LA MAMÁ Y EL BEBE SE CONOCEN

Para que mamá y bebe disfruten el amamantamiento, queremos transmitirles seguridad: el cuerpo «sabe». Y los datos científicos ayudan.

Stella Maris Lorato | Puericultora | stellalorato@gmail.com

Lo primero que queremos transmitirte es tranquilidad, ¿sabías que cada madre producirá todo lo que su bebe necesite? También podremos sentirnos seguras y confiadas conociendo los datos científicos y biológicos que nos ayudan a valorar nuestro cuerpo, porque “el cuerpo sabe” mucho más de lo que imaginamos acerca de la madre y su hijo.

Seguridad científica

Empecemos por los datos científicos, ¿cuáles son las hormonas en la lactancia?, ¿qué función cumplen?

La hipófisis es una glándula que está en la base del cerebro y que segrega las hormonas llamadas prolactina y oxitocina.

Prolactina

Durante la gestación del bebé, la placenta produce hormonas como la progesterona y los estrógenos para anidar al bebe, inhibiendo a la prolactina que es la encargada de producir la leche materna. Después del parto, tras la expulsión de la placenta, los niveles de progesterona y estrógenos bajan inmediatamente; de esta manera permiten a la prolactina comenzar con su función. Estos niveles de prolactina aumentan con el estímulo del bebe al pecho. Cuanto más mame o succione el bebe, más leche habrá.

PARA QUE EL BEBE OBTENGA MAS LECHE CON MENOS
ESFUERZO, ES ACONSEJABLE DAR DE MAMAR DE
NOCHE: A ESAS HORAS LOS NIVELES DE PROLACTINA
EN EL CUERPO DE LA MADRE SON MAS ALTOS.

Para que el bebé obtenga más leche con menos esfuerzo, es aconsejable dar de mamar de noche. A esas horas los niveles de prolactina son más altos en el cuerpo de la madre.

El conocimiento, nos libera de sentirnos vulnerables, por ejemplo, ante ciertos comentarios como: “no le des tan seguido el pecho, esperá a las tres horas, tus pechos están vacíos”… por el contrario, aunque sea con la mejor voluntad no se está ayudando, se está interfiriendo en la lactancia.

Ahora sabemos que la leche materna se digiere muy rápido y que cuanto más estímulo del bebe al pecho, mejor porque cada madre producirá lo que su bebe necesite.

Oxitocina

Es una hormona que se libera durante el parto y cuando el bebé mama. Su principal función es la contracción de las fibras musculares del útero, la vagina, los alvéolos mamarios y las fibras que se encuentran debajo de la areola y el pezón, facilitando la salida de la leche.

Por eso cuando colocamos al bebé al pecho, los pezones se tensan y la madre puede sentir los primeros días contracciones en el útero más o menos dolorosas. Estas contracciones se llaman “entuertos”: ayudan a que el útero vuelva a su tamaño normal. La respuesta del cuerpo a la oxitocina es muy diferente en cada madre, pues no depende solo de la hormona, sino  también del estado de ánimo de la mamá.

La respuesta del cuerpo a la oxitocina es muy diferente en cada madre, pues no depende solo de la hormona, sino también del estado de ánimo de cada mamá.

Al comienzo de la lactancia la mayor parte de las madres sienten la acción de la oxitocina con un leve hormigueo en los pechos: es la sensación de que viene la leche. A veces lo llamamos bajada o subida de leche. Pero el hecho de que no se perciba esa sensación no quiere decir que no haya leche. Basta con tener el deseo de dar el pecho, sentir su olor, oír el llanto de tu bebé o incluso pensar en él -aunque no lo estés viendo- para que esta hormona se libere. Por eso se dice que la oxitocina es la hormona del amor.

Así como los pensamientos positivos de la madre pueden desencadenar el reflejo de eyección, si la mamá está angustiada, sobrepasada con cuestiones laborales, las tareas del hogar y con falta de apoyo, entra en acción la hormona adrenalina que inhibe directamente la producción de oxitocina.

Inseguridades

Si la madre tiene miedo en el momento del parto, puede inhibir la producción de oxitocina y retrasarlo durante algunas horas hasta que ella se sienta segura y contenida.

Durante la lactancia, el miedo a no tener leche a veces está sugerido por comentarios inapropiados que manifiestan falta de confianza en su naturaleza como: “tu leche se cortó porque estás muy estresada” o “no vas a tener leche porque yo tampoco tuve”. Cuando ese miedo se apodera de la madre casi no sale leche, el bebé comienza a llorar y la madre se siente frustrada.

Pero hay que saber que el efecto del estrés sobre la lactancia es temporal. La leche no sale enseguida; tarda unos segundos, el bebé llorisquea un poco, sigue mamando porque tiene hambre y la leche por fin sale.

Revolución

¿Entonces, qué nos pasa a las mamás?

En este momento tan importante de nuestras vidas, nuestro cuerpo está en plena ebullición hormonal con diferentes estados de ánimo.

