Diversas circunstancias nos ponen en la “obligación” de pensar juntos acerca de la prioridad que tiene la educación, tanto para el desarrollo personal como para la ansiada unidad y el desarrollo como país.
María Lescano – periodista
Es tan importante que no querría ni siquiera mencionar la palabra “casualidad” y sin embargo, así se fue dando.
Si queremos arrancar por el lado negativo, tenemos los paros universitarios que impiden a muchos acceder a la formación y capacitación que aspiran. Sin embargo… muchos profesores y alumnos continúan vía zoom, con clases en horarios diferentes, todo un empuje extra para no perder este año de esfuerzos e inversión. La Universidad, paga o no, genera a los jóvenes y a las familias muchos gastos asociados. Como sabemos, este no es el espacio para las cuestiones políticas que se entremezclan. Por eso, me detengo aquí.
Al mismo tiempo, la Universidad del Salvador cumple 50 años de un momento clave en su historia y este hito se convierte en espacio de reflexión… Cuál es el rol de la Universidad, cuál el de esta Universidad… cuánto y cómo se palpa su impacto en la vida de investigadores, profesores, estudiantes y en la sociedad.
Un invitado “de lujo”, Mons. Jorge García Cuerva, tomó a su cargo el discurso conmemorativo y lo hizo citando a los últimos Papas y otros pensadores, con puntos muy concretos que aprovecho para compartir aquí.
¿Cómo andamos de coherencia?
Esta pregunta clave afecta no solo al ámbito universitario sino a todos los educadores y el primer lugar corresponde a los padres.
Cabe preguntarnos:
¿Somos como decimos que hay que ser y hacer?
¿Es el buen humor contracultural?
Valores, también propios de Sembrar Valores, afloran en esta presentación: alegría y buen humor que hoy resulta revolucionario “contra cultural” en los momentos complicados que atraviesa el mundo y cada país en particular. La paciencia y la esperanza. En realidad, educación es un acto de esperanza porque manifiesta que se cree en la persona. Es lo que realmente cambia a la sociedad en su conjunto.
Audacia, creatividad, visión trascendente…
Desde otro lugar
Educar va de personas a personas, y cuando se habla de educación integral están presentes los aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, éticos. O, dicho de otra manera: intelectuales, emocionales, espirituales…
Así, podemos aspirar a ser personas libres y responsables de sus actos, capaces de contribuir al bien común.
Porque al final… la educación es un servicio público, es una función de alto impacto social que va mucho más allá de la comunidad educativa.