Jóvenes con solidaridad y empatía

En este tiempo de pandemia surgieron muchas cosas para hacer que nunca se nos hubiesen ocurrido. Algunas están relacionadas con la solidaridad, la empatía y la generosidad.

Inés Catalano @IneCatalano*

 

En este tiempo de pandemia muchas cosas que hacíamos tuvimos que dejar de hacerlas. Entonces, surgieron otras que capaz nunca se nos hubiesen ocurrido. Ese tipo de cosas están relacionadas con la solidaridad, la empatía y la generosidad.

El distanciamiento obligatorio de tantos seres queridos hizo que muchos jóvenes empiecen a valorarlos desde otro lado. Por ejemplo, muchos incorporaron el hábito de escribirles un mensaje por whatsapp todos los días o llamarlos por teléfono.

Empatía: pensar en el otro

Valentina, una joven de 23 años, empezó a escribirles todas las noches a sus cuatro abuelos antes de irse a dormir. Ella cuenta que nunca antes lo había hecho y que nunca tampoco les había escrito para decirles buenas noches.

Hay miles de casos como ese. Esto logró generar la capacidad de interesarse en el otro de una manera en la que puedan mejorar la relación y saber más de cada uno. Esa iniciativa de pensar en el otro fue en gran parte por la situación en la que estamos.

Patricio, un abuelo de 80 años, manifestó que se siente muy contento de recibir diariamente un mensaje de buenas noches porque es una linda forma de muestra de cariño por parte del nieto, nos dice.

Luz, cada tanto le manda, vía una aplicación, flores o un desayuno a su abuela para alegrarle el día en estos tiempos difíciles.

Solidaridad: con los mayores

Además, al conocer la velocidad con la que podía contagiarse del virus, en lo primero que pensaron muchos fue en que los abuelos o personas mayores conocidas salgan lo menos posible. Esto llevó a que muchos nietos jóvenes, con cierta independencia, les ofrezcan a los mayores ir al supermercado por ellos y acercarles las compras a sus casas. Demuestra una gran solidaridad que, probablemente en tiempos pasados no se hacía porque uno no se daba el tiempo a pensar en ese tipo de cosas.

Generosidad: con el que no tiene

Pero, la solidaridad por parte de los chicos no fue solo para familiares. Además de eso, surgieron los típicos casos, pero multiplicados, y por llevados adelante por gente que antes no lo había ni intentado.

Este es el caso de las viandas para chicos, que lamentablemente no tienen la suerte de poder alimentarse cuando quieren ni con lo que quieran. Juan Zamprile, un chico estudiante de 22 años, hacía viandas para chicos huérfanos en sus tiempos libres. En San Isidro, hay grupos de jóvenes de la comunidad se organizan para cocinar viandas que llevan a los lugares más vulnerables.

Otros, decidieron cambiar sus hábitos de pereza y contrarrestarlos con algún acto de generosidad. Por ejemplo, Andrea Espósito, joven peruana fanática de dormir hasta tarde los domingos, pero que en la cuarentena decidió cambiar eso para ayudar a unos chicos. Andrea empezó a dar catequesis por zoom los domingos a quienes no tenían la oportunidad de recibirla de otra manera. Además, ese mismo día lo fijó para llamar a sus abuelos por zoom, cosa que nunca antes había hecho.

Con la fuerza del whatsapp

Camila Dasso, estudiante universitaria, siempre tuvo la idea de sumarse a una organización que brinda apoyo escolar, pero nunca pudo porque le quedaba lejos de su casa y no le daban los tiempos. Por la cuarentena todo se reorganizó y se puso las pilas para apoyar a través de whatsapp a dos chicas que están en el colegio. Ella las ayuda con las tareas que más les cuestan y además busca que se mantengan enganchadas con el colegio a través del valor del compromiso.

Muchos jóvenes lograron activar su parte solidaria gracias a este contexto de cuarentena y se dieron el tiempo de preocuparse por los demás. No tener a sus abuelos cerca los llevó a pensar en ellos y a dedicarles más tiempo que en otros momentos.

* Estudiante de Comunicación – Universidad Austral

Ilustraciones freepik

 

 

 

 

 

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