Mujer: “Con mi cuerpo no se juega»

En tiempos de confusión como están intentando generar los juegos olímpicos: La mujer es la primera beneficiaria del reconocimiento de sus ciclos y el valor de las hormonas. ¡Mirada positiva!!

LPor María Amalia Caballero – especialista en Comunicación para la Salud – direccion@sembrarvalores.org.ar

Hace tiempo nos preguntábamos por qué somos tan cíclicas, también en alguna nota anterior nos vimos definidas como montaña rusa femenina… Las invito a releer esas notas.

Qué duda cabe, somos así, estos cambios hormonales a lo largo del mes y durante tantos años afectan nuestro carácter, nuestro estado de ánimo, nos rebela… ¿por qué no terminamos de conocernos?

Es un derecho, es parte de la educación, sin embargo, hay temas físicos y biológicos que definen estos cambios y no nos enteramos.

Despejar estas dudas nos hace cada vez más libres en la toma de decisiones.

Para avanzar en este conocimiento, entrevistamos a Teodelina Richards* y sin preámbulos innecesarios le preguntamos:

De la menstruación a la ovulación

SV: La menstruación que nos llega en plena adolescencia, y nuestras abuelas o bis abuelas (según los casos) nos decían: “te hiciste señorita”, marca la salida de la infancia y no siempre nos hacía tan felices. ¿Por qué?

TR: Es fácil entender por qué la menstruación se lleva todo el protagonismo a la hora de hablar de ciclos. Es un signo obvio, fácil de identificar y que cualquier mujer en edad reproductiva asocia con salud. Casi todas las adolescentes llevan un registro, en aplicación o en agenda de los días de sangrado que ocurren. Sin embargo, la menstruación es la consecuencia de la ovulación, y no al revés. 

SV: Causa y consecuencia está claro. Gracias, entonces, ¿deberíamos prestarle más atención a la ovulación?

TR: La ovulación es el evento principal del ciclo femenino, y es también el más difícil de identificar. Lo curioso y tramposo de la ovulación es su variabilidad, es decir que no se puede predecir. Que el tiempo de la ovulación varíe es el factor hace que todos los ciclos sean distintos. Para ser bien claros: no hay un ciclo igual a otro, ni de mujer a mujer, como tampoco en una misma mujer. Cada ciclo es un ciclo nuevo. 

La ovulación es el evento principal del ciclo femenino,

El desafío está entonces, en reconocer el tiempo de la ovulación. Una vez que uno reconoce el tiempo de la ovulación ha superado el desafío más grande. El período posterior a la ovulación es, por el contrario, una etapa estable en todas las mujeres. La fase post-ovulatoria es una fase consistente y mucho más clara de identificar: cada ciclo la mujer va a verificar que su fase post ovulatoria repite la misma cantidad de días (con un margen de +/- 1 o 2 días). 

Signo de salud femenina

SV: ¿Por qué es tan importante reconocer el tiempo de la ovulación?

TR: Una mentalidad práctica, que algunos llamarían utilitarista, creería que esta información sólo es relevante a quienes buscan un embarazo, o incluso podría ser para quienes busquen evitar el embarazo en forma natural. Sin duda, para aquellas parejas, esta información es determinante. Pero la ovulación no debería estar solamente vinculada al embarazo; sino como signo y causa de salud femenina.

El ciclo es una parte normal y buena de la salud de la mujer.

En el proceso ovulatorio se generan las hormonas femeninas estrógeno y progesterona, que no se pueden generar de otra manera. Las hormonas femeninas son propias de la mujer en edad reproductiva y están involucradas de manera integral en la salud cardiovascular, la salud ósea, la piel y el cabello; influye en el estado de ánimo y afecta también en el metabolismo y el colesterol de la sangre. Gracias a la acción de los estrógenos los niveles de colesterol se mantienen bajos e inducen la producción del «colesterol bueno». Al integrar el alcance de la ovulación comprendemos que la fertilidad es algo sano y bueno. El ciclo es una parte normal y buena de la salud de la mujer. Ser fértil es saludable para el cuerpo, y la fertilidad se da en un cuerpo sano.

Ser fértil es saludable para el cuerpo, y la fertilidad se da en un cuerpo sano.

SV: Estos conceptos, en parte novedosos, como son los beneficios de las hormonas femeninas, ¿están presentes en la educación sexual que se da a los adolescentes? ¿Cómo se transmiten en los consultorios ginecológicos?

TR: La educación sexual está siendo continuamente revisada, debemos entender la oportunidad que tenemos para educar hacia la integridad con una educación que permita a la mujer conocerse. Cuesta creerlo, pero en la mayoría de las mujeres cursa sus ciclos con información mínima o errónea sobre su propio cuerpo.

La información más difundida de lo que sucede en un ciclo, es: “28 días con la ovulación en el día 14”. Esta definición resulta fácil para explicar en un manual, pero es ineficaz para tratar de entender el propio cuerpo. De alguna manera, vivimos en un cuerpo al que somos ajenas. 

SV: Si la fertilidad es saludable y la ovulación produce hormonas femeninas ¿qué sucede con los anticonceptivos hormonales?

TR: La educación sexual vigente pareciera hacer un listado de las ofertas de los anticonceptivos disponibles**, y si nos sinceramos, la mayoría funcionan inhibiendo la ovulación. Desde el DIU de cobre o el DIU hormonal, las pastillas anticonceptivas en cualquiera de su combinaciones; el chip o implante, pasando por el diafragma hasta el parche son todos anticonceptivos hormonales. Esto quiere decir que introducen hormonas artificiales que confunden al cuerpo, logrando inhibir la ovulación. El preservativo es un anticonceptivo no hormonal que no afecta la salud. 

No se trata tanto de enseñarles las ofertas –algo de la que ya se ocupa el mercado-, sino de cómo funciona su cuerpo.

Los anticonceptivos tendrán nuevas versiones, con diferentes combinaciones hormonales según se vayan modificando. Sin embargo, para una verdadera/científica/física/biológica educación sexual necesitamos enseñarles a las chicas que sus cuerpos no son una zona desconocida. Para que quieran y puedan elegir en libertad tomar o no tomar anticonceptivos; no se trata tanto de enseñarles las ofertas –algo de la que ya se ocupa el mercado-, sino de cómo funciona su cuerpo.

Solamente quien sabe y conoce su cuerpo, entiende lo que está en juego.

Solamente quien sabe y conoce su cuerpo, entiende el costo de un anticonceptivo hormonal y lo que está en juego. Solamente quien entienda la importancia de la ovulación, la fertilidad como salud, y la implicancia de las hormonas en su cuerpo, puede realmente entender el mecanismo de acción de cualquier prospecto de anticonceptivos actuales o los que se puedan llegar a producir. 

SV: ¿Cómo ves la relación entre el valor del cuerpo y el reconocimiento como persona?

TR: Enseñar el valor del cuerpo y su funcionamiento es enseñarle a la mujer el reconocimiento del valor que tiene como persona. La salud y el cuerpo no son anexos que prendemos y apagamos a gusto del consumidor, sino que son parte integral de nuestro ser persona. Reconocer los ciclos es una manera de enseñar, de una forma concreta y real, a valorar al cuerpo como parte de nuestra persona y no como un objeto de valor según su apariencia o su utilidad práctica. El reconocimiento de ciclos es una herramienta de conocimiento y de apreciación personal que sin dudas vamos a ver crecer en los próximos años.

*Instructora del Modelo Creighton, un sistema de conocimiento y registro del ciclo femenino. Speaker en Grupo sólido.

**Es decir manipulada por la industria farmacéutica.

 

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