María Rita Pérez Quesada | Psicóloga | mariaritapq@gmail.com
¿De qué hablo cuando hablo de “poder”? El poder es la capacidad para administrar los recursos. Te invito ejercer este poder en la crianza de tus hijos.
Advierto una fuerte ola de inquietudes respecto de la crianza. Los padres se acercan con preocupaciones, inseguros a la hora de educar a sus hijos. Pareciera que muchos perdieron la confianza en sí mismos, en lo que saben, en lo que aprendieron y en sus propios instintos. Las respuestas que están en su interior.
Necesitamos devolverles a los papás la confianza, la seguridad necesaria para criar a sus hijos.
Orientándolos más con preguntas que con respuestas, después, ellos mismos puedan volver a plantearse las preguntas sin la necesidad de consultar a un profesional.
Tal vez la diversidad y cantidad de recursos disponibles, acrecienta el temor de los padres a equivocarse y no aciertan a administrar adecuadamente ese bajaje de herramientas que son sus conocimientos, sus ideas, sus aprendizajes.
Devolver el poder puede consistir en ayudar a los padres a perder ese miedo, a devolverles la confianza, quizás nunca tuvieron.. El camino más corto está en reconocer que hasta los mejores padres se equivocan, se han equivodado…. y probablemente seguira´n equivocándose. Como también se equivocan los profesionales. Y eso no inhabilita a los padres ni a los profesionales. Aceptar que nos podemos equivocar es un gran logro, y nos lleva a buscar los mejores recursos para intentar acertar lo más posible en la crianza de los hijos. Sabemos que no hay dos hijos iguales, así que también, en gran medida, el «resultado» tendrá mucho que ver con aquello que el hijo haya hecho de los recursos que podamos emplear.
Una crianza sensata
Programas de crianza como la disciplina positiva, entre otros, buscan dar a los padres un rol más activo. En el ejercicio de poner en práctica recursos auto-generados, aumenta la confianza en sí mismos y en la capacidad de resolver problemas.
DEJANDO A UN LADO LOS IDEALES
DE PERFECCIÓN, TRABAJAMOS EN EL MEJORAMIENTO
DEL VÍNCULO ENTRE PADRES E HIJOS
La psicología positiva busca promover una relación de colaboración y respeto mutuo entre padres e hijos y tiene la genialidad de introducir el programa de padres ayudando a padres, donde el psicólogo o profesional a cargo no es más que un facilitador y son los mismos padres los protagonistas y los principales portadores de soluciones. Ellos son los verdaderos agentes de cambio. Se invita en estos programas a una crianza reflexiva, colaborativa y sensata.
Adiós perfección
Dejando a un lado los ideales de perfección, trabajamos en el mejoramiento del vínculo entre padres e hijos. Para ello es necesario:
Primero: que se saquen la idea de que hay que hacer todo bien y que, si lo hicimos bien, todo tiene que salir bien.
Segundo:que aprendan a equivocarse. Parece una pavada pero no lo es porque implica una actitud de humildad. En la disciplina positiva los errores son “maravillosas oportunidades de aprender”.
Me quivoqué
Si logramos hacer las paces con nuestra imperfección y decimos “me equivoqué”, no solo estamos dando un mejor ejemplo a nuestros hijos, sino también estamos generando una oportunidad de reparar, de corregir y volver a empezar, permitiendo a su vez no minar su autoestima cuando ellos sean los que se equivoquen.
Una vez que comprendimos la importancia de estos dos primeros pasos, podremos actuar mucho más tranquilos, y esta tranquilidad nos dará más claridad para pensar, para movernos más intuitivamente en nuestro hogar y con nuestros hijos.
No estamos solos
Además, la tarea de la crianza no conviene llevarla a cabo en solitario; es tan importante sabernos imperfectos, permitirnos cometer errores, como también buscar ayuda cuando la necesitamos. Hay allá, afuera de casa, muchos otros padres -incluidos los nuestros- con inquietudes y problemas similares que pueden darnos su experiencia, contención, ideas y perspectivas que nos ayudarán.
Salgamos de nuestros caparazones y hablemos más de lo que nos pasa. Después de todo, «para criar a un niño se necesita una tribu entera».