El gran descubrimiento del amor: mi felicidad es la felicidad del otro

Tal vez porque mi querido sobrino Marcos se casa con Nathi, profesional colega de Venezuela, que vuelvo a esta charla con María Cornú Labat

Por Dra. María Amalia Caballero – Periodista – dirección@sembrarvalores.org.ar

Para los que estamos hace años en Sembrar Valores en Familia, María, Magister en Matrimonio y Familia | mcornulabat@gmail.com, inspiradora de www.sernostros.com no necesita presentación, y para quienes resulte nueva, los invitamos a “googlearla”, como a casi todo. Así que vamos directamente al tema de hoy.

MCN: –Cuando se acerca la fecha del casamiento, de esa decisión que se toma para toda la vida, volvemos a mirar esta etapa de crecimiento personal, de su necesidad e importancia para ser felices.

SV: Pareciera que hoy el matrimonio está siendo “banalizado”, algo que era “noticia” entre la gente del mundo de los medios se vuelve frecuente en cualquier ámbito social. ¿Qué pasa entonces con el noviazgo?
Algunos los catalogan como tiempos difíciles para el matrimonio y para el noviazgo. Cuando escuchamos que los tiempos son difíciles para todas las cosas, me pongo a pensar en que son:

Tiempo que no tiene tiempo, vaya contradicción.
– Tiempo que no da lugar a la reflexión, que la rechaza.
– Tiempo que invita a apurarse, a atraparlo, a no dejar que se escape.
– Tiempo que no da tregua, que no quiere esperar.
– Tiempo que no nos deja pensar.
– Tiempo que nos obliga a actuar ya
.

Visto así, el tiempo no contempla el compromiso, no abraza el largo plazo, no conoce de proyecto, de futuro, de toda la vida.

-Nos planteás el “tiempo” como un tema fuerte, qué clase de tiempo sería el noviazgo:

El noviazgo es un camino hacia el sí definitivo en el matrimonio. Es un camino para conocerse más y llegar un día a decir que sí para toda la vida.

Una vida que se prevé larga, hoy somos cada vez más longevos. Sin embargo, la de cada uno es imposible prever…, pienso mientras escucho a María:

-El compromiso, en muchos ambientes, es casi una mala palabra, los tiempos se escapan, todo es hoy, todo es corto, todo requiere una solución rápida, decirle a alguien que tiene que tomar una decisión para toda la vida es casi surrealista.

Pero María se anima a decirlo, a sostener, a acompañar a muchas parejas para que esto sea posible y se llegue a un camino de vida pleno.

El amor para toda la vida existe, la familia existe, también el futuro existe.

-Aun en este contexto, aun cuando quieran cerrar los ojos el amor para toda la vida existe, la familia existe, el futuro existe, las personas siguen necesitando respuestas. Los jóvenes siguen teniendo ideales, los hijos siguen llegando como fruto misterioso y enorme de una realidad mucho más poderosa que aquella incluso que podamos comprender.

-¿Dirías que el noviazgo también tiene sus tiempos?
Sin duda, en su primer momento, ése del que llamamos enamoramiento, es un amor egoísta.

¿Por qué egoísta?

-Ese amor es un movimiento que lleva a buscar el bien para sí mismo, se acerca porque le produce bien, le agrada, le satisface, le hace bien. Podría decirse que lo quiere para sí. En esta primera etapa, tal vez, no está presente un interés en lo que le hace bien al otro o en hacerle bien al otro, sino que el foco está puesto en lo bien que le hace a uno estar con el otro.

Es el bien que le proporciona la otra persona. Le hace bien verla, le hace bien tocarla, le hace bien estar cerca. Hay una enorme conciencia del poder que el otro tiene de transformar”me”.

En este “primer tiempo”, los dos están pasando por la misma etapa del amor. Van a crecer juntos en el mismo camino.

-Y, ¿después?
-El amor tiene sus etapas, cuando los novios que se enamoran, se conocen y se siguen amando, entonces el gran descubrimiento es que mi felicidad, es ni más ni menos que la felicidad del otro. Me gusta mucho definir, como Platón: el amor es una inclinación del alma hacia lo bueno.

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