Cocinar es un «arte efímero» que cada vez tiene más adeptos, también, entre los hombres. Todo es cuestión de animarse.
ISABEL ACHÁVAL DE DODDS | ORIENTADORA FAMILIAR | TIOPICO2@YAHOO.COM.AR
De un tiempo a esta parte se han puesto de moda los hombres que cocinan. Ya no es raro verlos trabajar entre ollas y sartenes. No es inusual toparse con ellos dirigiendo programas gastronómicos en la televisión, provistos de gorro y delantal, preparando delicias dulces y saladas para todo aquel que los quiera seguir y aprender. Lo que considero que no está tan de moda es que sean hombres los que cocinan habitualmente en su
casa. Sin embargo, John Donahue en su libro A man with a pan escribe varias recetas a los padres que cocinan. Él sugiere un consejo muy práctico: “Si uno quiere que los niños se involucren, nada mejor que enseñarles a lavar las verduras. A los más chicos les encanta jugar con agua. Mientras ellos están ocupados, vos podés terminar tu comida”. Navegando en las redes sociales, encuentro que aproximadamente desde el año 2010 se emplea el término gastrosexuales, para denominar a un grupo de hombres que cocinan para seducir a las mujeres. Ellas a su vez se sienten atraídas por estos hombres y los definen como “hombres de entre 25 y 45
años, de mediano y alto poder adquisitivo, culturalmente curiosos y viajeros”. A su vez, muchas mujeres deducen que esos hombres no son machistas ya que históricamente ese rol siempre se ha adjudicado
a la mujer.
Persona a persona
Con este perfil tan variado de actitudes y motivaciones vinimos al campo local para conocer cómo es hoy el joven cocinero, a qué aspira, qué lo mueve a cocinar. Apuntamos a dos modelos bien definidos, el amateur y el profesional.Entrevistamos a José Lagos quecocina por hobby y a Marcos Maletti, cocinero profesional.
Un hobby
“Mis primeras armas en el mundo de la gastronomía las gané hace muchos años de la mano de Mariano Erra. Él fue quien me enseñó las nociones más básicas de la cocina. Las circunstancias eran muy particulares:
éramos 70 chicos hambrientos que misionábamos por el interior del país. Tenía un ojo calibrado al milímetro para que cada plato fuera perfecto. No olvido la enorme cadena de producción que hacíamos para preparar la lasaña, tal vez su plato maestro. De él también aprendí a moverme en la cocina y a gozar con la satisfacción de cocinar para el otro, de ver disfrutar al otro. “Varios años más tarde llegó mi novia, que me sumergió en el mundo de la cocina ‘sofisticada’. Me inundó de nuevas ideas y conceptos, una forma distinta de vivir la gastronomía. Me habló de especias, de texturas, de vanguardia, y de cocinar con amor. Un amor que se expresa
desde el momento en que elegís elproducto hasta la hora en que servís los platos. Ella me contagió el gozo absoluto que es cocinar y comer.
«Aprendí a moverme en la cocina y a gozar conla satisfacción de cocinar para el otro».
Cada vez que tenemos tiempo le propongo invitar a nuestros amigos y cocinar para ellos. En definitiva, para demostrarles nuestro cariño de una manera muy simple y sincera: con un rico plato y un vinito. “Con el tiempo me animé a aventurarme en la cocina sin una mano experta a mi lado. A probar y a equivocarme. A quemar las cosas o a dejarlas crudas hasta que empecé a encontrar el punto exacto para cada proceso. “El último verano hice unas papas Arzak, con la receta de Francis Mallmann. No solo me sorprendí a mí mismo de lo ricas que salieron, sino que dejé muy contentos a los comensales. Hoy es un hobby que me apasiona. Tengo como materia pendiente hacer algunos cursos de cocina, para poder algún día cocinar al lado de mi novia –chef– sin perderle la pisada.”
