Ortorexia
Ángeles Houssay | Abogada especialista en Familia y en Salud | fliahoussay@gmail.com
El término ortorexia deriva del griego orthos -lo correcto- y orexi –apetito-, por lo que literalmente quiere decir “hambre por la comida correcta”. Consiste en una obsesión enfermiza por el consumo de alimentos saludables y, a diferencia de los que padecen de anorexia o bulimia, tienen una fijación con la calidad y no con la cantidad de la comida.
Este desorden alimenticio
prevalece en los adolescentes
aunque también se encuentra en adultos
en su intento por mejorar
la calidad de la alimentación.
Muchas veces comienza bajo las etiquetas de orgánico, vegetariano, vegano, pero se incrementa hasta que aparecen las angustias sobre qué se debe comer y qué está totalmente prohibido.
La persona y su contexto
La cultura actual pone énfasis en el ideal de belleza y salud, y aquí aparece también el interés por los alimentos saludables como característica de esta época.
Los medios de comunicación nos inundan con información de alimentos o grupos de alimentos potencialmente peligrosos para la salud, muchas veces con información verídica y otras con orientación comercial.
Además hay en la posmodernidad un auge desde lo publicitario y lo cultural en relación a la comida que se consume. No es tanto una cuestión de imagen sino de calidad de la alimentación.
El problema es que muchas personas, especialmente los jóvenes, son permeables a esta inundación de información saludable, que encuentra tierra fértil en personalidades compatibles con el trastorno obsesivo-compulsivo y con características rígidas. Los adolescentes más vulnerables a padecer estos trastornos suelen ser muy autoexigentes.
Asimismo, hijos de padres que siguen dietas estrictas, pueden ser caldo de cultivo para la aparición de esta obsesión. Madres que hacen dietas y gimnasia junto con sus hijas, que se proclaman vegetarianas, veganas o que sólo comen comida orgánica pueden
predisponer -aunque no necesariamente ocurra- a que sus hijas desarrollen esta enfermedad.
DIAGNÓSTICO
Steven Bratman acuñó en 1997 el término “ortorexia”.
Él propone algunas preguntas que pueden ser utilizadas para ayudar a diagnosticarla:
⇒ ¿Se preocupa más por la virtud de lo que come que por el placer de comerlo?
⇒ ¿Pasa más de tres horas al día pensando en comida saludable? ⇒ ¿Se siente superior respecto a otras personas que no comen como usted?
⇒ ¿La calidad de su vida disminuye a medida que la calidad de su dieta aumenta?
⇒ ¿Se siente culpable si salta su régimen?
Entrevista: Cecilia Mirenda
POCO CONOCIDA Y EN ASCENSO
Hablamos con la especialista Cecilia Mirenda, médica, presidenta de la Fundación F. X. Mayr de América. Tiene y promueve una visión orgánica de la medicina e integral de la salud.
Es una de las personas que más y mejor ha estudiado esta enfermedad.
Hoy por hoy, cuando hablamos de salud, nos referimos a algo que no es exclusivamente orgánico o biológico de la persona sino que el contexto tiene un impacto muy grande.
¿Cuál es el peligro de la ortorexia?
Es un nuevo trastorno alimentario que consiste en querer comer sólo lo saludable de manera enfermiza y obsesiva. Hay que entenderlo y atenderlo multidisciplinariamente, ya que existe el peligro de adelgazamiento y desnutrición, que se va agravando con pérdida de sodio, acidosis metabólica y hasta una disminución de los glóbulos blancos, tan necesarios para las defensas. Por otro lado, el que lo padece tiende al aislamiento y a la sensación de superioridad ante los demás porque “los otros no comen sano” como él.
¿A qué podríamos llamar una comida saludable en la adolescencia?
Como es una etapa especialmente importante por los grandes cambios fisiológicos y psicológicos, hay que prestar atención a la buena alimentación. Son necesarias las cuatro comidas diarias, con todos los alimentos que disponemos: carnes de cualquier tipo, verduras, frutas, huevos, leche y derivados, panes integrales, cereales, frutos secos, aceite de oliva. Hay que procurar que coman alimentos variados y sanos.
¿Cómo se podría prevenir la ortorexia?
Lo primero es que en el hogar haya una relación sana con el alimento, mucha armonía y seguridad. Recordemos que los adolescentes se miran en sus pares, y tienden a copiar modas. Es la familia quien puede detectar si algún miembro está excesivamente preocupado por la calidad del alimento, por su pureza, y se va aislando, sin comer con los demás, o no se permite ningún alimento común y, si lo come, después siente culpa.
¿Cuál es el límite entre comida saludable y ortorexia? ¿Cómo reconocerlo?
El límite es muy estrecho ya que si come saludable pero está bien fuerte, comparte sus tiempos con los demás y come con gusto otros alimentos sin culpa, es normal y no nos debemos preocupar. Recién cuando lo saludable se torna una obsesión, la persona se aísla para comer o se considera superior a los demás por comer “sano y puro”, tendríamos que consultar a un especialista en trastornos de la alimentación y a un psicoterapeuta para que el síndrome no avance y la persona no llegue a desnutrirse.
¿Qué consejo podrías dar a los padres de adolescentes que estén por ese camino?
Que estén presentes el mayor tiempo posible con ellos en casa y compartan salidas, paseos, deportes. Por otro lado, que se hagan muchas dietas en la casa ya que eso puede influir en la compulsión y el aislamiento.
En conclusión
La clave está en aprender a comer de todo, de manera saludable en cantidades moderadas.
Si bien hay mucha información disponible sobre la alimentación y puede ser interesante para algunos, de nuevo, evitemos caer en una búsqueda compulsiva.
Como tantas cosas en la vida, los extremos no son buenos.