Edición: María Lescano – Periodista @sembrarvaloresenfam
Cada uno con su personalidad, seamos o no más o menos organizados, si vamos a salir de viaje, pensamos cuál va a ser nuestro equipaje, ¿qué llevar, qué no? Cuando quiero cocinar algo rico para dame o darles un gusto busco a receta en las redes, reviso si tengo todos los ingredientes.
Bueno, en nuestras relaciones con los demás también conviene llegar preparados, sabemos en qué personas confiamos más o menos… y si estoy saliendo con alguien o conociste alguien que te “llegó”, el momento de plantearte algo respecto de esa relación para no lastimar ni lastimarte.
Ya si llegaron a plantearse el ser novios, hay varias cosas en las que conviene prestar atención, incluso un poco más que conocer el clima al preparar una valija para un viaje
1. Conozco cuánto valgo
Aunque no soy perfecto tengo una gran capacidad de amar, tal vez todavía no tuve oportunidad de demostrarlo y eso es algo que me genera dudas. Además, como cualquier persona, merezco ser querida. ¿Tengo claro lo que quiero ofrecer y lo que estoy dispuesto a esperar?
2. Me amo así como soy
Si no nos amamos a nosotros mismos será más difícil amar a otra persona. Es verdad que siempre habrá algo en nuestro aspecto y personalidad que no me guste del todo, incluso que trabajo para cambiarlo. Dietas, gimnasio, ejercicios para moderar el temperamento, exigencia en el estudio o trabajo prueban que es así.
Cuando hablamos de querernos podremos hacer una gradación: me conozco, me acepto, me respeto, me valor… en esa valoración tengo en cuenta tantos desafíos superados para llegar hasta aquí.
3. Quiero una relación sana y fuerte
Mi corazón y el de esa persona que estoy empezando a conocer y a amar valen mucho. Son tesoros que hay que cuidar en el día a día… que se descubren con el tiempo.
Tal vez ya estuviste en otras relaciones, por eso es más necesario preguntarse si esta vez “va en serio”, si estás dispuesto a dejarlo todo en el intento.
¿Entiendes que tu corazón y el del otro son un tesoro que debe cuidarse?, ¿tienes claro que el amor se alimenta a diario y que mantenerlo vivo no es cosa de un día o de unos meses?
4. Mis «no negociables» en una relación amorosa
Ahora, cuando se trata de una relación que va en serio, conviene con oportunidad pero sin dejar pasar demasiado tiempo, ir conversando la lista de «no negociables” para cada uno
- Si quiero casarme, no estoy para una convivencia.
- Si quiero tener hijos, no estoy para “engancharme” con alguien que no desee ser padre / madre.
- Si soy una persona que aspira alto en todos los niveles, es menos “viable” la relación con alguien que no le guste trabajar, carezca de motivaciones, metas o sueños.
- Cuando la propia familia y amigos son parte fundamental de mi vida, busco una persona que no me impida compartir con ellos.
- El maltrato físico, verbal, psicológico, sofoca la relación. Desde el comienzo habrá que estar para que la otra persona no me lastime de ninguna manera.
Es una lista de sugerencias, pero hay muchas más que irán saliendo durante el noviazgo y son buenas señales de que estaremos dando con alguien que nos hará feliz y a quién queremos contribuir a hacer feliz.
5. He sanado mis heridas
Nadie sale “ileso” en esta vida, heridas grandes o pequeñas por sanar tenemos todos.
De algunas de esas heridas somos conscientes y otras irán aflorando a lo largo de la vida. Sin embargo, hay alguna a la que vale la pena prestar atención antes.
Por ejemplo, es desaconsejable iniciar un noviazgo cuando todavía siento la herida de un noviazgo interrumpido unilateralmente o no. Si guardo rencor, o siento desconfianza. Habrá que sanar para iniciar una buena relación.
Aunque vale la pena mirar nuestro interior antes, tal vez haya otras heridas, más profundas, olvidadas que surgirán a lo largo de la vida y también necesitan ser sanadas.
6. Una relación amorosa exige esfuerzo
Al principio puede salir un poco más fácil porque estamos atentos a presentarnos atractivos. Pensamos en qué ponernos, a dónde vamos a ir, si llevamos una flor o un chocolate. Después, en la vida real y en medio de la rutina, siguen siendo importantes los halagos, las palabras lindas, los detalles, las citas, los abrazos inesperados o los besos largos.
Siempre está el riesgo de “sentir que tenemos a esa persona asegurada” y olvidamos que el esfuerzo sigue siendo necesario. La meta no es “pescarlo” es amor para toda la vida. Se trata de una decisión diaria: hacer feliz al otro.
7. No me voy a conformar con menos
Escucha a tu corazón, cuando te dice que ese no es tu lugar. No temas ser exigente en tu noviazgo y tampoco temas decir «hasta aquí llegué».
El noviazgo es la oportunidad perfecta para que ambos se conozcan y para que cada uno en libertad decida si quiere continuar o terminar.
Y, después, No te conformes con un amor a medias ni con las mil disculpas, cuando te hace que te lastima, te humilla o te falla por décima vez en la semana.
8. Me puedo equivocar
Idealizar una relación amorosa es muy fácil, imaginarte cómo puede ser ese noviazgo que tanto quieres también lo es, no cometas el error de cerrarte a la oportunidad de enamorarte por el miedo a equivocarte.
9. Sin apuro
Sin miedo, sin ansiedad, las personas llegan se encuentran. Creyentes o no, dios está detrás de esos miedos.