María Emilia PITU Salerni fue campeona Junior de tenis en Wimbledon. Cuando dejó el Tenis formó su familia. Hoy nos cuenta cuánto suma el deporte a la familia.
Por Lucía Argibay, docente y orientadora familiar – luciaargibay@gmail.com
La actitud de Pitu fue excelente desde el primer momento, sin embargo, no fue fácil acceder a la entrevista. Cómo darle tiempo a una charla periodística entre las clases a sus hijos, en este home schooling de emergencia que estamos viviendo, el cuidado de la casa y la familia, con ¡dos cumpleaños en la misma semana!
Cuando se cumplen 20 años de su triunfo el Abierto de Estados Unidos y Wimbledon, el mismo año que fue elegida Campeona Junior por la Federación Internacional de Tenis (ITF), ella encuentra el momento para responder a las preguntas de Sembrar Valores. Son algunos ratos, mientras los niños están acostados…
SV: ¿Cómo fue tu comienzo en el tenis? ¿Por qué tenis? ¿Qué edad tenías? ¿Dónde fue?
MES: Arranqué a los cuatro años en Rafaela, en el club 9 de julio que quedaba a cuatro cuadras de casa. Mis padres nos dijeron deporte sí o sí, la elección era cuál. Mis hermanos eligieron básquet y mis hermanas tenis, tal vez por un abuelo, el papá de mamá jugaba tenis. Y yo lo elegí por seguirlas a ellas, a mis hermanas. Después la motivación fue creciendo, las ganas de aprender y llegó a ser el deporte de mi vida.
¿Cuándo se dieron cuenta de tu talento? ¿Quienes? ¿Qué implicaba competir? ¿Qué pensaban tus padres?
En mis recuerdos, todo se daba con normalidad, nadie me subía los humos porque yo ganara. Mi entrenador era Sergio Ledesma un tipo muy bueno, muy humilde.
Jugaba, ganaba, y estaba contenta. Feliz y así toda la familia, nadie me marcaba diferencia.
Así que arranqué en mi carrera desde chiquitina, con muchos éxitos. Yo jugaba, ganaba, y estaba contenta. Feliz y así toda la familia, nadie me marcaba diferencia. Recién a los 12 años empecé a tener noción de lo que estaba dispuesta a dar, mi entrenador y mis padres estaban siempre en buena comunicación.
Desde chiquita me encantaba competir. En esa época había más torneos zonales, inter zonales, nacionales. Todo eso era parte del deporte que yo practicaba.
Mis padres pensaban siempre en apoyarnos y mantenernos motivados en el deporte, era prioridad en casa.
¿Te reclamaban tus amigos, tu familia?
Mis amigos me reclamaban porque ellos salían, algunas amigas me decían que lo tomaba muy a pecho.
Mis padres y mis hermanos nunca reclamaron, al contrario, siempre apoyaron mi formación y les estoy muy agradecida.
¿Cómo te arreglaste con el colegio?
Hice la primara completa en Rafaela, la secundaria llegué hasta tercer año, es algo que me debo. Pienso que lo querría terminar, más ahora que se puede hacer a distancia. Cuando empecé a viajar ya era imposible, en esa época no había internet y la escuela era doble turno, más los entrenamientos, era imposible
¿Cómo fueron los viajes?
Los viajes los vivía con total naturalidad. Ahora me doy cuenta de que yo era chiquita y viajaba súper motivada, estaba envuelta en la vorágine, bolsos valija y salir. No sufría tanto el distanciamiento de mi familia o que se me diera por extrañar.
Ahora me doy cuenta de que era chiquita y viajaba súper motivada.
A los 20, 21 ya sí, empezaba a extrañar, me pesaba eso de viajar siempre, me tocó Estados Unidos y Asia… Para el final de la carrea me radiqué en Palencia, España. En ese momento me pesaban mucho los viajes.
¿Qué aprendizaje te llevás de esa etapa? ¿Qué será lo que todavía tenés adentro?
Rescato el aprendizaje, la autonomía que logré a pesar de mi corta edad, era algo impensable aún hoy. Manejarse en aeropuertos del mundo, sin internet ni teléfonos. En esas circunstancias teniendo que decidir muchas cosas. Autonomía y responsabilidad.
Me llevo de esa etapa la confianza en uno mismo para resolver cosas, la presión que se ejerce, remarco y noto por ahí. Mis amigas que no están en el ambiente del tenis me hacen ver la apertura mental de desenvolverse en un ambiente distinto y sola. Es esa apertura aceptar a los otros como son. Todo eso me queda de esta etapa.
¿Qué extrañás?
Ahora extraño, cuando me retiré estaba harta, el estrés adentro y afuera de la cancha. La búsqueda continua del perfeccionamiento, el alto rendimiento y moverme en un ámbito demasiado competitivo durante nueve años de carrera profesional.
Es difícil encontrar la adrenalina de la competencia en otro ámbito.
Cuando lo dejé estaba cansada pero, ahora, extraño viajar por el mundo y la adrenalina que en aquel momento tenía de modo natural y motivaba a competir. Es difícil encontrar la adrenalina de la competencia en otro ámbito.
Ahora te hablo así pero, en realidad no tengo ni tiempo de recordarlo.
Y, ¿por qué dejaste de competir?
Dejé de competir, porque eran muchos años de cansancio. Sin embargo la decisión vino a partir de la lesión en mi pie derecho.
