La violencia entre los jóvenes es denunciada permanentemente en los medios de comunicación. Pero, qué pasa cuando esa violencia es perpetrada contra adultos mayores.
Exposición a cargo de la Lic. en psicología y especialista en violencia familiar por la UBA. Sandra Iriart. Por María Lescano, periodista
Los datos que arroja la pandemia en el mundo, y concretamente en nuestro país, genera esta necesidad de conocer reflexionar y que cada vez más acerca de la violencia intra doméstica o familiar. ¿ Estamos preparados para lo que se viene?
Datos que ¿asustan?
Vivimos en un mundo envejecido en el cual crece demográficamente 13% de población de más de 60 años.
¿Estamos preparados para este impacto? Dentro de 30 años habrá más personas mayores que jóvenes.
En nuestro país con 45 millones de habitantes, siete ya son mayores. Además esta población se concentra en unas siete ciudades de un país despoblado, por eso es fundamental que se piensen e implementes formas de contención en ambientes urbanos.
La organización mundial para la salud OMS denuncia un 6% de los adultos del mundo sufren malos tratos diarios.
Sería injusto decir que la violencia intrafamiliar crece o disminuye, podemos afirmar que ahora se puede medir pero que no sabemos cómo era hace 20 ó 30 años. En las investigaciones tendemos a unificar para tener diagnósticos y poder intervenir. Ese es el objetivo de esta información compartida.
¿Por qué estos cuadros violentes?
Hoy los niños conviven con parejas y ex parejas en las que pueden o no presenciar violencia, pero si al principio no aparecen, después de los 60 son relaciones “cronificadas”.
Más preocupante es el crecimiento exponencial del maltrato de los hijos hacia sus padres. Las conocíamos por cuestiones económicas, financieras, principalmente al momento de acceder a escrituras y la pretensión de quedarse con los bienes, pero hoy es mucho más eso
El crecimiento de denuncias de personas mayores en la Ciudad de Buenos Aires ha pasado del 0,01 al 6% son 11.000 casos diarios para judicializar. Estamos hablando de una a 8 que denuncian maltrato de su familia. Además asumimos que hay muchos que no denuncian por que las represalias son peores. Exige un gran esfuerzo lograr que puedan hablar de su dolor y su padecimiento.
En las generaciones mayores estas denuncias no se hacían porque no se consideraba violencia intra familiar era vista como “correctivos”, o porque estas dificultades avergonzaban o llevaban a separaciones, también con consecuencias peligrosas.
La población en las grandes ciudades proviene de provincias y países limítrofes que culturalmente no se la tipificaba de esa manera. El abandono no se consideraba violencia. Esto influye las trayectorias vitales de estas personas. (Al menos así se vive en Buenos Aires)
Tengo presente la denuncia de una persona de 99 años que simplemente no quería terminar su vida con alguien por el bien los hijos, pero permanecer en su casa, por preservar su salud.
Denunciar dónde, cuándo, cómo
Las denuncias no implican necesariamente acceder al poder judicial, son frecuentes en los centros de día, los grupos de jubilados, hasta en el supermercado, la gente, va y lo dice donde alguien va a escuchar
Por eso, decimos que hay que saber escuchar y saber cómo intervenir porque la cultura, en quienes hablan, ha cambiado
Pacto intergeneracional o ¿ruptura?
Yo cuido a la siguiente generación, invierto en el cuidado, en brindar afecto, en privilegiar lo vincular, lo comunitario.
Pero, qué pasó con esa inversión que, en vez de volver como amor, vuelve como violencia ¿qué pasó en esa trayectoria?
Hace 10 años este tipo de lectura era difícil, podría ser ¿mal trato de los hijos a sus padres?, tal vez a más a madres…
En qué momento se produce un corte para que el hijo llegue a la adultez y avasalle a su madre de esa forma.
Asistimos al cambio
Antes, el pater familiae era la ley, ¿a quién pasó el poder?
Hoy tenemos una familia multiproblemántica, mono parental, ensamblada.
En la familia ensamblada, conviven la mamá con sus hijos y el papá vive en otra cosa. Está también la nueva pareja de mamá, pero quién pone el límite? Están todas las variables posibles que no hace falta enumerar.
Cuando la familia es mono parental, quién es la limitante.
Asistimos, tal vez mudos, a tantos mensajes que hablan del empoderamiento del niño. Y escuchamos que él decidió ir a vivir con la mamá o el papá.
En realidad, los niños no deciden, no niños opinan. Son los adultos los que deciden. La falta de madurez del niño así empoderado, elige qué ropa se pone, qué come, si le gustó la escuela.
Pero, ¿quién puso al niño en ese lugar?
Convivimos con las paternidades adolescentes en las que cada uno vive en la casa de sus respectivas familiar. Entonces, ¿quién pone el límite al niño o la niña?, los abuelos. ¿Dónde queda el lugar de los padres?
Se desdibuja la autoridad
En la escuela también hay un desdibujamiento del rol de autoridad. Ahora hay que dar a comer a los chicos y tanto los niños como sus familias enfrenten a los docentes. El lugar que reforzaba el concepto de autoridad se diluye.
Antiguamente el Estado era per se limitante, hay el presidente se lo trata como si fuera parte de la familia, se lo llama por el sobrenombre. Mientras, el adolescente crece con eso, ¿cómo llega a la adultez?
En estos paradigmas multicausales, familiar, cultura, social… educacional, ¿cuáles son los factores riesgo?
¿Separamos causas de consecuencias?
La prolongación de la vida lleva a la perdida de facultades y en algunos casos se concreta en la institucionalización.
Sin embargo hay muchos otros, factores de riesgo. Por ejemplo, qué implica el retorno a casa de los hijos con sus respectivas familias que, por dificultades económicas, no pueden sostener. Son las mayores quienes cargan con la economía y los gastos de luz, gas, casa, comida y muchas veces también el cuidado, llevar y buscar a los chicos a la escuela, entre tantas tareas. No está contemplado en energías, tiempo, dinero… qué implica
Pandemia nos volvimos todos vulnerables, ya existía y era intercultural, nos puso a todos por igual para mostrarnos que somos desiguales.
Iguales o desiguales
Qué vamos a hacer con eso porque tiene que ver con la violencia, qué vamos a hacer, ¿cómo afecta a las mujeres mayores?, números que asustan 243 millones de mujeres sufrieron violencia física y sexual, con esto tenemos que lidiar en el futuro
¿Prevención? En los primeros tres meses 16 mujeres de más de 60 murieron en manos de sus hijos… pero eso no apareció en ningún lado.
Hombres de de 30 /50 años adictos… rompieron todo lo que pudieron, en sus casas, en las calles.
Tenemos los diagnósticos, tenemos los números y las características, tenemos la obligación ética de intervenir.
¿Cómo? Formando más geriatras que pediatras…
Todos tenemos una responsabilidad porque los efectos son multicausales. Intervenir a nivel individual, institucional para renovar esos Pactos Intergeneracionales que se cortaron, hay que rearmarlos.
*Sandra Iriart es Máster por el Instituto Universitario de Isalud, actualmente es prosecretaria y jefa en la OVD (Organización de Violencia Doméstica). Y socia fundadora y actual vicepresidente de la Asociación Argentina de especialistas en violencia familiar.
En el marco de las Master Classes sobre VIOLENCIA EN GRUPOS VULNERABLES dictadas desde la Universidad Austral, relaciones interpersonales, ponemos foco en la prevención del maltrato a personas mayores en convivencia con jóvenes.