En el otoño de la vida, ¿estamos preparados para cuidarlos y cuidarnos?

Con la Dra. María Inés Passanante, coordinadora de un Curso Especial

Los datos son contundentes, las nuevas generaciones son sensiblemente menores a las anteriores y nos faltará recambio generacional. Además, todos salimos de casa al trabajo o al estudio y la abuela se queda sola.

URGENTE: empieza mañana

La Dra. Passanante dirige desde hace unos diez años en la Universidad Católica Argentina un curso muy especial en el cual se capacita a personas muy diversas para la mejor atención de los adultos mayores tanto en sus casas o como en centros de salud.

SV. ¿Cuál es la necesidad y el enfoque de este curso?

María Inés Passanante: La ancianidad, que hoy ha dado en llamarse tercera, incluso cuarta edad, es una etapa “dorada” de la vida, por eso se la compara con el otoño.

La propuesta es a llenar de vida estos años los que sean

Hoy las personas de sesenta, setenta años o más tienen mucho para darnos, para enseñarnos. La propuesta es a llenar de vida estos años. Para muchos es un buen momento para reformular proyectos.

Al mismo tiempo, se siente el paso de los años, ya no somos tan “ágiles” y necesitamos ayuda.

¿Dirías que el curso viene a solucionar un problema?

No diría un problema, es una adaptación a la realidad, el descenso de la natalidad unido a la longevidad nos pone en situación de necesidad de cuidados prolongados sin que haya gente preparada.

Es una adaptación a la realidad, el descenso de la natalidad unido a la longevidad

Renovar y renovarse apoyados en la riqueza que dan los años.

Hay enfermedades y limitaciones asociadas a la vejez que llevan a una dependencia creciente, por ejemplo el deterioro neurológico no indica una enfermedad mortal a corto plazo. Se necesitan personas capacitadas dispuestas a brindar esa ayuda, ese apoyo.

Esta propuesta, ¿es para miembros de la familia?

Sí y no, no es solamente el familiar quien puede o debe brindar esta asistencia. Aunque, los adultos mayores marcan sus preferencias, el orden es primero el cónyuge, después las hijas y en tercer lugar los hijos. O sea, la familia es una fuente de apoyo. Esta relación estimula los vínculos y el necesario intercambio generacional. Los abuelos pueden contar quiénes somos, de dónde venimos y reflexiones respecto de los valores y por qué hacemos lo que hacemos o como lo hacemos. Mientras los jóvenes enseñan al abuelo a usar la tecnología para tener presentes a todos (como se demostró durante la pandemia) y otras cosas que mitigan su soledad. Los nietos escuchan de sus abuelos comentarios, consejos que no aceptan de sus padres.

Enseñar a los mayores a acercarse a los jóvenes con un genuino interés por lo que ellos pueden darles

Es un tema importante del curso, enseñar a los mayores a acercarse a los jóvenes con un genuino interés por lo que ellos pueden darles y, al compartir, reconocer errores cometidos para que los nietos no los repitan. Abrirles los ojos al valor y el sentido de la historia, motivarlos con el “cómo era antes”. Son la memoria viva de la familia. En definitiva consiste en reconocer y estimular la relación mutua.

Es reconocer y estimular la relación mutua.

¿Cómo se plantea el objetivo del Curso?

En primer lugar se trata de valorar el sentido y la dignidad de esta etapa de la vida para reconocer y estimular su capacidad de dar y ofrecer sugerencias para renovar apoyados en la riqueza que dan los años.

Valorar el sentido y la dignidad de esta etapa de la vida

¿Quiénes son los destinatarios?

En general, se forman grupos muy variados. Los ancianos, los de tercera edad, jóvenes, padres hijos, cuidadores, acompañantes o quienes quieren dedicarse a esta tarea o, sencillamente, están transitando esta etapa.

INSCRIPCION: Matrimonio_familia@uca.edu.ar

Comienza el 12 de mayo

100% on line

*María Inés Passanante es Dra. Sociología (UCA) Coordinadora del Curso: Familia y ancianidad.

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