Por María Lescano – periodista
Suerte, Guada!! nuevos caminos… contanos…
Guadalupe (Guada) Santa Cruz* (41) es mamá de cinco y nunca se despegó del arte, es artista de la crianza, de la casa, de la pintura…
Nos encontramos con Guada, le gusta que arranquemos hablando de su familia y habla con entusiasmo de sus cinco hijos, claro que como es la menor de una familia de nueve, sin planificarla ni pensarla va saliendo así. El mayor ya empezó la facu y es todo on line.
-¿Cómo vivís tu vínculo con el arte?
Tenés un momento en que el jardín del otro es más verde.
GC – Siempre mechando familia y profesión. Hoy no me arrepiento pero en el proceso hubo de todo. Porque tiene que ver con cómo encarás la vida. Tenés un momento en que el jardín del otro es más verde. Veía a mis amigas solteras, exitosas, con un “sueldazo” y pensaba: yo me levanto a amamantar a cualquier hora, y nunca puedo hacer algo de “lo mío”. Reconozco que había una queja y alguien me dijo hoy invertís en tu familia y no es tiempo perdido. Pero, a los veintipico, todo es ahora, todo es ya. También me dijeron, nada que le des a tu familia es perdido. Ahora agradezco un montón. No fui una mamá que planificó su familia. Me cuesta hasta la palabra panificación para todo. Soy más espontánea, intuitiva. Durante algún tiempo me autollamé irresponsable. Pero me doy cuenta de que no es así. Mis hijos siempre van limpitos, bien alimentados. Pero no era un plan re “Susanita”.
Vivimos en una sociedad que no quiere postergar nada.
Con el diario del lunes, pienso que bueno, nunca es el momento que uno no quiere. Vivimos en una sociedad que no quiere postergar nada. Todo primero yo, después yo y último yo. Estoy muy feliz con la familia que tengo y que no lo habría planificado. Antes lo llamaba límites, ahora veo que te “desdoblás”.
-Ahora, ¿andás por el mundo pintando murales?
GC –Sí, pintar murales es hoy mi principal actividad. Miro para atrás y agradezco que lo pude sostener, siempre seguí vinculada a mi carrera y profesión aunque fuera un taller un par de veces por semana.
Chule, su marido
Chule (Julián Valerga Aráoz) es su marido artista también, pero más vinculado a lo tecnológico: fotos, videos…
Con la pandemia se le cayeron algunos trabajos, venía de viajar varios días por semana y de golpe en casa 100%. Yo estaba trabajando como docente en un par de colegios así que también todo on line. El me empezó a ayudar con los videos para los alumnos, y tuvieron re buena respuesta en youtube. Así se hizo una dupla.
Quiero pintar murales…
-¿Cómo empezaste?
-Pinté el primero e hicimos sorteo el que ganó me encargó otro, así hice un segundo y me empezaron a llamar. Un desafío diferente, aunque con la misma idea fue pintar el fondo para la tapa de una revista.
Tuvimos la oportunidad de estar dos meses en Pinamar, nos fuimos a la casa de mi suegra. Y yo no puedo estar sin hacer nada. En la playa estábamos justo al lado de una escuelita de Surf y le propusimos hacerle el mural, un video. La respuesta fue no tengo para pagarles. L a marca de pinturas nos donó lo necesario. Así ampliamos seguidores y a tomar pedidos.
Se hizo una cadena
-Para un evento de Jeeps en Cariló tuvimos que pintar una rampa enorme en dos días. Fue mucho trabajo a presión pero, nos vinculó con mucha gente. Había varias influencer que me etiquetaban, también en el restorán…
Chule tenía que cambiar los equipos en Miami, yo me comprometí a hacer un mural allá y por contactos, salió otro. Fueron varios contactos… en una semana y me pedían que definiera cuándo volvía.
Y volví, porque Débora Bello, la mujer de Diego Torres, quería pintar algo en su casa. Después de ese salieron quince en dos semanas.
-¿Qué tipo de dibujos, imágenes, manchas hacés?
Antes tenía una línea marcada figura humana y sentía que si no era así fallaba como artista. Enseguida me dí cuenta de que uno está presente en su obra desde la pincelada, la combinación de colores.
Así, me animé a pintar cualquier cosa. Hoy te piden mucho botánico, línea negra, full color, suave clarito. Me hace muy feliz sacarle la ficha al cliente, poner en imagen lo que él tiene en su cabeza. Una sola vez pinté algo en lo que no me sentí cómoda, hoy me animaría a decir no lo voy a hacer.
Mi línea es mi manera de ejecutar una la pincelada.
En realidad yo sentí que los murales van más que lienzo, es una expansión que no había vivido nunca antes. El poder expandirme no le tuve al miedo a lo grande.
-Ahora ya sé que no te gusta planificar pero, pero para un mural… algo debe estar “planificado”, un esquema…
–No trabajo con boceto, trabajo con mucha información que charlamos con el cliente. Yo fusiono en el momento de componer ejecutar. Ese enorme desafió de “la cocina” ese momento que me encanta. También me gusta que el cliente participe. Paleta de colores, las hojas y las flores. Todo a la carta, nada estandar. Es un ida y vuelta. Asesorar, decir. ¿Querés un tigre?, lo metemos. Soy la responsable de que funcione.
-¿Cuáles son tus metas, tus desafíos actuales?
-Tengo que lograr un equilibrio, depende de mí porque yo pongo la fecha de mis clientes. Optimizar el tiempo. Me dí cuenta de que ya no daba más y en casa no estaba. La queja de los chicos ¡Otra vez te vas! y ¿a qué hora volvés? Con los viajes lo mismo, tengo un ahijado que hace los pooles, viandas, lo que sea, también hay una señora que vive cerquita y cuando hace falta la llamamos. También está cerca mamá que cae de sorpresa con algo rico.
*Su vocación docente está en el seguimiento del aprendizaje del alumno, en compartir y alentar a otro.
Estudió bellas artes y se recibió de profesora de dibujo y pintura.
Créditos: las fotos son de Chule. Foto principal: Guada con Diego Torres y su mujer Débora Bello..