Emigrar, ¿puede dañar a la pareja?, ¿solución o escapismo?

Adriana Ceballos y Georgina Azocar de @coachingfamilia nos acompañan para responder a las preguntas que llegan a través de mail, wtsp, redes. La atención de ellas en confidencial, sin embargo comparten esos temas que pueden estar siendo el de muchos si no el de todos.

No estamos bien como pareja, nos pesa demasiado el contexto político, social y económico. Tenemos ganas de salir del país pero tengo muchas dudas acerca de cómo puede impactar / dañar nuestra relación.

Decidir la partida hacia un país distinto, emigrar, es una cuestión compleja que puede tener tantas ventajas como desventajas. Todo depende de las expectativas y necesidades de cada persona. En general, es una decisión que se toma en familia o entre amigos. También es diferente si es por propia motivación o si es por obligación. Solo/a, acompañado/a, hay consideraciones para tener en cuenta brevemente antes de responder a una pregunta interesante como delicada: ¿puede dañar a la pareja?

Instalarse en otro país, implica conocer gente, otras culturas, acceder a nuevas experiencias y obtener una mejor calidad de vida. Estas características se pueden ver como oportunidades o como desventajas por ejemplo: las barreras culturales o idiomáticas, la incertidumbre, el sentirse solo/a, extrañar a quien o quienes quedaron. Todas estas “contras” dependen de cada uno y de las herramientas con las que se cuenten para afrontar adversidades.

Proyecto, comunicación, sexo y compromiso

En relación al motivo de la consulta referida al “daño” que puede causar en una pareja el instalarse en otro lugar, podemos decir que si hubo acuerdo, consenso en la decisión, si hay diálogo, unión, ganas de ir hacia adelante, no debería causar ningún problema fuera de lo cotidiano y habitual. Un proyecto compartido viene con entusiasmo, se dé en donde se dé y junto con la comunicación, la sexualidad y el compromiso, los proyectos son uno de los cuatro pilares que sostienen una pareja saludable en el día a día y sustentable en el tiempo.

La fortaleza con la que una pareja se para frente a la nueva realidad.

No se trata del lugar elegido, sino de la fortaleza con la que una pareja se para frente a la nueva realidad. Las dificultades propias e internas seguirán existiendo estén donde estén. Por eso, si la relación se encuentra algo deteriorada por el motivo que sea, es mejor que, antes de tomar cualquier decisión que implique un cambio profundo, se enfrente aquello que la desune. Y que elección o determinación surja motivada desde el deseo real y evaluando todos los beneficios, con solidez y compañerismo.

Es un buen momento para tener en cuenta que las crisis se afrontan con apoyo mutuo, con una comunicación consistente y confiada, planificando en “equipo”, comprendiendo, acordando, estableciendo objetivos posibles y mirando hacia el futuro con libertad y esperanza.

@coachingdefamilia

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