Celebrar pensando y proponiendo, convocados por ACDE, gente de empresa, de filosofía, de educación. Todos podemos y debemos hacer algo.
Por María Lescano – Periodista
El encuentro presencial fue en la UCA y se sumaron desde lugares tan distantes como Oslo, desde donde Christian Tiscornia puso “sobre la mesa” un tema que dio para hablar, ¿cuál es el lugar del hombre en su relación con la naturaleza? El hombre no solamente actúa sobre la naturaleza, es parte de la misma.
Y, se agregó una reflexión, el hombre, por ser capaz de pensar y decidir, es responsable de lo que está afectando al planeta. Si estamos hablando de esto, es porque desde la revolución industrial para acá, no hemos equivocado mucho en los fines y en los modos.
Desde la revolución industrial para acá, no hemos equivocado mucho.
Entonces, en su intervención Constanza Gorleri asumió que en el Banco Galicia se consideran actores sociales relevantes: tenemos un rol: ser parte de la solución, generar confianza, asumir el compromiso social ambiental es una realidad entre las 20 empresas más rentables.
Entre la diversidad de panelistas estaba Nicolás Braun de La Anónima, una empresa que tiene más de 100 años en el país, no dudó en quejarse por el impacto negativo que tiene el continuo cambio de reglas y el incumplimiento de las mismas. La dificultad que representa para generar la confianza necesaria en cuestiones como estas que impactan en el largo plazo. Más allá de mencionar los aspectos negativos que la industria implica, destaca que en la empresa fueron pioneros, por ejemplo, en dejar de usar los cajones de madera al reemplazarlos por los cajones verdes también, prohibiendo el uso de las bolsas de plástico, reemplazándolas por las bolsas sustentables.
A la vez, mencionó el compromiso con la comunidad por ejemplo a través de la colaboración con el Banco de alimentos y los esfuerzos realizados para categorizar como Empresa B. Es tanto lo que se puede hacer que estratégicamente se vuelve necesario definir los temas en los cuales se va a poner el foco sin dejar de ser sustentables en lo económico.
Propuestas disruptivas
Toyota nos sorprendió con la propuesta ANKEI de la economía circular y popular disruptiva. Santiago Sellart, contó como desde la central invitaron a todos para que acercaran sus ideas. La industria parecía contaminante “sin remedio”. Sin embargo, abriendo el pensamiento, encontraron distintos elementos reciclables que hoy ya están en el mercado.
Los uniformes de todos los colaboradores, que por ley deben renovarse dos veces al año, se convirtieron en instrumentos de insonorización de los autos, generando trabajo a terceros y bajando el precio del auto. También la tela de los airbags, se transforman en mochilas y otros elementos de merchandising de la empresa, esta actividad genera otro espacio de trabajo.
Coincidiendo con Constanza Gorleri, destacaron la importancia del compromiso de la dirección con estos objetivos y la confianza en la capacidad de cada colaborador.
Una reflexión final
Para el cierre estuvo la Dra. Paola del Bosco, Presidente de la Academia Nacional de Educación. Con su brillantez habitual, se refirió a la tierra como nuestra casa común y describió cuál es la actitud en casa, si hay una humedad, o cualquier desperfecto estamos atentos para arreglarlo.
Quiso, también, dedicar un párrafo al testimonio de familia, para referirse al tema de la confianza. Existe una confianza incondicional del bebe, respecto de su madre que lo amamanta, no se pone a evaluar la calidad de la leche. La familia es “fuente de expendio” para las futuras generaciones, se descubren y cuidan talentos para que alumbren en el planeta que habitamos. Y, agrega por experiencia personal: en las familias numerosas estamos atentos a la duración de la ducha para que el agua caliente alcance a todos.
Creados por amor y amados… el concepto de creación es clave, es fuente de esperanza. Si Dios nos creó, nos creó por amor. Esta afirmación impacta en todo el mundo creado. Desprendernos de este concepto, desconocer esta realidad es el camino en el que se pierde la esperanza.
Foto de entrada: agradecemos a Christian Tiscornia