mujer
Presentamos un libro donde Mele Ordoñez aborda un tema que le apasiona desde que la conozco, relación vida laboral y vida familiar.
María Lescano | Periodista | marialescan@gmail.com
[dropcap]M[/dropcap] e pregunto al comenzar esta nota: ¿por qué aparece este libro en el Especial Mujer, si está escrito para ambos?
La respuesta surge clara: porque su autora es Doctora y Magíster en Gobierno y Cultura de las Organizaciones por la Universidad de Navarra y Máster en Dirección de Empresas en el IAE Business School de la Universidad Austral.
Tras años de estudio, trabajo, investigaciones, Mele nos brinda un nuevo concepto: “integración”, no más balance, no más equilibrio entre vida familiar y vida laboral. El ser humano es uno solo y necesita estar plenamente integrado, su vida es una.
Hay más razones para este Especial. La mujer ha sido el mayor agente de cambio en el siglo XX, afinemos más, si lo vemos en América Latina, podemos decir que en los últimos 50 años. Su incorporación masiva al mundo del trabajo, la política, el gobierno, la vida universitaria… ha significado una auténtica y callada -a veces no tanto- revolución. La revolución más grande y rápida de la historia de la humanidad, el cambio más profundo Hay otro punto inteligente en este libro, y es que habla de un camino hacia la integración. Nos está diciendo que caminos hay muchos y que todavía estamos en camino de lograrlo. Detalle no menor.
[button link=»» color=»pink» icon=»» size=»large»]Somos… humanos[/button]
Un aspecto que me interesa destacar de esta nueva obra es su buena fundamentación antropológica y la manifiesta voluntad de la autora por sembrar valores familiares a partir de su investigación.
Porque somos humanos y conocernos tal cual somos es indispensable si queremos ser felices. Así, el estudio y la experiencia personal, esto es, profesional, social, familiar, conducen a Mele a sacar conclusiones prácticas y novedosas.
Cuando habla de las relaciones entre subordinados y jefes no omite que es necesaria una correspondencia mutua y esto implica un querer, y el querer supone afecto. Aquí se entretiene unas líneas, ya que el afecto no es sólo para la familia -esposos, padres, hijos- sino que es necesario también en la empresa. Porque en esta relación debe haber confianza, es decir, un alto grado de certeza de que el otro hará lo que espero que haga. Y la confianza es base de la interrelacionalidad propia de la vida social, empresarial y familiar.
[button link=»» color=»pink» icon=»» size=»large»] Historia personal [/button]
Mele vivió este doctorado y la concreción de su libro apoyada en la incondicionalidad de su familia cordobesa, pero además, pasó por el inolvidable momento en que conoció a Juan, quien es hoy su esposo y con quien tuvieron su primer hijo. Esto significó, sin duda, un esfuerzo redoblado para justamente llevar a la práctica ese compromiso de integración que estaba estudiando. Pusieron en práctica las competencias propias del trabajo en equipo, gestión del tiempo, división de horarios, responsabilidades, tareas, horas de sueño y juego, entre muchas otras. Sonriendo, como siempre, nos repite esta frase muy conocida: “un hijo te cambia la vida”.
[button link=»» color=»pink» icon=»» size=»large»]Disfrutar[/button]
Por último, nos invita a disfrutar del amor a la verdad, al servicio, del amor vivido como amistad.
Cada uno es libre y responsable en sus propias decisiones; aunque también tenemos una responsabilidad social en cada una de esas decisiones, en nuestros actos. Esa responsabilidad social que debe existir en las políticas públicas, podríamos decir que están en manos de quienes rigen los gobiernos, pero también hablamos de la Responsabilidad Social Corporativa, o sea que corresponde a las Empresas. Sin embargo, se trata siempre de decisiones humanas, de personas, es decir, de seres vulnerables y necesitados de vínculos estables capaces de generar madurez, confianza, amor.
FAMILIA + TRABAJO:
UN CAMINO HACIA LA
INTEGRACIÓN
Autora: María Elena Ordoñez y Revuelta
Editorial: Lid
Colección: Acción empresarial
Páginas: 191