Diego Milito
En esto de dar a conocer gente famosa, exitosa, que a su vez vive en carne propia los valores que nacen y se educan en familia, llegamos a Diego Milito quien nos deslumbró con su regreso y los triunfos de Racing.
MARÍA AMALIA CABALLERO | DRA. EN COMUNICACIÓN PÚBLICA | DIRECCION@SEMBRARVALORES.ORG.AR
Es increíble estar ahí, en el cilindro, como llaman al estadio de Racing, todo celeste y blanco; genera emoción. Hay algo especial. No es un equipo de fútbol más, no es el gran negocio, es una pasión íntima, llena de sentimientos que se contagian nada más poner un pie en el club.
Llega Diego tranquilo, relajado. Nos dirigimos a unas butacas de la platea. Nos sentamos, el estadio está vacío y es uno de esos lindos medio días que el otoño nos regala.
El Personaje
Diego Alberto «El Príncipe» Milito pertenece a una familia de futboleros, su abuelo, su padre, su hermano Gabriel “el Mariscal” -quien jugó para Independiente y también en Europa y actualmente es Director Técnico de Estudiantes- y su primo Fernando Elizari, quien hace un par de años pasó de jugar en San Lorenzo al O’Higgins de Chile.
Está casado con Ana Sofía y tienen dos hijos: Leandro de 8 años, nacido en España, y Agustina de 5, nacida en Italia.
¿Qué nos cautiva?
Será su sencillez, un ganador en Europa que decide volver a Argentina atraído por el equipo de sus amores, su pasión. Su sueño de terminar la carrera profesional en Racing, el club de su vida, se está haciendo realidad.
«Quienes son sinceramente humildes son
agradecidos porque reconocen
la grandeza del otro, se ubican».
Pero no fue cualquier retorno: cuando Racing estaba en caída, con su regreso alcanzó la cumbre. La misma en la que había dejado a su equipo cuando partió para jugar en Europa.
Es un agradecido, a lo largo de nuestra charla no dejará de agradecer al país que lo recibió en el exterior, al que regresa, a sus padres, a su mujer, a sus hijos, al equipo, a la hinchada, a los amigos.
Viene de familia
Es fácil comprender que los Milito pertenecen a una familia de esas que se quieren, se acompañan en las buenas en las malas.
DM| “Cuando nos fuimos Ana y yo éramos dos chicos, yo con 23 años y ella 21. Dejó su carrera de piscología para seguirme a mí, ¿te das cuenta? Fue todo muy de golpe, todo complicado, sobre todo para ella. Para uno es más fácil, salís, estás con tu trabajo, conocés gente; para ella, no. Nos costó la adaptación, viviendo solos en un país desconocido para ambos. Llevábamos cuatro años de novios, no habíamos convivido nunca. Ella fue un pilar fundamental para mí, un sostén, un apoyo increíble.”
«Vengo de una familia de trabajadores,
donde nunca nos faltó nada.»
“Nos casamos, Ana se dedicó a la casa, después vinieron los hijos. El nene nació en Zaragoza y la nena en Italia. La experiencia de tener los hijos afuera es muy fuerte. Somos agradecidos a Italia y a España, dos países que nos trataron muy bien. Además, sentimos el arraigo porque nuestros hijos nacieron ahí, tenemos amigos, cuando podemos volvemos, pero siempre sentimos que nuestro lugar era éste.”
A la hora de decidir
DM| «La decisión de regresar fue fuerte porque, si bien con mi señora siempre tuvimos la idea de volver -Argentina es el lugar donde nacimos y donde están nuestros afectos.-, una vez que nacieron los nenes, Europa pasó a ser el lugar de nuestros hijos. Especialmente cuando los chicos ya empezaron a ir a la escuela, a hacer sus amigos… Hubo que hablarlo, hubo que consultarlo.”
SV| ¿De verdad lo hablaron con los chicos?
DM| “Sí. Lo hablamos con ellos, sobre todo con el nene, es chico pero puede opinar. Siempre estuvo contento allá y también cuando veníamos a Buenos Aires; además le hablé de Racing, que es un poco mi pasión, su pasión. Mi señora me apoyó, obviamente, más que nada porque terminar la carrera en Racing era un sueño mío.”
La plata y el éxito
SV| Muchas veces el triunfo marea, parece que toda la familia se ve afectada por un cambio de vida.
DM| “Para mí, es el ejemplo que nos dieron nuestros padres. Mi viejo fue siempre un laburador y, de hecho, lo sigue siendo. Trabaja como siempre, en lo mismo, su pequeña empresa, la PyME.”
“No niego que la plata es importante, pero no es todo. Nunca fui un obsesivo del dinero ni del triunfo. Y mucho menos del triunfo a cualquier costo.
Gracias a Dios se dio todo de manera muy natural y nosotros lo tomamos así, naturalmente.”
SV| Entonces, ¿vos dirías que no te cambió el estilo de vida?
DM| «Tenemos un estilo de vida normal. Para mí fue siempre lo mismo, cambiándolo mínimamente. Vengo de una familia de trabajadores, donde nunca nos faltó nada. La vida que llevo hoy es la de siempre.”
Valores en juego
SV| ¿Qué valores privilegiás y potenciás en tu equipo?
DM| «El respeto es fundamental. Es fundamental predicarlo, pero más
todavía transmitir eso con el ejemplo. Con más razón, ahora, ése es el objetivo que uno tiene dentro de un grupo: tratar de explicarles, sobre todo a los más chicos, que no hay que marearse con los éxitos, contarles pautas para administrar bien el dinero.”
“Después, hablarles del esfuerzo, que conozcan lo difícil que es poder llegar a lograr las cosas. Que no todo es tan fácil, que ha costado grandes sacrificios; por eso, yo doy mucho valor a lo que he tenido y a lo que tengo.”
El mejor regreso
Por su retorno a Racing, por llevarlo a la cumbre, por los valores que transmite, Diego Milito fue nominado con el premio «Mejor Regreso» en los Laureus World Sports Awards 2015, considerados los Oscar del deporte.
La fundación Laureus Sport for Good apoya a más de 150 proyectos comunitarios deportivos en 34 países. Los premios se entregan desde el año 2000 y el primer presidente honorario de Laureus fue Nelson Mandela. Junto con la Laureus Academy se rinde homenaje a la excelencia deportiva y se utiliza el deporte como medio para fomentar el cambio social.
Más allá del futbol
SV| ¿Cómo te proyectás en los próximos años, más allá del fútbol?
DM| “Es una buena pregunta, difícil. El fútbol es lo que he hecho toda mi vida, es mi pasión, mi trabajo. Arranqué como un nene divirtiéndome y hoy es mi trabajo y trato de no perder esa pasión.”
“Más allá del fútbol, está mi familia obviamente, mucho más arriba. Por lo demás, no sé qué haré, me lo han preguntado pero no sé. Veremos, voy momento a momento; ahora, disfruto mi final de carrera.”
SV| ¿Te gustaría que los chicos hicieran lo mismo?
DM| «Sería lindo, pero no los presiono para nada, En realidad, yo siempre les hablo un poco de los valores que me transfirieron mis padres: estudiar y después ser feliz, eso es lo más importante. Podés ser feliz teniendo los valores, yo fui y soy feliz con eso».