[notification type=»success» title=»PAPAS ARZAK (DE FRANCIS MALLMANN)»]
INGREDIENTES
4 Papas grandes de forma alargada (de unos 350 gramos cada una)
Sal y pimienta
Manteca clarificada
PREPARACIÓN
Limpiar las papas sin pelarlas y cortarles una base en cada extremo, para que se sostengan en posición vertical. Cortarles los lados verticalmente para que parezcan pequeñas torres de 5 o 6 lados. Luego, darles la forma de «torre acordeonada»: con la ayuda de un cuchillo bien afilado, apoyarlo a 45 grados (no perpendicular) sobre un lado, y realizarle incisiones paralelas con movimientos pequeños y rápidos, como picando la superficie. Dar vuelta la papa y en ese mismo lado, hacerle otra vez los mismos cortes, formando ahora ranuras y descartando los sobrantes para dejar ese lado limpio y como un acordeón. Repetir el proceso en todos los lados. Sazonar las papas con sal y pimienta y colocarlas en posición vertical sobre una bandeja para horno. Pintarlas con manteca clarificada y cocinarlas a horno moderado-fuerte (220 grados) durante 45 minutos – 1 hora, hasta que estén bien doradas por fuera y tiernas en el interior. Si se doran demasiado en la base y en su «techo», acostarlas para terminarlas de forma pareja.[/notification]
De profesión: “chef ejecutivo”
El chef ejecutivo del SheratonPilar Hotel & Convention Center está casado hace diez años y tiene dos hijos. Su mujer también es chef, y se conocieron en el Ott College donde Carola trabajaba y estudiaba. Nos cuenta Marcos Maletti (34) que siempre le gustó la cocina. “Vengo de una familia de siete hermanos y desde chico cocinaba para Navidad o fechas especiales. Intentaba hacer algo rico, no importaba si era dulce o salado. “Empezó como un hobby: estudié medicina hasta 4° año y ahí decidí patear el tablero y hacer del hobby mi profesión. Mis padres creyeron que era una salida facilista pero cuando me vieron ponerle garra al asunto, las jornadas laborales de 12 horas y los francos entre semana, se dieron cuenta de que la cosa venía en serio. “Me gusta mucho lo que hago aunque encuentro que el mayor desafío para esta profesión se presenta
con la llegada de los hijos ya que pasan a ser otras las prioridades de la familia. Hace diez años que trabajo en el hotel y hace tres que soy el chef ejecutivo. Por suerte, la etapa de los hijos llegó junto con un crecimiento profesional donde ya pude acomodar los horarios y francos a algo más lógico.» Marcos define a la cocina como un arte efímero. “A veces solo bastan las ganas para hacer una receta y que salga bien. Cuando sos feliz y estás enfocado, las cosas salen. Y soy feliz porque cuando tenés a tu lado una compañera como la que yo tengo las cosas marchan”.
[notification type=»information» title=»COMPOTA MARRÓN GLASÉ»]
INGREDIENTES
Zanahorias bebe, 60 grs.
Tomates cherry, 50 grs.
Manzana Granny Smith, 80 grs.
Mango, 50 grs.
Ananá, 50 grs.
Brotes de menta
Helado de marrón glasé
Azúcar, 100 grs.
PREPARACIÓN
Blanquear la zanahoria en agua y pelar con paño. Reservar. Pelar la manzana y cortar en gajos. Reservar. Cortar en gajos el mango y el ananá. Reservar. Lavar la menta. Reservar. Hacer almíbar con el azúcar y agua, sin revolver para evitar la cristalización del azúcar. Cocinar en el almíbar apenas unos minutos los ingredientes y enfriar. Presentar en un plato disponiendo los ingredientes de manera elegante, agregar los brotes de menta y sobre la fruta completar con una bocha de helado de marrón glasé (se puede reemplazar por vainilla, crema americana o el sabor que desee).[/notification]
Animarse
Como se acerca, para muchos, el tiempo de vacaciones, me animo a sugerirles que avancen sin miedo en la cocina y sorprendan a su familia, amigos, novia con un rico plato que seguramente será muy bienvenido.