La inteligencia ¿espiritual, emocional, intelectual…?

¿Sabés qué es la inteligencia espiritual? Conocela ahora. Con la inteligencia espiritual  vemos nuestra vida en un contexto amplio y significativo y determinamos qué acción o camino es más valioso.

Por Andrea Saporiti. Psicóloga. @andy.saporiti

[dropcap]¿[/dropcap]Por qué hablamos hoy de inteligencia espiritual? El cambio de año, de un año tan especial, nos invita a dar un gran paso: a través del ser Intelectual y la Inteligencia Emocional que nos lleva a regular las emociones, llegamos a la Inteligencia Espiritual. Te invitamos a dar ese paso.

Orígenes

La existencia humana desde sus orígenes se ha preguntado por la vida, por el sentido, por el por qué y el para qué. A lo largo de la historia, cada tradición tanto de Oriente como de Occidente fue dando diferentes respuestas a las preguntas existenciales, desarrollando esta capacidad desde los monasterios y por tal motivo quedando vinculada durante mucho tiempo sólo al aspecto religioso.

En los últimos tiempos, la búsqueda del tener sobre el ser llevó a la humanidad a correr sin un rumbo claro. La velocidad se hizo presente, sin espacio para observar, preguntar, reflexionar y compartir aquello que se piensa, se siente, se vive. El individualismo, el estar centrado sólo en sí mismo, trajo aparejado una profunda crisis vital y de sentido.

Importantes referentes de la psicología, como Victor Frankl, Abraham Maslow, Carl Jung, Roberto Assagioli, entre otros, han aportado diferentes formas de dar respuesta a la búsqueda de sentido. Inclusive en la actualidad, los avances de la neurociencia comenzaron a desarrollar una nueva área de investigación, la neurociencia contemplativa, que es el soporte de una nueva forma de comprender los aspectos más esenciales del ser humano: sus emociones, su forma de vida y sus prácticas espirituales.

Las experiencias vividas en el último tiempo, trajo aparejado una necesidad de buscar nuevas respuestas a la propia vida. El tomar conciencia y cambiar la mirada requiere de un proceso interno, una búsqueda interior. En este sentido, el cultivo del Ser a través de diferentes prácticas será el inicio de un proceso de integración interna.

El comprender que somos parte de un todo mayor permite descubrir aspectos que nos conecten con la vida, el sentido y la plenitud.

¿Qué es la inteligencia?

Es interesante conocer la etimología de la palabra inteligencia que nos permite comprender en profundidad su significado.

La palabra ‘inteligencia‘ proviene del latín intelligentia o intellēctus, que a su vez provienen del verbo intellegere —término compuesto de inter («entre») y legere («leer, escoger»)— que significa comprender o percibir. La segunda acepción hace referencia a desarrollar la capacidad de elegir bien.

La inteligencia es una facultad humana que permite conocer, comprender, resolver problemas lógicos y estratégicos.

Este tipo de inteligencia fue la que en la primera parte del siglo XIX se la denominó Inteligencia racional, y/o intelectual. Durante mucho tiempo desde la psicología se crearon tests que permitieron medir el coeficiente intelectual de una persona.  Según esta teoría se creían que cuanto más alto era su resultado mayor inteligencia y capacidades tenía una persona.

Entre la Inteligencia espiritual y emocional

En los años noventa, el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, desarrolló un nuevo concepto, la inteligencia emocional, que se la define como: la capacidad de hacer consciente las emociones y sentimientos propios y de los demás. El aprender a desarrollar las emociones y poder nombrarlas permite una mayor capacidad de comprensión, empatía, compasión. El regular las emociones permite responder al dolor o al placer con mayor conciencia.

A principios del nuevo milenio varios científicos comenzaron a investigar y desarrollar un nuevo concepto la inteligencia espiritual, Dona Zhoar y Ian Marshall la definieron como: “La inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo, así como al mismo tiempo determinar qué acción o camino es más valioso para nuestra vida. Está en todo nuestro Ser, como una totalidad trabajando de manera armónica con la inteligencia racional y la emocional. Es la inteligencia primordial”.

 Es aquella que nos permite preguntarnos por el sentido y significado de la propia vida.

¿Qué es la espiritualidad?

