DOS NAVIDADES

La familia viajera

Eduardo, Alejandra y sus cuatro hijos viven tiempos de aventura viajando alrededor del mundo con presupuestos mínimos y austeridad en casa.

MARIA AMALIA CABALLERO | DRA. EN COMUNICACIÓN PÚBLICA | DIRECCION@SEMBRARVALORES.ORG.AR

 

[dropcap]L[/dropcap] La conversación fue tan larga y tan rica que tuve que elegir alguna forma de transmitirlo. Las fechas me dos navidadesayudan a decidirme por esta anécdota navideña, pero de corazón, los invito a entrar en familiaviajera.com.ar

Es claramente superior a lo que se imaginan.

El relato, aunque abreviado, va con toda la pasión que le ponen los protagonistas, Eduardo (50) y Sofía (19).

Era un 24 de diciembre…

Sus dólares no sirven… fue la rudimentaria traducción del amárico al inglés del oficial de visado al tirarme de vuelta mi dinero. No entendía qué estaba sucediendo… traté de preguntar por qué y de aseverar que no eran falsos. Era tarde en Addis Abeba, el cansancio afloraba y no era un buen comienzo…

Finalmente, uno de los oficiales se apiadó de mí y también en rudimentario inglés me dijo: “Only dollar 2000”. Así entendí que tenían que ser dólares nuevos… Por fortuna para esta situación, nuestro precario ahorro hace que compremos los dólares a medida que podemos y tenemos billetes de todos los años. En todo el trayecto africano no reciben dólares emitidos antes del año 2000. Nadie nos supo explicar el porqué; era como si no importara, simplemente no los reciben, aunque pierdan la venta.

dos navidades 2Recordé a mi abuela con su ‘mal principio, buen presagio’… y la nonna tenía razón.

Mi amigo Legese

Salimos del aeropuerto… el corazón latía con fuerza. Tras un paneo sobre la multitud de rostros azabaches, vi uno que esbozaba una blanca y gran sonrisa, no dudé, ¡era Legese! La amistad que se había cultivado a través de mails y la promesa de mutua confianza se cristalizó con un fuerte abrazo… no éramos extraños; en esto, internet es mágico…

No conseguía armar un programa que pudiéramos pagar para incluir Etiopía en nuestra ruta. Un día recibí la respuesta de Mr. Legese que me ofrecía algo tan bueno que me generó dudas y quise cerciorarme de la existencia de su agencia. Recibí unas fotos sacadas por él de una oficina tan sencilla donde su logo lucía atrás del escritorio. Conclusión: nadie que quisiera engañar hubiera enviado esas imágenes; me tocaron el corazón, y me dije: esta es la persona indicada… y lo fue. Una persona humilde, pura, afectuosa y transparente. Un ángel humano más de los tantos que hemos cruzado en el camino.

Navidad I

Cuando atravesamos Addis Abeba rumbo al hotel, ya era de noche.dos navidades 1Etiopía está en otra dimensión… no estábamos en el mismo día, ni en el mismo año y los horarios no tenían relación con las reglas mundiales.. Pero lo más impactante fue que los únicos que esperábamos la Navidad a medianoche éramos nosotros…

Esa noche del 24 de diciembre nos encontramos en el espartano Hotel Gion, sin nada con lo cual pudiéramos avisar que estábamos bien y desear una feliz navidad a la distancia… Los ánimos de “la tropa” decayeron. El cansancio y el contexto no ayudaban para nada.

Había que hacer algo. Sacando mis últimas reservas de energía, me disfracé de “Papá Noel Etíope”… una patética mezcla de lo que encontré a mano: una fuente de mimbre de sombrero, barba de espuma de afeitar, toalla de túnica, una bolsa con unos regalitos que habíamos traído escondidos para la ocasión y unos villancicos tan desafinados que arrancaron las risas y el ánimo mejoró. La alegría atrajo la concordia y nos dormimos contentos, gracias al espíritu navideño que había viajado con nosotros y que nos bendijo esa noche, tan lejos de casa.

Es un país con una espiritualidad tan profunda como la que percibimos en la India. Allí, más del 95% de la población son cristianos ortodoxos que celebran la Navidad el 7 de enero. Mantienen fuertes vínculos con sus raíces en el judaísmo…con el rey Salomón y la custodia por siglos del Arca de la Alianza.dos navidades 4Esta etnia de grandes ojos redondos mantiene casi intacta su esencia ya que a diferencia del resto de África, nunca fue colonia de otro país.

Un plan ambicioso

Teníamos dos “grandes rumbos”. El “histórico aventurero” donde las metas eran: navegar el Lago Tana, desde donde nace el Nilo azul y en sus islas se mantienen todavía en pie viejos monasterios. Pasar por Gondar y visitar una serie de castillos de arquitectura casi medieval, digamos, estilo europeo pero en África. Introducirnos en la ciudad santa de Lalibela y finalizar este recorrido, ya muy cerca de la frontera con Eritrea, en Axum… tratando de cumplir el “sueño de Indiana Jones”… llegar a los pies del Arca de la Alianza.

El otro rumbo se debe a nuestra misión de acercar culturas y “dejar algo de nosotros” allí adonde vamos. Para ello contactamos al Padre Ignacio, que nos recibió en su misión salesiana en Debre Zeit, y a la doctora Ana, de la ONG española Cielo133, que genera vínculos de adopción para niños huérfanos etíopes.

¿Pobreza?

A pocos metros de la ruta, una familia trabajaba en su emprendimiento: amasar carbón de estiércol, armar “tortas” y dejarlas secar a la intemperie. Sin distinción de edad, ni sexo, trabajaban pausada y alegremente bajo el sol. Haciendo una visera con las manos, veían avanzar a estos raros visitantes.

Fue una pequeña parada
para introducirnos en la
vida local; compartimos
unos dulces, unas miradas
y unas sonrisas.

Fue una pequeña parada para introducirnos unos minutos en la vida local; compartimos unos dulces, unas miradas y unas sonrisas. El precario inglés de nuestro afectuoso chofer no podía darnos mucho más… tampoco era necesario. Todo fue sencillo, puro, alegre, espiritual… fue hermoso.

Navidad II

Casas de paja, alguna que otra chapa, muy pocos vehículos, gente caminando, burros de carga, pequeños carritos, agricultores, pastores… la imagen del camino relajaba el espíritu.

Retornamos a Addis Abeba avanzada la noche, la Nochebuena para los cristianos de Oriente. Al día siguiente, el 7 de enero, sería la esperada Santa Navidad en esa parte del mundo. Habíamos tenido el mejor de los regalos, en nuestra segunda navidad en la maravillosa Etiopía.

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Los tres reyes magos

En el orfanato encontramos a Ana, a su hija Patricia y todos los miembros de la organización que trabajan para generar la posibilidad de una nueva vida a miles de niños que han perdido sus padres.

Volvimos con tres pequeños en brazos… ya a esta altura, creemos poco en las casualidades… era el 6 de enero en nuestro calendario…

Estos pequeños tres “reyes magos” fueron bendecidos con un nuevo destino…

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Los caminos nos enseñaron…

• Que no es tan importante entender, cuando se puede sentir…
• Que se puede escuchar con el corazón…
• Que se puede percibir sin ver…
• Que se puede querer sin conocer…
• Que se puede extrañar sin haber vivido…

Los caminos nos enseñaron que los vínculos no tienen relación con el tiempo que compartimos, sino con la profundidad de ese encuentro, de ese momento, de ese instante que estuvimos juntos…

Familia Viajera Giusiano

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