Nos encontramos con nuestro bebé, todo es nuevo y tenemos que empezar a conocer sus necesidades.  Pero él sí “sabe”: nace en estado de alerta con los reflejos de succión y hociqueo a pleno. Al ponerlo al pecho de su mamá escucha su latido y siente su olor para poder nutrirse de unas gotas maravillosas, llamadas calostro, que es lo que necesita en ese momento.

Los brazos de mamá o papá calman.

Cuando todo se va calmando, el sentir a sus padres cerca lo tranquiliza y entra en un sueño profundo. Porque para él también el nacer es angustia, y no sabe que ahora está afuera de la panza de su mamá. No sabe de relojes ni de horarios. Su única forma de comunicarse es el llanto. Y no solo llora de hambre sino también de inquietud o por la molestia de los cólicos. Los brazos de mamá o papá calman.

¡Auxilio!

Llegan nuevos miedos y preocupacionesl La mamá se pregunta: “¿tendré leche?”, “¿podré amamantar?”, “no tengo pezones o son muy grandes”, etc. Sumado a comentarios desafortunados de familiares, amigas y hasta del marido, o a que aparezca algún dolor propio de la lactancia, hasta ahora desconocido. ¡Auxiliooooo! ¡Pobre mamá! En estos momentos lo que ella necesita es que la acompañen y que escuchen cuál es su deseo.

Salvo algún caso particular que habrá que consultar con el médico, toda mujer tiene leche.

Pero la realidad es que, si el bebe succiona el pecho correctamente (desde la areola) y la madre encuentra la posición que a ella le resulte más cómoda, va a ser él quien produzca la leche que necesita para alimentarse y los tiempos de cada madre e hijo son únicos. Si el bebe es prematuro su modo de succión será diferente.

Suele ocurrir que la madre no sienta deseos de amamantar, tenga pensamientos negativos, esté preocupada o pensando en sus otros hijos a quienes también quiere atender bien. Entonces, la leche tardará un poco más en salir.

Hay hermanitos

Si los hermanitos son seguidos, no es raro que el hijo anterior también quiera tomar el pecho. ¡Otra interferencia para la mamá! No pasa nada… eso se llama amamantar en tándem.

Si la mamá lo desea, puede hacerlo, dar el pecho primero al bebe y luego a su hijo “más grande” en vez de decirle que no, que es solo para su hermanito… o peor, que algún familiar se interponga y le diga que no se puede y se arme un caos.

Es mejor ofrecerle con amor el pecho. Es un momento de intimidad entre ellos. Puede que el hijo más grande pierda interés por tomar el pecho, porque la leche cambia de sabor para él. Pero siempre tiene que comer primero el bebe y luego el hermanito. El cuerpo es tan sabio que la composición cambia para el requerimiento del nuevo hijo.

Acompañadas

Si habilitamos a la madre a expresar sus deseos, la estamos ayudando a que se sienta segura y sostenida en lo que está haciendo mientras todo se va acomodando. La  presencia del padre es tan necesaria que no es en vano el reclamo de unas licencias por paternidad extendidas. Es un momento de escuchar; tal vez, necesitamos aprender a escuchar para acompañar mejor.

La presencia del padre es
tan necesaria que no es en
vano el reclamo de unas
licencias por paternidad
extendidas

Y, obviamente, habrá circunstancias en que convenga recurrir a la red familiar o a profesionales especializados. También por esto, y por muchas cosas más, podemos destacar que la lactancia materna ayuda a fortalecer los vínculos familiares

«Beneficios de la lactancia materna»]

Para la mamá

Reduce el sangrado postparto
Ayuda a que el útero recupere su tamaño y posición
Propicia la remineralización ósea después del parto
Disminuye el riesgo de cáncer de ovario y de mama
No representa un gasto económico a la familia
Es una forma segura de alimentación

Para el bebe

Presentan menores tasas de obesidad
Mejor desarrollo cognitivo
Reduce la mortalidad infantil por enfermedades como la diarrea o la neumonía
También sufren menos alergias
Contiene anticuerpos que lo ayudan a combatir diferentes tipos de virus, bacterias e infecciones
Brinda los nutrientes necesarios en las diferentes etapas del desarrollo

Hay hermanitos

Si los hermanitos son seguidos, no es raro que el hijo anterior también quiera tomar el pecho. ¡Otra interferencia para la mamá! No pasa nada… eso se llama amamantar en tándem.

Si la mamá lo desea, puede hacerlo, dar el pecho primero al bebe y luego a su hijo “más grande” en vez de decirle que no, que es solo para su hermanito… o peor, que algún familiar se interponga y le diga que no se puede y se arme un caos.

Es mejor ofrecerle con amor el pecho. Es un momento de intimidad entre ellos. Puede que el hijo más grande pierda interés por tomar el pecho, porque la leche cambia de sabor para él. Pero siempre tiene que comer primero el bebe y luego el hermanito. El cuerpo es tan sabio que la composición cambia para el requerimiento del nuevo hijo.

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