El arte de la convivencia. Por Luis Durand

La ya tradicional muestra ArteBA, que es una oportunidad para muchos artistas, incluye obras de distinta calidad pero esta vez una performance es directamente ofensiva para gran parte de la sociedad.

Esta muestra, realizada en el Centro Cultural Recoleta*, despertó un gran rechazo y todo tipo de comentarios. Mientras algunos coincidían en la “libertad de expresión y el respeto por el arte”, otros como Luis expresaron:

La palabra ARTE y “libertad artística” no habilita a hacer y exponer cualquier cosa.

El arte, en cualquiera de sus formas, es una manera de expresar algo. El artista busca expresar… y cualquier expresión puede ser ofensiva o no.

El arte no habilita a exponer cualquier cosa

En la muestra claramente se está descuidando el “arte de la CONVIVENCIA”.

La mayor expresión de progreso de la humanidad fue RESGUARDAR la buena convivencia entre aquellos con más poder y los de menos poder. Para eso se fue progresando en reglas de convivencia social.

Descuidar la sana convivencia, siendo ofensivos, es más preocupante, cuando hay instituciones públicas vinculadas a la promoción de la “mala convivencia”.

Delegamos “poder” a quienes gobiernan la “organización social”…
Si elegimos a quienes NO CUIDAN la vida o la buena convivencia… en ese caso, nosotros también estamos vinculados a la generación del problema.

El ARTE del respeto y la sana convivencia ha demostrado ser el PROGRESO más importante en la historia de la humanidad, y está por arriba de la “libertad artística o de expresión”.

*Hoy Centro Culturarl Recoleta

ArteBA se expuso en el Centro Cultural Recoleta (ex Convento de los Padres Recoletos; ex Asilo de Ancianos Gobernador Viamonte)

Descripción del CCRecoleta

Este centro de exposiciones temporarias funciona en un edificio que tiene su origen en la primera mitad del siglo XVIII. Allí estuvo instalado el convento de los monjes Franciscanos Recoletos, junto a la iglesia del Pilar. En 1822 los religiosos fueron expulsados de allí y el edificio sirvió para el funcionamiento de un asilo de mendigos.

Los religiosos fueron expulsados de su edificio

Distintos usos se alternaron hasta que en 1979 dejó de funcionar el Asilo de Ancianos General Viamonte para una profunda remodelación con el objeto de destinarlo al Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, hoy Centro Cultural Recoleta.
El edificio está conformado por un conjunto de claustros, organizados a partir de cinco patios sucesivos. Una capilla y una serie de pabellones fueron agregados en una ampliación realizada por el arquitecto Juan Buschiazzo a fines del siglo XIX. Los arquitectos y también artistas plásticos, Testa, Bedel y Benedit, que intervinieron el conjunto a fines del siglo XX para acondicionarlo como centro cultural, demolieron algunos de los pabellones y partes de los agregados al conjunto colonial con la originalidad de dejar fragmentos de esos muros demolidos, cortados en diagonal muchos de ellos, como testimonio de los cambios sufridos por el edificio.

La capilla fue desafectada de su función religiosa y hoy funciona como auditorio. Su esbelto perfil con reminiscencias neogóticas y su ábside –pintados de color rosa– pueden observarse plenamente, desde la barranca de la Plaza Intendente Torcuato de Alvear y resulta una imagen distintiva del lugar, visto desde distintas direcciones y distancias.

Buenos Aires Design Center

En parte del predio del Centro Cultural Recoleta en 1990 se crear un centro comercial destinado al equipamiento de la vivienda y la decoración. Así nació el Buenos Aires Design Center, diseñado por Clorindo Testa, Giselle Graci y Juan Genoud. En su recorrido lineal, une la prolongación de la calle Junín (sobre la que se ubica el acceso al Centro Cultural) y la avenida Pueyrredón.

Diseñado por Clorindo Testa, Giselle Graci y Juan Genoud.

Parte del atractivo de este conjunto radica en la articulación de arquitecturas de tres períodos sumamente diferenciados y, casi siempre, identificables en el conjunto: la estructura original de la época colonial, la intervención de Buschiazzo de fines del siglo XIX y las intervenciones sucesivas de Clorindo Testa (acompañado por distintas formaciones profesionales). Ésta última se destaca por la originalidad, variedad y expresión desinhibida de sus formas y colores. La acumulación de funciones (culturales, comerciales, gastronómicas) sumadas a la presencia del cementerio de la Recoleta, la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, las plazas y la feria artesanal que funciona los fines de semana, generan una asistencia numerosa de visitantes al lugar.

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