama.

Pero sin duda, esto se “mama” y el ejemplo es lo que más enseña. Todos podemos ser “maestros de gratitud”.

Es un ejercicio en tiempo presente, que exige detenernos, mirarnos y reconocernos. Agradecer es un homenaje al otro, porque en cada cosa recibida está la huella de un semejante, aunque sea desconocido.

En unos días termina este año que estamos viviendo y llega uno nuevo, donde podremos seguir escribiendo nuestra historia, pero lo que seguro tenemos es “nuestro hoy. Si bien es un tiempo que nos encuentra cansados, con cosas todavía para definir y sumergidos en el típico trajín de esta época, entre las fiestas, celebraciones, reuniones, exámenes, despedidas, regalos… Ojalá este año no termine como uno más, sino que nos hagamos un tiempo para parar y “hacer memoria” del año recorrido, de lo vivido y que con un corazón agradecido encaremos el que dentro de poquito empieza.

 

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LOS EFECTOS DE LA GRATITUD

Físicos

Fortalece el sistema inmunológico
Disminuye los dolores y malestares
Disminuye la tensión arterial
Aumenta el ejercicio y el cuidado de la salud
Mejora el sueño y facilita el despertar

Psicológicos
Aumenta los niveles de emociones positivas
Aumenta los niveles de sensibilidad
Aumenta la alegría y el placer
Aumenta el optimismo y la felicidad Sociales
Promueve los sentimientos de ayuda, la generosidad y la compasión
Promueve el perdón
Promueve comportamientos extrovertidos
Aleja los sentimientos de soledad o aislamiento.

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