Hay sueños y sueños… los tuyos ¿Cuáles son?

Esta experiencia está relacionada con la cárcel. Con personas privadas de algo valiosísimo: su libertad. El autor trabaja en cárceles de máxima seguridad, desarrolla talleres apuntan al fortalecimiento de la personalidad. Hoy, sus sueños…

 

Felipe Yofre – escribano – Instructor de Protege tu corazón

 

[dropcap]¿[/dropcap] Cuál es mi valía personal?, ¿tendré una misión única en la vida?, ¿qué capacidades puedo poner al servicio de los demás?, ¿necesito aprender a manejar las presiones y mis emociones? Estos son algunos temas “fundamentales” que compartimos desde hace unos cuatro años con reclusos en pabellones máxima seguridad.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Los sueños de cada uno[/button]

Nuestra serie de encuentros termina con un taller muy lindo, en clave positiva, relacionado con cuáles son mis sueños. Nuestros sueños, los de cada uno. Todos los tenemos y son nuestra brújula o faro, guían nuestros pasos. Ellos, los reclusos con quienes compartimos estos años, también los tienen.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]El sueño posible[/button]

Techo de chapa. Calor inexplicable en Buenos Aires. Fin de año, nos despedíamos en un pabellón con el taller de los sueños. Algunos de los participantes tienen por delante más de diez años de prisión.

La cartulina en la pared tiene un título “SUEÑOS”. Los sueños se van expresando a medida que inducimos el tema con videos y comentarios. Desde el principio del ejercicio queda claro que todo sueño debe ser posible.

 

Muchos de estos sueños duelen en el corazón por el solo hecho de compartirlos: Volver a abrazar a mi hijo, caminar en libertad, visitar a mi madre, pasear de la mano con mi pareja… y van quedando en la cartulina.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]El miedo[/button]

En general, al momento de hablar de la factibilidad de ese sueño necesitamos encontrar un sentido de trascendencia. El miedo a reincidir es enorme. Muchos recaen. También pesa el conocimiento de las dificultades que tendrán que enfrentar al salir para lograr una auténtica reinserción social. Pero ya saben que con Dios podrán alcanzarlos y así lo dicen.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Otro taller, otros sueños[/button]

Por ser de profesión escribano, al finalizar el taller y con el interior muy movilizado, me fui directamente a un banco para la firma de la venta de un terreno.

La reunión era en una coqueta sala del primer piso. Obviamente estaba la mesa para la firma pero, en una gran pizarra, no habían borrados los escritos.

 

¿Adivinen cuál era el título de la pizarra, una hora después de mi experiencia en la cárcel?

Sí, adivinaron “SUEÑOS”.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Casualidad y contrastes[/button]

Debajo, escritos varios nombres (imagino yo, empleados de la sucursal) y a su lado un sueño. Obviamente, cambio los nombres: Pedro, aumentar la base de préstamos, Carlos, incrementar cantidad de clientes con tarjeta de crédito, Laura promover el éxito de los fondos de inversión del banco…. etc.

Impresionado por la casualidad, comenté a los seis vendedores, compradores e inmobiliarias lo que me había pasado. Les pasé uno de los videos disparadores que habíamos compartido un rato antes en la cárcel y surgió una rica charla que hizo demorar media hora la firma del contrato.

 

Surgieron conclusiones como:

  • Personas llenas de carencias materiales colocan sus sueños en cosas “no materiales”

 Probablemente, cuando a uno le falta casi todo lo material, lo afectivo, el acompañamiento emocional, las alegrías que nosotros dejamos pasar, como si fuese “lo normal”, lo pequeño cotidiano se hace gigantesco.

  • Cuando lo material está resuelto, en lugar de soñar a lo grande, tenemos sueños de vuelo bajo y nuestra construcción interior tiene un cielorraso muy bajo.

Los sueños hacen que nuestro techo se eleve y nuestra mirada se amplíe. En cambio, si los sueños son bajos, la mirada será baja y se oscurece fácilmente.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Entre sueños y proyectos[/button]

Me gustaría distinguir entre sueños y proyectos. Concretamente, pienso en la sana ambición que nos hace progresar, a nosotros y a nuestras familias. Pero, lo considero un lindo “proyecto” que nunca debería interferir con nuestros “sueños”. Se trata de evitar introducir o asimilar en los sueños cosas de carácter material.

José María Cabodevilla, autor español, dice que “peor frustración que no alcanzar lo anhelado, es alcanzarlo y darse cuenta de que era humo”.

Que lo económico/material sea siempre un proyecto, que si luego no sale como queríamos o se malogra, no derive en frustración, porque nuestra vida está poblada de proyectos que no se concretarán.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Para querer más[/button]

Estamos ante una manera creativa de querer más a los que queremos, porque con esta actitud no estarán acompañando a alguien lleno de frustraciones, sino a alguien a quien en la vida, algunas cosas le han salido bien y otras, mal. Pero que sigue adelante con la mirada liviana y sonrisa fácil.

 

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Los sueños y su base real[/button]

Entonces, nos damos cuenta de que los sueños son una joya que vamos a elegir de manera muy real y concreta y, a la vez, con espíritu grande.

 

Ellos crearán el ambiente donde podamos disfrutar y hacer disfrutar a los demás, que esta es una misión (no quise poner obligación, pero me encantaría), irrenunciable. Como decía Facundo Cabral, “sino, andás por ahí amargando a todo el barrio”. En especial a los más cercanos, esposa, hijos….

[button link=»» color=»green3″ icon=»» size=»large»]Sueños familiares[/button]

Seamos soñadores muy realistas o personas con los pies bien en la tierra pero con mirada amplia, con “gran angular” de alma, para que nuestras fotografías interiores puedan captar, valorar y disfrutar las enormes alegrías escondidas cada día.

Una realidad inmensa, como son nuestros vínculos y afectos familiares, podemos “materializarla” y darle un vuelo bajo, si la embarcamos en sueños que solo contemplen las circunstancias materiales.

 

Ojalá que en nuestra “Cartulina de Sueños familiares” podamos escribir todo aquello que realmente nos hace felices y estamos obligados a dar en felicidad. Ahí me animé y lo escribí.

 

 

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Protege tu corazón

El autor es Presidente de la Asociación Civil Protege tu corazón y colabora desde hace varios años.
Pertenezco como instructor a un programa de educación para el fortalecimiento del carácter a través de talleres.
Vamos a los lugares y a las instituciones más diversas, vamos a donde nos llamen. Escuelas públicas y privadas, clubes, municipios, grupos de docentes, empresas, barrios muy carenciados, y hace unos años que estamos asistiendo a una cárcel en el conurbano bonaerense.

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