Según Carol Crumley, «En muchas tradiciones, la palabra “espíritu” se refiere a fuerza de vida, la energía básica del ser. En términos simbólicos, el espíritu es el aliento de la vida. El hebreo ruah, el griego pneuma, el latín spiritus y el sánscrito prajna todos significan tanto “aliento” como “espíritu”. Tradicionalmente, esta fuerza de vida se ve manifestada en nuestro amor; en las pasiones e inspiraciones que nos motivan y nos conectan con el mundo y unos a otros”. 

Es interesante observar como todas las tradiciones, tanto en Oriente como en Occidente, definen la espiritualidad como “aliento de vida”.

Brother David, monje benedictino la define de una manera que nos muestra la relación con la vida. “La espiritualidad es una profunda conexión con la vida, en todos sus niveles y manifestaciones, es una balanza permanente al hecho mismo de estar vivos”.

Aliento de vida

Si la inteligencia es la capacidad de ir a lo profundo y el espíritu es el “aliento” de vida, que nos conecta con lo esencial la definimos como que la inteligencia espiritual es propia de la naturaleza del hombre, es la que permite cuestionar, ir al núcleo o corazón de las cosas. Es la que lleva a preguntarnos por la existencia y el sentido de la vida.

La IEs es un modo de la inteligencia que podemos aprender a conocer y desarrollar a través de diferentes prácticas que trabajamos en distintos  encuentros. Las preguntas existenciales son propias del desarrollo humano y comienzan en la infancia con los primeros cuestionamientos sobre el origen, la llegada al mundo, el comienzo de la vida y el planteo de la muerte.

El cultivo de la inteligencia espiritual nos permite integrar las dimensiones de la persona para lograr una vida con sentido, coherencia, libertad y plenitud. La capacidad de trascender, que significa ir más allá de lo que se conoce permite elevar la mirada para encontrar el propio sentido comprendiendo que somos parte de un todo.

 

Consecuencias

El descubrir esta capacidad nos lleva a tomar consciencia de uno mismo, de las luces y las sombras, de aquello que es propio de mirarnos a nosotros mismos de una perspectiva diferente. Nos ayuda a llegar a capas más profundas de nuestro ser, a vivir la vida con un mayor significado. Permite preguntarnos sobre la relación y el vínculo con los otros a desarrollar la empatía, la compasión y la generosidad. Estos aspectos son necesarios para tener una vida mejor como sociedad y son esenciales para poder cerrar mejor este año tan distinto. A vivir la vida tomando consciencia de los valores esenciales, a reconocer y transitar el dolor.

Por lo tanto, podríamos decir que el cultivo de esta modalidad de la inteligencia desplegará las siguientes características:

  • Capacidad de flexibilidad y adaptación
  • Mayor conciencia de sí mismo y de los demás
  • Capacidad para afrontar el sufrimiento y el dolor
  • La renuncia a causar daños innecesarios
  • Marcada tendencia a preguntar y reflexionar
  • Desarrollar y vivenciar valores
  • Desplegar la creatividad y la imaginación
  • Capacidad de trascendencia

La auto-observación es el modo de comenzar a trabajar en el interior de cada uno. Aprender a comprender que sentimos, como pensamos y que nos sucede ante los acontecimientos de la vida nos dará elementos para encontrar las propias respuestas.

 

¿Por dónde empezar?

Muchos son los caminos para comenzar este proceso de aprendizaje, sin embargo, quisiera tomar cuatro ejes: la unidad personal, el asombro, la alegría y la paz.

  • La unidad personal es la integración de las tres dimensiones humanas física-corpóreo, psicológica- afectiva y espiritual
  • El asombro es el motor de la acción y a partir de allí surgen las preguntas, nos mueve a la curiosidad.
  • La alegría es una disposición interna frente a la vida.
  • La paz interior es la comprensión e integración de los ejes anteriores.

El conocer, vivenciar y practicar cada uno de ellos nos permitirán tener una conciencia más amplia sobre el Sentido de la propia vida. El descubrir el ser de cada uno en acciones simples de la cotidianidad nos traerá beneficios a nivel personal y vincular. Quizá sea el inicio para un vivir la vida basada en lo esencial.

 

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