La incertidumbre acerca del fin de la cuarentena no es un detalle menor para nadie. Con los chicos probemos experimentar la salida, jugando.
Lic María Catarineu – @rayuelatiempodejuego*
La cuarentena nos ha dejado en nuestras casas durante muchos meses para cuidarnos. Nos encontramos casi sin poder salir y sosteniendo los nuevos despliegues familiares dentro del hogar.
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El encierro, con su dinámica centrípeta dentro de las mismas paredes, favoreció la aparición de cierta atrofia del movimiento hacia el afuera.
Mientras la realidad pandémica se sigue presentando prepotente, nos encontramos grandes, medianos y pequeños con la ñata contra el vidrio frente al deseo de empezar a salir.
¿Cuáles son las mejores defensas a construir para cuando termine la cuarentena? ¿Cómo acompañar a nuestros hijos para empezar a salir del encierro?
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»]PUERTAS ADENTRO[/button]
De un tiempo a esta parte rozamos las mismas paredes, nos cruzamos por los pasillos, descubrimos nuestros rincones internos y resignificamos los espacios externos.
El repliegue de las puertas para adentro nos ofreció el cachete con cachete para conocernos y cantarle “pica” a los encuentros y desencuentros.
En nuestra esencia de seres sociales, sigue latiendo fuerte la necesidad de retroalimentar el adentro con las aventuras del afuera.
Con la odisea de acompañar a nuestros hijos para empezar a salir, aparece sobre el dintel de la puerta un nuevo desafío, la tensión entre el deseo del afuera y la sensación de endurecimiento por tanto encierro e incertidumbre.
¿Cuál es colchón que hace de puente entre lo conocido del adentro y la realidad prepotente del afuera?
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»]LOS ENSAYOS[/button]
Todos los estrenos e inauguraciones vitales precisan de un ensayo previo. Si miramos de cerca el recorrido del desarrollo, vemos como desde muy pequeños van “ensayando” las distintas etapas evolutivas.
Aparece el juego de las escondidas, del cu-cu, la persecución entre las almohadas, donde “se pone a jugar” el primer distanciamiento con su mamá.
A medida que van creciendo, prueban una y otra vez, trasvasan distintos líquidos y sustancias de un tarrito a otro como antesalas del control de esfínteres.
Muchos de estos escenarios que ensayan jugando, les ofrecen la posibilidad de “conocer antes de tiempo”. Son despliegues que van preparando los caminos para crecer.
Así como los chicos juegan previamente los momentos evolutivos por venir, es importante poder acompañarlos a ensayar ese tránsito del encierro y la preparación para empezar a salir.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»]NUEVOS ESCENARIOS[/button]
¿Cuáles son en tiempos difíciles los juegos que nos preparan para salir? Sabemos que el enojo, el miedo y la incertidumbre que todos atravesamos pasa por el cuerpo; y si no se procesa LA TENSIÓN QUEDA EN EL CUERPO.
Por eso, van apareciendo con más frecuencia en estos tiempos, juegos corporales como la confrontación y la persecución, el choque de autitos o la guerra de almohadas.
Habilitarnos para habilitar a nuestros hijos, para facilitar diferentes objetos y escenarios de juego, para procesar el encierro y preparar la antesala de lo nuevo por vivir.
Es así como al pasear el oso por las calles de la cocina, con la entrega del pedido de verdura en la “vecindad de los placares”, en el programa con los patos para chapotear en la “laguna de la bañadera” y al acompañar a algún vecino para comprar curitas a la “farmacia del lavadero”, los chicos ponen a jugar activamente el encierro y la progresiva experiencia “del salir antes de salir”.
Estos juegos ponen en acto los miedos y al mismo tiempo ofrecen las herramientas para elaborarlos. Al JUGAR, van creando un puente que oficia de colchón, que les permite amortiguar el estreno de las salidas.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»]SALIR CON DEFENSAS[/button]
Nuestra casa es el refugio para “estar a salvo”. Al salir, debemos contar con algunas “armaduras” que nos brinden protección. Los chicos necesitan de las seguridades que ofrecen sus figuras de cuidado y de objetos de juego muy concretos, que los ayudan a tocar antes de tiempo.
Los barbijos, el alcohol en gel y los guantes, funcionan como “nuestras defensas” para salir de casa. Si estos objetos también los integramos en escenarios cotidianos de juego, para defendemos con el barbijo “del fuego del dragón”, jugar a la lucha con los guantes o curar muñecos con alcohol en gel; vamos empapando de juego esos objetos, dotándolos de una experiencia previa de seguridades al momento de usarlos.
Salir con nuestros hijos para dar la vuelta a la manzana, ir de compras por el barrio, caminar por el cordón de la vereda poniendo a jugar equilibrios y desequilibrios o buscar palitos y piedritas como pequeños tesoros encontrados; nos ofrecen la posibilidad de acompañarlos a transitar las aventuras de lo nuevo por conocer, para seguir creciendo con ellos.
[button link=»» color=»red» icon=»» size=»large»]ACHICAR LAS DISTANCIAS[/button]
Los tiempos pandémicos nos mantienen alejados de nuestros seres queridos y nos estamos extrañando mucho.
Las pantallas funcionan como la ventana vincular que nos encuentra con el cole, con amigos, abuelos; donde arrimamos nuestro rostro, nos contamos cosas, reímos y lloramos.
Vamos creando nuevos movimientos para acercar las lejanías, encontrarnos virtualmente para contarnos cuentos, dibujar adivinando qué pintamos o darnos pistas con el “veo – veo” para descubrir un dinosaurio escondido en la habitación.
Y, al salir a la calle, los chicos también pondrán a jugar las distancias, haciendo volar entre ellos avioncitos de papel repletos de mensajes que colman el corazón, y se confiarán secretos que irán vibrando de extremo a extremo del cable, con sus teléfonos de lata.
JUGAR nos prepara para salir más fortalecidos del encierro, abrir las puertas con el deseo de aventuras y descubrir juntos los desafíos de esta nueva etapa.
AGRADECEMOS ESPECIALMENTE A LOS MODELOS DE LAS FOTOS A SUS PADRES Y A SUS FOTÓGRAFOS.
*Lic. María Catarineu – Psicopedagoga especializada en bebes y niños en primera infancia. Coordinadora de RAYUELA tiempo de juego– LIRIOS DEL TALAR