GRACIAS POR CONSTRUIR LA PAZ

Ser mamá es ser guardiana de la humanidad. Son años de un trabajo escondido pero es el de mayor valor social. Charlamos con Florencia Basaldúa.

María Lescano | Periodista | marialescan@gmail.com

[dropcap]F[/dropcap] lor es certificada por Attachment Parenting International, el principal organismo dedicado a la investigación acerca del apego en la crianza de los hijos. Desde esta capacitación dicta cursos a mamás, siempre a sala llena. Nosotros aprovechamos entonces para enriquecernos con sus conocimientos y experiencias personales.

Contanos un poco acerca de estas investigaciones que llevan a plantear nuevas opciones en el vínculo madre-hijo.
Aunque los estudios de John Bowlby, iniciador de la teoría del apego, son anteriores, la investigación crece en la década del noventa a través de trabajos interdisciplinares entre antropólogos, psicólogos, neurólogos. Se entra más directamente en la arena de las neurociencias que son las que dan consistencia científica a algunas experiencias que pueden parecer evidentes pero que hasta entonces no sabíamos por qué eran así y mucho menos cómo encauzarlas en la crianza. Hablamos de lo que ocurre desde antes de nacer hasta los tres o cinco años. Está claro que nacemos inmaduros, nuestro sistema nervioso se desarrolla, se completa a fuera de la panza de la mamá. Por eso cuando el niño nace es absolutamente vulnerable. Y ese “cableado interno” se realizará no solo desde lo físico sino también a través del vínculo afectivo y emocional con la persona de apego, generalmente y preferentemente, la mamá.

Se ponen de manifiesto dos realidades: el plano físico y el emocional, el cuerpo y el alma. Nos alimentamos no solo de lo físico sino también del cuidado y de la proximidad del vínculo.

¿En qué incide esta teoría al momento de ser mamá?
Es que cuando vas a ser mamá, tenés que tomar muchas decisiones: qué parto querés, en dónde querés que nazca, dónde va a dormir, qué vas a hacer cuando llore, quién lo va a cuidar, si vas a tomar una licencia extendida o no, qué vas a hacer cuando deje los pañales.

Son todos momentos muy fuertes en los primeros meses del niño y, como somos herederos del conductismo que ha sido muy dañino para los chicos, esto se manifiesta hoy en  personas  adultas. Por ejemplo, el bebe que llora solo en la cuna hace un pico de estrés que afecta su cerebro, genera adrenalina, y todo esto, medible. Después eso se revela en adultos  con  trastornos de sueño o ataques de pánico. Hay una expresión que me encanta: para criar a un niño se necesita una tribu.

Se necesita una tribu 
Nos tenés que explicar en qué consiste esa frase.
Significa que tienen que estar papá y mamá, y también, si se puede, unos brazos de abuela en los cuales el niño se acostumbra a compartir horas y que se convierten también en figura referente de apego. En estos primeros meses, el papá necesita comprender que la criatura es la más indefensa, y que ambos están para priorizar su atención.

LOS RITUALES SON MUY IMPORTANTES

Excepto en el momento de amamantar, en el cual la mujer es insustituible, para lo demás está también él. Sin embargo, esto no significa que la relación de pareja desaparezca. Hay todo un ritual detrás de esto. Por ejemplo, para que papá y mamá puedan cenar juntos se puede acostumbrar al niño a que haya un acompañamiento de música que lo serene y no necesite llamar la atención.

Acompañar a que el niño duerma no significa que va a reclamar esta atención hasta los 15 años; las pautas de sueño maduran entre los dos y los tres años. Y esta opción es mucho más sencilla que tener que levantarse 12 veces a la noche para hacerlo callar y dormir.

Supongo que por acá van las consignas para equilibrar familia y trabajo.
En parte sí, porque no hay inconveniente en que sea de día trabajo y por la noche, apego. Esos momentos tienen que ser conscientes y amorosos. Habrá que crear esos rituales que generan la conexión madre-hijo y asegurarse de que exista una estructura de contención para los períodos de ausencia -que es bueno que se minimicen dentro de lo que sea viable. El chico quiere estar con la madre, es el impulso natural de la especie, es el instinto de supervivencia. Los hermanos mayores participan también de este contexto amoroso.

EL CHICO QUIERE ESTAR CON LA MADRE
ES EL IMPULSO NATURAL DE LA ESECIE
ES EL INSTINTO DE SUPERVIVENCIA

Siempre que sea posible, conviene que el equipo de apoyo esté en la familia, esas redes  familiares tan típicas en Argentina, porque además encaramos el problema de la falta de continuidad de las personas empleadas en el hogar y la rotación que se da en las guarderías.

Estamos hablando de una exigencia muy grande.
Es que cuando la mujer elige ser mamá está eligiendo la tarea social más compleja y menos reconocida o remunerada. La mamá recibe muchas veces una presión negativa pero se está haciendo cargo de una misión mucho más importante que una empresa. Cuando la mamá es profesional, se da cuenta del valor de este trabajo y no es que está en su casa haciendo nada, son personas que se autoeducan a través de mucha información que está disponible. Podríamos decir que en todo lo relacionado con la crianza están a “a la última”. Conocen nuevas herramientas, aplican su creatividad. Entonces son capaces de distinguir entre la realidad propia y la del hijo.feliz-dia-mm-1

Perdón, pero podría parecer que va a ser un chico malcriado.

Los niños satisfechos no lloran
y las mamás pueden organizar
mejor sus tiempos.

¿Sabías que los niños con estos medios no lloran?, ¿por qué? Porque son niños satisfechos. Si la mamá está atenta a sus necesidades, el niño no necesita llorar, no tiene frío ni hambre y la  madre puede organizar mejor sus tiempos. Son madres más serenas. La clave está en la sensibilidad versus entrenar al niño. Tal vez hemos recibido un mensaje negativo: “si el niño llora es un manipulador, hay que doblegar la propia sensibilidad, dejarlo llorar para que aprenda…” Pero lo que el chico pide no es “algo”, lo que pide es cariño, pide paciencia, su cerebro está inmaduro, todo su ser es débil. Ves que el problema no son los chicos, somos los adultos y el estilo de vida que elegimos.

¿Cómo les decimos feliz día, mamá?
Mi mensaje es: tu trabajo es sagrado, que sepas que tenés el rol más importante del mundo. Están en tus manos los adultos del mañana que necesitan un cuidado amoroso, necesitan abrazos. Quiero empoderar a las mamás porque con ese trabajo invisible son el eje sobre el cual se arma una sociedad. La paz del mundo está en manos de las mamás.

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