te damos herramientas prácticas para tomar una decisión acertada.
- No esperes que el/ella cambie después casado. Nunca te cases con el potencial. La regla de oro es: si no estás contento con la persona así como es ahora, no te cases. Respecto a su carácter, su espiritualidad, formas de comunicación y hábitos personales, asegurate de que podés vivir con ellos tal como son ahora.
- No te enfoques más en la química que en el carácter. La química enciende el fuego, pero el carácter lo mantiene ardiendo. Cuidado con el síndrome “estoy enamorado”, generalmente significa “tengo deseo”. La atracción está ahí, pero ¿te fijaste cómo es el carácter de la otra persona? Hay cuatro cualidades que definitivamente hay que revisar:
- Humildad: ¿cree que hacer lo correcto es más importante que la comodidad personal?
- Bondad: ¿disfruta haciendo feliz a otras personas?, ¿cómo trata a la gente con la que no tiene necesidad de probar que es bueno?, ¿hace algún trabajo voluntario o practica la solidaridad?
- Responsabilidad: ¿siento que puedo depender de esta persona?
- Felicidad: ¿se quiere a sí mismo?, ¿disfruta de la vida?, ¿es emocionalmente estable?
3. Los hombres y las mujeres tenemos necesidades emocionales únicas. La necesidad intrínseca de la mujer es ser amada, sentir que es la persona más importante en la vida de su esposo. La intimidad está siempre bajo los términos de la mujer. Los hombres se rigen bajo objetivos, especialmente cuando nos referimos al área de la sexualidad. Una mujer muy sabia dijo: “Los hombres tienen dos velocidades: prendido y apagado”. Las mujeres viven la emoción de la experiencia. Cuando un hombre se deja orientar por esa emoción, descubre qué es lo que hace tan feliz a su mujer. Si olvida sus propias necesidades y simplemente se da a su esposa, pasan cosas increíbles.
4. Compartan objetivos y prioridades de vida semejantes. Hay tres formas básicas de conectarte con «la» otra persona:
- Química y compatibilidad
- Intereses comunes
- Objetivos de vida similares
Asegurate de compartir el nivel más profundo de conexión que es el tener objetivos de vida similares, un común “para qué vivir”. Dos personas que finalmente comparten las mismas prioridades, valores y metas, pueden convertirse en compañeros de objetivos.
5. No te involucres íntimamente muy rápido. El hecho de involucrarse íntimamente antes del matrimonio puede ser un gran problema porque nubla el reconocimiento honesto de los temas importantes. Estas relaciones tienden a entorpecer la mente, y en ese estado no se pueden tomar buenas decisiones. No es indispensable “probar” para darse cuenta de que una pareja es posible. Si te das cuenta de que son intelectual y emocionalmente compatibles, no tenés que preocuparte de la compatibilidad en otras áreas.
6. Buscá una conexión emocional profunda con esta persona. Podés preguntarte: ¿respeto y admiro a la persona?, que no significa: “estoy impresionado con esta persona” (con su nivel de vida, su éxito, etc.). Se trata de admirar las cualidades que la hacen una mejor persona. También podés preguntarte: ¿confío en ella?, ¿siento que puedo depender de ella?
7. No elijas a alguien con quien no te sientas emocionalmente estable. Valen las siguientes preguntas: ¿me siento calmado, en paz y relajado con esta persona?, ¿puedo ser yo mismo y expresarme por completo cuando estamos juntos?, ¿me hace sentir bien sobre mí mismo, saco lo mejor de mí? Si tenés miedo de expresar tus emociones y opiniones abiertamente frente a ella, hay un problema en la relación. Sentirte tranquilo es ser consciente de que la otra persona no está tratando de controlarte (signos de una personalidad abusiva). Hay una diferencia muy grande entre “controlarte” y “darte sugerencias”. Una sugerencia está hecha para beneficiarte, un comentario que te controla está hecho para el beneficio del otro.
8. Poné todo sobre la mesa. Cualquier cosa que te moleste sobre la relación debe ser hablada. Conversar sobre temas incómodos es la única forma de evaluar cómo los dos se comunican, pactan y trabajan unidos. A lo largo de la vida surgen dificultades inevitables. ¿Podés resolver tus diferencias y encontrar acuerdos que sirvan para los dos? Nunca tengas miedo de decirle a la otra persona lo que te molesta, sacando a la luz quizás alguna inseguridad. Si no podés mostrarte vulnerable, no podrás tenerle confianza, y estas dos cosas van de la mano.
9. No veas la relación como un escape a tus problemas personales y a la infelicidad. Si sos infeliz soltero, probablemente serás infeliz también cuando te cases. El matrimonio no arregla tus problemas emocionales, personales y psicológicos; sólo puede llegar a incrementarlos. Si no estás contento con vos mismo y con tu vida, tomá la responsabilidad de arreglar ese problema mientras estás soltero. Te vas a sentir mejor y tu cónyuge te lo agradecerá también.
10. No seas parte de un triángulo. Ser parte de un triángulo significa que la persona emocionalmente depende de algo o alguien mientras se desarrolla la relación. Aquel que no se ha separado de sus padres es el clásico ejemplo del triángulo. También se puede formar parte de un triángulo con cosas como internet, los hobbies, el dinero, las drogas, los deportes. La persona que forma parte de un triángulo no puede estar emocionalmente disponible para vos, no serás su prioridad.