Despedimos a Quino (1933-2020), gracias por tanto…

Un humor siempre vigente, así titulaba María Taltavull, periodista, la entrevista que tuvo oportunidad de hacerle a Quino mientras colaboraba en Sembrar Valores.

Entrevistó María Taltavull, periodista. Editó María Lescano, periodista. colaboradores@sembrarvalores.org.ar

[dropcap]D[/dropcap]ibujante muy querido alrededor del mundo por su sensibilidad y por su humor. Y, ¿qué duda cabe? por Mafalda, la niña rebelde onda ’60, tan contestataria y querible a la vez.

  • Vos hablás como Mafalda. Era el comentario más común para los argentinos que llegábamos a algún país de habla hispana.

Mafalda era tan conocida como en otras décadas nos podrían hablar de Maradona o Batistuta y ahora de Messi, sin que hubiera wtsp, ni redes…

Quino ha logrado lo que todo escritor, dibujante o artista aspira transmitir un mensaje lúcido y contundente a través de su obra, y le ha dado vida propia a un personaje. Mafalda, sagaz, tierna, inteligente, reflexiva y contestataria sigue divirtiendo y movilizando a grandes y chicos.

Hablaría de lo mismo, las injusticias, la ecología, la manipulación genética.

Hijo de inmigrantes españoles, el arte estaba muy vivo en la familia, Joaquín Salvador Lavada lleva su sobrenombre Quino, para diferenciarse de su tío Joaquín Tejón que era pintor y dibujante publicitario.

Quisimos conocer acerca de su infancia y así nos responde.

“Desde muy pequeño aprendí a dibujar, estaba todo el día con un lápiz en la mano. Al colegio no le encontraba la vuelta, me angustiaba tanto que, en los primeros meses, tenía malas notas, pero después terminaba el año con notas altas, aunque nunca era el mejor alumno y eso me daba bronca”.

Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Mendoza –su ciudad natal-. Sin embargo como el mismo solía decir abandonó la Escuela: “cansado de dibujar ánforas y yesos, eso no era para mí”. Y vislumbra su profesión como dibujante de historietas y de humor.

Estas decisiones coincidieron con la muerte de sus padres. Y, nos cuenta que su primera ilustración fue en 1950, a los 18 años. Era para una tienda llamada Sedalina, pero “prefiero no pensar en cómo sería esa publicidad porque seguramente me avergonzaría”, fue su comentario.

¿Y sus primeras historietas?

Se publicaron recién para 1954. El año anterior, hice el servicio militar y me sentía terriblemente angustiado. Pensaba que nunca iba a salir de allí, Al mismo tiempo, tuve que compartir mi vida con muchachos de diferente extracción social, fue una ruptura muy grande para mí. Y, un enriquecimiento. Empecé a dibujar algo distinto”.

Entonces se instala en Buenos Aires y deambula por las redacciones en busca de algún trabajo, algún ingreso.

Sufrí mucho porque vivía en condiciones muy precarias. Compartía una pieza de pensión con tres o cuatro tipos. El día que publicaron mi primera página pasé el momento más feliz de mi vida. Era en el semanario «Esto es», de Buenos Aires, mi primera página de Humor Gráfico».

Así empieza una carrera ascendente publicando en diversos medios: «Vea y Lea», «Leoplán», «Damas y Damitas», «TV Guía», «Usted», «Che», “Rico Tipo”, Panorama», «Atlántida», «Adán», “Dr. Merengue”, el diario «Democracia» y la memorable “Tía Vicenta”, entre otros. Desde entonces sus dibujos de humor se siguen publicando ininterrumpidamente en infinidad de diarios y revistas de América Latina y Europa.

En 1960 se casa con Alicia Colombo y hace su primera salida de Argentina; pasan la luna de miel en Brasil.

“Ella es una gran compañera en todo. No tuvimos hijos, me descendencia son mis, libros, mi legado al mundo”, completa.

Durante la entrevista quisimos que fuera el quien nos contara:

¿Cómo nace Mafalda?

“Mafalda aparece por primera vez en “Gregorio”, el suplemento de humor de la revista «Leoplán» en el cual trabajaba desde hacía 10 años Fue en 1964 publicaron tres tiras porque… el 29 de septiembre, el semanario «Primera Plana», de Buenos Aires, comienza a publicar Mafalda regularmente. Finalmente, en 1965, Mafalda se muda a diario “El Mundo”.

Los amigos de Mafalda van llegando como fruto de su necesidad de expresar y de su creatividad.

¿Cómo sería Mafalda hoy, qué cosas diría?, le preguntamos. Aunque sabemos que muchos de sus cuestionamientos siguen demasiado vigentes.

“Muchas de las cosas que Mafalda cuestionaba todavía siguen sin resolverse, de eso no quedan dudas. Es más, a veces me sorprende cómo algunas de esas tiras dibujadas hace tantos años todavía pueden aplicarse a cuestiones de hoy. Sin ir más lejos, salió en Italia un libro con las viñetas que acompañaban a las tiras de Mafalda en la revista «Siete Días». Estaban separadas por temas: política, economía… Lo increíble es cómo muchas de esas historietas parecían hacer referencia directa a la campaña local.

Hoy hablaría de lo mismo, las injusticias, la ecología, la manipulación genética. Yo creo que siempre siguen naciendo Mafaldas y mejor informadas por los medios actuales que los de los años ’60.

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