La convivencia con el dolor me desgató y me sacó el fueguito interno para seguir machacando en el tema. Ya tenía 26 y llevaba casi 10 años viajando por el mundo
La lesión apareció en el mejor momento profesional estaba 65 en el ranking de singles, maduré la decisión durante unos meses y terminé dejando. El período sin jugar me había llevado muy atrás para volver a remontarla.
Nueva etapa
La entrevista toma otro giro, es otro momento, ahora es la siesta y ella está tranquila, los chicos duermen.
¿Cuando llegó el amor y el deseo de formar una familia?
El amor llegó en la Fed Cap en Córdoba contra Canadá. Con Paolo nos conocíamos desde chicos y a los 12 dejamos de vernos. Después del reencuentro, me acompañó los últimos tres años de carrera. Yo ya estaba con la intención de dejar el tenis profesional.
Fui mamá a los 29 años y ahí nace el deseo de ser familia.
Nos reencontramos en 2007, estuvimos de novios tres o cuatro años. El deseo de formar la familia no fue algo recontra hablado, fui mamá a los 29 años y ahí nace el deseo de ser familia. Nos encanta tener tres hijos venimos los dos de familias numerosas.
¿Quiénes fueron tus ejemplos en hacer familia?
El ejemplo a seguir fueron nuestras familias.
Mi ejemplo es mi mamá con sus cinco hijos y mi papá que acompañó y la hermandad que nos inculcaron ente nosotros. Al día de hoy nos llevamos muy bien los cinco Siendo padres, el mejor regalo para un hijo es un hermano. Es algo que lo tengo grabado desde siempre por mis cuatro hermanos. Por el lado de él también. Está incorporado en la sangre por los dos lados.
¿Cómo te ves cómo mamá?
Mientras María Emilia repite la pregunta, ¿cómo me veo como mamá?, los chicos están saliendo de su siesta y se oyen sus gritos, sus juegos.
Como mamá que lo diga la gente más cercana a mí, ahora complicada. Con tres hijos, y dos muy chiquitos, soy bastante exigente. Amo ser mamá por mucho trajín que tenga o trabajo, me gusta dedicarles tiempo y estar, creo que bien, no sé, me imagino que bien.
¿Es como un deporte criar hijos? ¿En qué sentido?
La mayor diferencia que marco entre ser mamá y el deporte, es que en el deporte pensás en uno mismo, pensás en vos. Al ser mamá te dejás de lado, pensás en ellos, la prioridad la tienen ellos y después yo.
La mayor diferencia es que en el deporte pensás en vos. Al ser mamá, pensás en ellos.
Para asemejarlo con el deporte, hablaría de que criar hijos es ayudar a incorporar hábitos, disciplina, tolerancia a la frustración.
Descubro la disciplina que uno tiene desde chico, el bolso siempre listo para salir al entrenamiento, y la perseverancia, que sin eso, no se logra nada. Son valores que siento que están en mí y se los inculco a mis hijos. La exigencia y la perfección que para estos momentos de mi vida empiezo a descubrir que no es tan bueno. Quisiera dejarlo un poquito porque ahora no lo necesito.
¿Cuáles serían los logros?
Los logros y satisfacciones que llegas a ver a diario. Puede ser parecido. Ahora, ¿grandes logros siendo mamá? Ahora, el más grande que acaba de cumplir ocho, empieza a demostrar, con palabras, dibujos, por escrito. El día de su cumple que festejó dos días, a la noche me dio las gracias, ese reconocimiento mi hizo sentir realizada. Cosas que uno nota en su educación. Y, también cuando otros que los ven de afuera, lo reconocen, te lo hacen ver.
¿Qué les dirías a mamás con hijos tenistas?
Recalcaría, la autonomía de decisión en momentos de estrés o presión, la apertura y adaptarse a cualquier situación.
Es un proceso de aprendizaje más como persona que como deportista.
Estoy entrenando a una chica de Brinkmann y les digo a las familias, que son el apoyo constante y a la vez que hay que “dejarlos ser”, ser pacientes y tolerantes entender que es un proceso de aprendizaje más como persona que como deportista. No desesperar, no todo es el resultado, el desarrollo de la persona queda para siempre.
¿Nos contarías algo más personal, más íntimo?
Mi marido jugó tenis entiende del tema, nos unió el tenis en esta relación, hace 15 días me dijo: “amo y odio tu eficiencia”, me gustó que me lo dijera es algo que seguro me dio mi pasado.
María Emilia agrega que ahora hay grandes tenistas involucradas en la Asociación Argentina de Tenis para dar empuje al tenis femenino. Entre ellas están Mercedes Paz y Florencia Labat –que además de excelentes tenistas son excelentes personas- y la rosarina Nadia Podoroska que es una de las esperanzas del semillero de la nueva generación nacional.
[notification type=»warning» title=»María Emilia Salerni»]Nació el 14 de mayo de 1983), conocido como Pitu Salerni , es una ex tenista profesional. El 23 de septiembre de 2002, que alcanzó el puesto número 45 del mundo en el ranking de dobles. El 25 de febrero de 2008, alcanzó su mejor ranking individuales del mundo número 65. Fue dos veces junior, campeón de Grand Slam, ganando Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos en 2000, así como de terminar segundo en Roland Garros . Ella fue nombrada el 2000 Campeón del Mundo Junior de la ITF . Se retiró del tenis profesional en 2009 después de una serie de lesiones. https://es.qwe.wiki/wiki/Mar%C3%ADa_Emilia_Salerni [/notification]